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El ultraderechista que lidera en las encuestas fue apuñalado a un mes de las elecciones

Si bien es el favorito para la primera vuelta, hay incertidumbre sobre lo que sucederá en el balotaje, donde los números son más parejos

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07 de septiembre de 2018 a las 05:01

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El candidato de ultraderecha a las elecciones presidenciales de Brasil Jair Bolsonaro fue herido este jueves de una cuchillada durante un acto de campaña en Juiz de Fora (Minas Gerais). Mientras era llevado en andas por sus simpatizantes, apareció un hombre que lo hirió en la zona abdominal. Inmediatamente el candidato fue trasladado al hospital Santa Casa, y su hijo informó a través de su cuenta de Twitter que la herida fue leve.

 

"Jair Bolsonaro sufrió un atentado en Juiz de Fora, una cuchillada en la región del abdomen. Gracias a Dios, fue apenas superficial y él se halla bien", escribió.

Antes de la agresión, el candidato celebraba junto a sus seguidores que, a partir de la inhabilitación de Luiz Inácio Lula da Silva para presentarse a las elecciones, se convirtió en el favorito en los sondeos para la primera vuelta del 7 de octubre.

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Bolsonaro, un admirador de la dictadura militar (1964-85) propenso a exabruptos racistas, misóginos y homófobos, sería derrotado en cambio con facilidad por casi todos sus posibles adversarios en una segunda vuelta, indica la encuesta del Ibope divulgada este miércoles.

En la primera vuelta, el diputado, un excapitán del Ejército, tiene 22% de intenciones de voto, frente a 20% a mediados de agosto. La ecologista Marina Silva se mantiene en 12% y comparte ahora el segundo lugar con el centroizquierdista Ciro Gomes, que tenía 9%, precisa el estudio, publicado por TV Globo y el diario O Estado de S.Paulo. Fernando Haddad, compañero de fórmula de Lula y su posible sustituto, tiene apenas 6% de votos (4% en los escenarios sin Lula del sondeo anterior).

El expresidente de izquierda, Lula da Silva, que purga en Curitiba (sur) una pena de más de 12 años de cárcel por corrupción, tenía 37% de intenciones de voto en la anterior encuesta del Ibope, frente a 18% de Bolsonaro.

Incertidumbre

La justicia electoral invalidó el 31 de agosto su candidatura, a causa de su situación judicial, y emplazó al Partido de los Trabajadores (PT) a designarle un reemplazante antes del 12 de septiembre, so pena de verse excluido de la competencia.

En estas elecciones, las más inciertas de las últimas décadas, el centroderechista Geraldo Alckmin, preferido por los mercados financieros, tiene 9% de intenciones de voto, frente a 7% en la encuesta realizada por el Ibope de 17 al 19 de agosto.

Bolsonaro, que este miércoles alardeó de poder "ganar en la primera vuelta", sería sin embargo derrotado en una segunda vuelta por cualquiera de sus adversarios, exceptuando Haddad, con quien se halla en empate técnico.

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Ciro Gomes lo derrotaría por un margen de 44% a 33% (con 19% de votos blancos y nulos y 4% de personas que no respondieron), Marina Silva por 43-33 y Alckmin por 41-32. A Haddad le sacaría un punto de ventaja (37-36, con 22% de blancos y nulos y 5% de personas que no respondieron).

Bolsonaro tiene además el mayor índice de rechazo, dado que 44% de los interrogados afirma que jamás votaría por él. Le siguen Marina Silva (26% de rechazo), Haddad (23%), Alckmin (22%) y Ciro Gomes (20%).

Acusaciones cruzadas y campaña descarnada

Y a toda la incertidumbre señalada, se suma la entrada en la campaña del actual jefe de Estado brasileño, Michel Temer, que esta semana entró en la campaña electoral y arremetió públicamente contra algunos de los candidatos presidenciales, entre ellos Alckmin, su antiguo aliado.

Temer, cuyo mandato concluye el próximo 1 de enero, recurrió a los vídeos para rebatir una por una las críticas proferidas por algunos de sus posibles sucesores.

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El mandatario se enzarzó primero con Alckmin, quien había respaldado a Temer tras la destitución de Dilma Rousseff, y después con Haddad, posible sustituto de Lula.

El enfrentamiento entre Temer y Alckmin comenzó esta semana cuando el socialdemócrata elevó el tono de su discurso y señaló a Temer como uno de los responsables de la crisis que vive el país en diversas áreas. Con su mensaje, Alckmin, criticado por el apoyo que su partido le ha brindado al gobierno de Temer, busca alejarse de la imagen del presidente, cuya popularidad es la más baja para un presidente en la historia reciente del país, con el fin de poder despegar en los sondeos.

Temer, inconforme, salió al paso y le pidió al exgobernador de Sao Paulo que "diga la verdad". "Candidato Geraldo Alckmin, me dirijo a usted por las falsedades que ha colocado en su programa electoral y que no puedo silenciar", asegura Temer, con tono firme, en un primer vídeo de cerca de dos minutos publicado en las redes sociales.

El presidente, enseguida, acusa a Alckmin de firmar una importante alianza electoral con partidos de centro que integran la coalición de un gobierno que el propio socialdemócrata critica.

"Usted dice que la educación fue un desastre. ¿Usted sabe quién fue mi ministro de Educación? Fue Mendoça Filho, del DEM, un partido que apoya su candidatura", prosigue.

En un nuevo vuelta de tuercas, Alckmin rebatió las palabras de Temer y dijo que el problema no son los ministros, sino el presidente, que no tiene ni el "liderazgo" ni la "legitimidad que necesita tener".

La reacción de Temer no se hizo esperar: "El PSDB apoyó mi gobierno, no hagas como aquellos que falsean, mienten, para conseguir votos bajo a la influencia del publicista. Sé realista, cuente exactamente la verdad", dijo.

"Golpista"

El mandatario brasileño, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), aprovechó el tirón y horas después publicó otro video atacando a Haddad, el posible aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) tras la anulación de la candidatura de Lula por parte de la justicia electoral.

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Temer recomienda a Haddad que, antes de llamarle de "golpista", lea la Constitución: "Cuando un presidente es impedido, el vicepresidente constitucionalmente asume. Hoy, Haddad, nadie quiere cumplir la Constitución y la ley, las personas quieren hacer lo que usted está haciendo, inventar las cosas de su propia cabeza".

El jefe de Estado se refirió así al juicio político que condujo a la destitución de Dilma Rousseff en 2016 y le llevó hasta la Presidencia de Brasil.

 

Con AFP y EFE

 

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