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El teletrabajo en Uruguay, la necesidad de una regulación y las oportunidades que se abren

El proyecto presentado por la senadora Carmen Sanguinetti pone al trabajo remoto sobre la mesa y genera diálogo en torno al tema

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16 de noviembre de 2020 a las 17:37

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Quizá la primera vez que escuchaste con atención qué es el teletrabajo fue a partir del pasado 13 de marzo cuando la pandemia llegó a Uruguay. Sin embargo, esta forma laboral no es nueva en el país. En 2009 se presentó un proyecto de ley para crear una comisión y estudiar el trabajo remoto; en 2010 se hizo la primera encuesta sobre tecnología dentro del mundo laboral; en 2016 el fundador de Netgate, Álvaro Lamé, habló sobre la necesidad de regular el teletrabajo y al año siguiente se presentó un proyecto sobre desconexión.

Más allá de estas iniciativas, hoy más que nunca esta forma de trabajar está sobre la mesa y surge la necesidad de crear una regulación que ampare al empleado y al empleador. Sobre esta premisa, la senadora por el Partido Colorado, Carmen Sanguinetti, lleva adelante un proyecto de ley que busca generar un marco normativo para los teletrabajadores y sus empresas.

En el congreso “Más humanos que nunca”, organizado por la Asociación de Profesionales Uruguayos en Gestión Humana (Adpugh), Sanguinetti expuso brevemente el articulado y realizó algunos comentarios sobre el proyecto.

Además de Sanguinetti, participaron la licenciada en Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Eloísa González; los abogados de Guyer y Regules, Santiago Madalena y Leonardo Slinger, que además ocupa el cargo de coordinador de Relaciones Laborales en la Udelar. Quien ofició de moderador fue José Prato, consultor en relaciones laborales y negociación.

La charla se centró sobre el proyecto presentado por Sanguinetti, quien mencionó los puntos más relevantes del documento. En primer lugar, habló de la voluntariedad por parte del trabajador, es decir la posibilidad de optar o no por trabajar remoto.  “Quien quiera estar las ocho horas en la oficina, lo podrá hacer”, explicó la senadora.

En segundo lugar, mencionó la necesidad de generar prácticas que sean flexibles en cuanto al horario de trabajo. En este sentido la regulación propone utilizar el conteo de horas trabajadas por semana y no por día, tal como lo establece la ley laboral vigente. Sanguinetti admitió que este artículo, el octavo, fue el que más tiempo le llevó escribir, dado que generó polémica y sufrió algunas modificaciones sobre la marcha.

La senadora aclaró que el proyecto busca regular solo a los trabajadores del ámbito privado, porque a nivel estatal las realidades son muy disimiles.

A modo de complementar, Slinger recomendó que se pueden admitir algunos casos a nivel público, como puede ser el sector bancario. “Un banco privado y el BROU trabajan de la misma forma. Por eso, se podría agregar `en cuanto sea aplicable`”, explicó el abogado.

En su participación, Slinger enfatizó que hay que entender que el teletrabajo llegó para quedarse. Por eso recalcó la importancia de esta regulación y también habló sobre el artículo 8. En este punto, mencionó que se está generando un discurso que intenta “apedrear el artículo” porque, según sus palabras, no se termina con la reglamentación de las horas trabajadas.

Puso sobre la mesa otro de los aspectos que incluye el proyecto, que es la posibilidad de desconexión, es decir de “estar fuera” cuando se hayan cumplido con las tareas. Para Slinger, este aspecto “hace contrapeso” y equilibra la balanza. “Creo que es un buen proyecto, lo comparto. Y jurídicamente no tengo observaciones”, sentenció en su charla.

Cambiar una cultura

Para Eloísa González, junto a la regulación tiene que haber un cambio en la manera de hacer las cosas dentro del mundo laboral local. Afirmó que en la actualidad no es relevante el control, para saber si el trabajador “está las ocho horas sentado frente a la computadora”, sino que hay que medir las capacidades en materia de resultados.

Reconoció que la flexibilidad es muy importante, dado que hay perfiles que se adaptan al trabajo remoto y otros que no. “Ser flexibles es ser creativos, pero a veces se demoniza la palabra”, dijo. 

Para superar estas barreras, según la experta, es importante generar un diálogo abierto que incluya a todas las partes. Esto quiere decir, en palabras de González, que no todo se centre en generalidades sino que se puedan ver los aspectos puntuales de cada uno de los actores.

En la misma sintonía, Santiago Madalena reconoció que el diálogo permitirá ver todas las oportunidades que acarrea el teletrabajo. Puso como ejemplo que hay empresas que están desembarcando en Uruguay no solo por la situación sanitaria, sino motivadas por “la sola existencia de este proyecto”. Agregó que hoy en día hay muy pocas respuestas, pero de a poco se han logrado avances.

Por otra parte, explicó que en materia salarial el trabajador estará jurídicamente protegido como en todos los casos. Incluso, a raíz del trabajo remoto, se puede cobrar por productividad y no por horas cumplidas, lo que da un margen para que el colaborador se organice de mejor manera.

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