El uruguayo que trabajó para dLocal, triunfa en el comercio electrónico brasileño y busca ser empático para llegar a más mercados

Bajarlia impulsó el programa Educación Responsable, que busca impartir conocimiento sobre educación emocional

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05 de octubre de 2021 a las 05:02

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Ilan Bajarlia tiene su celular configurado en portugués y le llegan pocos mensajes en idioma español. Incluso, hasta su mente intenta pensar igual a la de un empresario brasileño, con el objetivo de entender el mercado. 

Bajarlia es parte del grupo fundador que lleva adelante las operaciones de la empresa de comercio electrónico Nonoc. El empresario se reparte los días del año entre Montevideo y San Pablo, donde tienen todas las operaciones de la compañía. Pero su cabeza está siempre en Brasil. 

El comercio electrónico es un aliado para el uruguayo desde hace ya unos cuantos años. Fue parte de dLocal, un empleo que le brindó experiencia, habilidades para emprender y conocimiento sobre el negocio. 

Pero para Bajarlia no todo son habilidades y capacidades profesionales, sino que desde hace seis años también pone el foco en la educación emocional. Es parte del consejo directivo y del equipo fundador del programa Educación Responsable, que se imparte tanto en empresas uruguayas como en algunas instituciones educativas. 

En el 2017, en entrevista con El Observador, el empresario explicó que la educación emocional atraviesa todos los ámbitos y se centra en ser empáticos con los demás. Si bien reconoce que aún falta mucho camino por recorrer, la pandemia puso nuevamente el tema sobre la mesa porque se está hablando del estrés en el trabajo y también de cómo han subido las tasas de suicidio. 

¿Qué implicó haber sido parte de dLocal en su camino como empresario? 

Los tres socios somos exdLocal, que sin lugar a dudas fue una plataforma donde aprendimos muchísimo. Aprendimos a ver escalar una start up y sobre la industria en general, así como también conectar empresas globales con mercados emergentes. Nosotros estamos en ese plan, que es ayudar a las empresas a que puedan vender más en América Latina. 

¿En qué etapa están hoy en día? 

Hoy estamos escalando. Nosotros les llamamos happy problems, es decir tenemos problemas más de proceso y de escalabilidad. Estamos en medio de una expansión regional, con planes de llegar a mercados importantes de América Latina.

¿Cuáles fueron los puntos de quiebre para estar en esta etapa? 

Estamos trabajando con las principales empresas de Brasil, que suman en su totalidad unos 400 millones de consumidores mensuales. Tenemos alianzas estratégicas únicas que nos permiten atraer grandes empresas a nivel mundial, que quieren llegar con sus productos a Brasil. 

Hemos logrado aumentar la operación a través de la tecnología, pero sin dejar de lado el equipo y la solidez del mismo. De esto estamos orgullosos y nos encanta venir a trabajar, porque es gente muy joven que tiene unas ganas de comerse el mundo que se ven pocas veces. 

¿La pandemia aceleró el e-commerce en Brasil? 

La pandemia, en realidad, es algo lamentable para mucha gente. Pero en comercio electrónico, se dio una aceleración de un par de años. El modelo está creciendo a un ritmo increíble y Brasil viene siendo uno de los mercados más fuertes. 

Tuvimos un par de meses el año pasado de mucha incertidumbre, porque los clientes estaban reconfigurando toda su operación y no sabíamos si nos iban a escuchar. Pero luego, se normalizó y el mercado creció rápidamente. 

¿Qué tan difícil es pensar con otra mentalidad? 

Es el pan de cada día, porque no se nos ocurre de otra manera. Desde hace mucho tiempo que mi actividad principal está en Brasil, y es un chip mental que me genera muchísima adrenalina. 

Hay que tener mucha empatía cultural, para entender el otro mercado y a las personas. Son empresas con 20 mil empleados, entonces hay que moverse en un mundo con formas diferentes de hacer las cosas. 

¿Muchas de estas cosas están relacionales con la educación emocional? 

Sí, y lo que se trabaja ahí es más importante que el conocimiento técnico. Todo lo que son habilidades blandas es importantísimo. Somos emprendedores y vivimos todos los días vaivenes de emociones, porque arrancas arriba del todo y después va cambiando dependiendo de lo que pase. 

Pero lo que es seguro es que, al otro día, tenés que empezar de nuevo y hay que estar con la cabeza limpia. Para eso hay que tener empatía con los de afuera y con el equipo. Empatizar y empatizar con todos para entender -por lo menos por arriba- lo que le pasa al otro. 

¿En qué está el programa Educación Responsable que usted impulsó?

Hoy participo del directorio y no soy más el director ejecutivo. Se sigue trabajando en escuelas y en el Plan Ceibal, con un montón de desafíos de encontrar su lugar en la pandemia. También trabajamos con empresas de diferentes rubros. 

Sí, falta muchísimo. La buena noticia es que se está hablando cada vez más del tema. Hace cinco años, acá en Uruguay se hablaba muy poco y ahora cada vez más te encontrás gente que está intentando aportar. Hay muchos especialistas que están trabajando el tema y que la gente quiere escuchar. 

 

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