AFP

Empresas huyen de problemas económicos de Argentina

Los inversores temen las medidas intervencionistas implementadas por el gobierno de izquierda para estabilizar la economía en apuros

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24 de septiembre de 2020 a las 15:33

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Por Benedict Mander

Un número creciente de empresas extranjeras están recortando inversiones en Argentina o huyendo por completo, por temor a las medidas cada vez más intervencionistas del gobierno de izquierda diseñadas para estabilizar la economía en apuros.

El gigante minorista chileno Falabella se convirtió en la última de una serie de empresas en anunciar su intención de retirarse de Argentina la semana pasada, a medida que el gobierno ha tomado medidas para endurecer los controles de capital ya estrictos para proteger las decrecientes reservas de divisas.

El presidente Alberto Fernández obtuvo una gran victoria a través de un acuerdo con acreedores privados para reestructurar US$ 65 mil millones de deuda externa el mes pasado. Pero el inicio de la pandemia apenas tres meses después de su mandato ha obstaculizado los intentos de reconstruir la confianza de los inversores.

"Es una exageración decir que hay algún tipo de éxodo masivo, pero las empresas están lidiando con una dirección política cada vez más intervencionista que puede empeorar a medida que las condiciones económicas también empeoren", según Kezia McKeague, directora de asesoría McLarty Associates.

Otras empresas que han abandonado a Argentina recientemente incluyen al fabricante estadounidense de autopartes Axalta, la empresa alemana BASF, la compañía francesa Saint-Gobain Sekurit y la compañía farmacéutica francesa Pierre Fabre. La aerolínea más grande de la región, Latam, decidió retirarse del país en julio.

La crisis del coronavirus ha asestado un golpe a la economía de Argentina, que aún se encuentra bajo uno de los confinamientos más estrictos y prolongados del mundo. Sin embargo, los inversionistas y analistas insisten en que el creciente intervencionismo estatal se encuentra en el centro de las decisiones de las empresas de alejarse de Argentina, lo cual no está sucediendo en otras partes de la región.

A raíz del fallido intento del gobierno a principios de este año de expropiar al mayor exportador de granos de Argentina, parece poco probable que se produzcan más nacionalizaciones a gran escala.

Pero a los "enormes desafíos" que han planteado los controles de capital cada vez más draconianos, las restricciones a la importación y la congelación de precios están haciendo que las empresas en algunos sectores –como los de bienes de consumo– sean cada vez más insostenibles, añadió McKeague.

“Con todo lo que está pasando aquí en este momento, el país se puede olvidar de cualquier inversión de las empresas extranjeras”, dijo un ejecutivo de una multinacional que opera en el país.

Alejandro Díaz, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Estadounidense en Argentina, dijo que los controles sobre la moneda, las importaciones y los precios “están profundizando las preocupaciones y suscitando interrogantes sobre el desarrollo de planes de negocios”.

Algunos están intentando enfrentar el momento con buena cara, como Flybondi, la primera aerolínea de bajo costo de Argentina, a pesar de que Qatar, Emirates, Norwegian y Air New Zealand han abandonado en el sector en los últimos meses.

“Si, como nos han asegurado, el gobierno crea un entorno regulatorio sólido y justo, continuaremos invirtiendo en Argentina”, dijo Peter Yu, socio gerente de Cartesian Capital Group, accionista controlador de Flybondi.

Aunque una ley de presupuesto enviada al Congreso el martes prevé que la economía se contraerá en un 12.1 por ciento este año, también proyecta un repunte del 5.5 por ciento en 2021. Pero los economistas dicen que la predicción de un 29 por ciento de inflación el próximo año es demasiado optimista, después de la impresión masiva de dinero en los últimos meses.

Los economistas temen que el reciente endurecimiento del control del capital sólo retrase una eventual devaluación. “Solo están ganando tiempo”, dijo el economista Luis Secco. “No resuelve el problema real”.

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