Emojis: ¿amigos o enemigos de la comunicación?

Una joven recibe una mala noticia por parte de uno de sus profesores de facultad. Estuvo todo el semestre con grandes chances de tener que recursar la materia por inasistencias y en el último día de clase los números no cerraron, entonces se cumplió el vaticinio. Bastante triste, la joven decidió escribirle un mensaje de WhatsApp a su madre, que antes le había pedido por favor que le avisara cómo resultaba toda esa situación. “Voy a tener que dar de vuelta la materia”, escribió en el chat. Había dos opciones de respuesta: o su madre se enfurecía y lo único que la joven estudiante iba a recibir era un largo discurso sobre oportunidades desaprovechadas, esfuerzo y futuro; o sencillamente caería una palmadita en el hombro en señal de aliento. A los pocos minutos el mensaje de la madre llegó y la hija quedó desconcertada. 

Tres emojis de carcajada. Eso era lo único que figuraba en la burbujita de texto verde adentro del teléfono. “No entiendo la gracia, la verdad estoy bastante bajón”, le contestó su hija. “No me estoy riendo”, respondió enseguida la madre. “¿Y por qué me mandás ese emoji de risas?” “No son sonrisas, ¡es un llanto!” Ahí fue que todo cerró y la joven comprendió que su madre había caído en la trampa de la libre interpretación a la que históricamente han estado sometidos los emoticones. Y lo que ella entendía como una carita triste era, en realidad, una alegre.

La historia es real y –tal vez para sorpresa de algunos– nada fuera de la común. Los emojis, con toda su inocencia, son un canal de comunicación complejo. Son los culpables de miles de malentendidos todos los días y en todas partes del mundo. ¿Te suele pasar de confundir risa con llanto?, ¿verduras con seductoras insinuaciones sexuales?, ¿un puño de pelea con un gesto motivacional? No estás solo. 

Lo dice la ciencia

Hay dos motivos principales por los cuales la comunicación a través de emojis pueden dar lugar a un malentendido: la falta de conocimiento de los códigos e interpretaciones que la cultura internauta le ha asignado a cada emoji; y también que el diseño y la apariencia de un mismo emoticón cambia según la marca y el sistema operativo de cada dispositivo.

Empecemos por la última. Según un estudio realizado por la Universidad de Minnesota en Estados Unidos y difundido en el diario La Vanguardia, las emociones o expresiones que los usuarios asocian a cada emoticón varían de persona a persona.

Un emoji enviado en un mensaje de texto desde un teléfono de Apple se verá distinto una vez que llegue a un móvil funcionando con Android. Son pequeñas variaciones, pero que agregan sus matices y dejan lugar para las dudas. El grupo GroupLens Research fue el que lideró esta investigación en la que analizó el comportamiento de diferentes usuarios con dispositivos de cinco marcas distintas –Apple, Google, Microsoft, Samsung y LG– y 22 emoticones.

Uno de los resultados que más llamó la atención fue el hecho de que estas pequeñas ilustraciones suelen tener connotaciones positivas o negativas, según los usuarios, dependiendo de cada dispositivo y es por eso que generan confusión. La forma de los ojos y la apertura de la boca son los principales indicadores. En el estudio incluso encontraron un emoticón que abrió un brecha enorme entre dispositivos con hasta tres puntos de diferencia en una escala de entre – 5 (muy negativo) y 5 (muy positivo), siendo el 0 el valor más neutral.

El diccionario de emojis

Más allá de la ciencia, algunos emojis se mueven con sus propios códigos sin una explicación muy razonable detrás. La cultura gestada en las profundidades de internet en blogs y foros de debate como Reddit, y potenciada luego a través de las redes sociales, le han otorgado sinónimos a algunas de estas ilustraciones y hay que estar muy al alpiste para moverse en este campo minado que es la comunicación virtual ilustrada.
La más popular tiene que ver con el emoticón de la berenjena que, para los entendidos, simboliza, sin vueltas, un pene. También está el durazno, que se popularizó como el emoji de las nalgas.

Tan dramático se volvió el asunto de la mala interpretación que los mismos internautas que generaron el problema tuvieron que encontrar un mecanismo para solucionarlo. Así fue que crearon varios “diccionarios urbanos” en los que se explica qué quieren decir diferentes expresiones utilizadas en las redes sociales, entre las que hay algunos emoticones. El más universal, y que se transformó en un sitio de referencia es Dictionary.com.

“Como diccionario, nuestro trabajo es tener contenido de referencia para los términos o herramientas de comunicación sobre las cuales las personas tienen preguntas”, dijo a la revista Time Lauren Sliter, jefa de estrategia de contenido del sitio. “Y la gente tiene preguntas sobre lo que significa el emoji de berenjena”. 

Allí entonces se explica el contexto y la historia detrás de los segundos significados. La cabra, por poner otro ejemplo, está detallado así: “Cuando no se alude al animal literal, el emoji de cabra significa GOAT, un acrónimo que es ‘el más grande de todos los tiempos’ (en inglés Greatest of All Time). Generalmente se usa en referencia a personas altamente capacitadas, como músicos premiados o atletas talentosos, para elogiarlos como los mejores de todos los tiempos en su área”. Bastante vuelta para tratarse solo del emoticón de un animal. 

Así que ya lo sabés: pensá dos veces antes de mandar una berenjena. Y si la recibís, bueno, decidí cómo interpretarla.