En defensa del Patrimonio

A partir de 2015, el patrimonio nacional contará con un nuevo defensor. Es que luego de una primera etapa en 2003 Uruguay reanudará su vínculo con el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), una organización sin fines de lucro cuyo propósito es la defensa, protección, gestión y difusión del patrimonio cultural. En entrevista con El Observador, el arquitecto William Rey, quien preside la organización, habló sobre el propósito de formar parte de esa organización internacional y acerca de las carencias del patrimonio en el país, al que según Rey, le falta tanto gestión como normativas.

En Uruguay hay distintas organizaciones vinculadas al patrimonio, a veces muy diversas y a veces muy específicas. Para esta organización, su mayor fortaleza, es la diversidad de actores y de preocupaciones acerca del patrimonio por lo que está en muy buena situación para estimular y promover una red nacional de patrimonio. Una red que permita potenciar enormemente la acción de todos, con un grado de eficiencia importante y para compartir experiencias, que es fundamental.

Ese es uno de los propósitos, poder establecer esa red nacional pero tiene también programas concretos que tienen que ver con turismo y la necesidad de fortalecer algunas redes circuitales o con la necesidad de llevar a delante una tarea de difusión y enseñanza del patrimonio que tienen que llegar a los jóvenes. Por otra parte, se está trabajando en patrimonio ausente que son aquellos patrimonios que o bien han desaparecido, o están en peligro de desaparición o se van del país, y es necesario llamar la atención. También, la puesta en valor del arte y la arquitectura modernos.

Hablaba de la necesidad de enseñar patrimonio a los jóvenes.

Es importante su incorporación a la enseñanza formal. No como una materia sino como algo que contagia el profesor hacia el alumno, a través de lo que el propio profesor sabe. Con mis alumnos de arte trato de hacer entender algunos significados que hay detrás de los monumentos públicos porque una vez que saben de qué trata, deja de ser un monumento mudo. En ese sentido se produce una valoración automática. Los profesores y maestros pueden ayudar a hacer entender ese valor.

Sí, se va hacer una propuesta. La idea es avanzar en un programa para presentarlo al Ministerio de Educación.

Está previsto para abril una exposición sobre arquitecturas que han desaparecido, pero la idea es abarcar también por ejemplo obras de arte. Es posible en Uruguay impedir la salida de un bien cultural, pero sin embargo no hay una norma que permita establecer una trazabilidad del bien una vez que dijimos que no puede salir del país. Con lo cual el bien puede quedarse dentro de los limites del país o irse sin que lo sepamos. Se debe llevar entonces adelante la trazabilidad y tener un archivo de pertenencia. Eso permite saber de quién son las responsabilidades de una posible ausencia.

Absolutamente. Hay varios problemas en ese sentido. Creo que tenemos una institución nacional que necesita un fortalecimiento en el sentido económico, de recursos humanos y de recursos tecnológicos. La enorme dependencia sistemática que tiene la Comisión de Patrimonio para recoger recursos la hace muy inoperante. Es necesario generar un verdadero instituto con su independencia técnica y sus recursos propios.

Uruguay cuenta con una normativa del año 1970. Fue una normativa nacional razonable para su tiempo, pero ahora se necesita una ley nueva que comprenda una nueva institucionalidad. La Comisión de Patrimonio ya no es una comisión asesora del ministro, sino que es un instituto técnico y requiere operar de forma más ágil, más independiente. Hay que pensar un fondo permanente independiente y ponerla al día. Por ejemplo, los inventarios de la Comisión no están al día y eso hace imposible poder llevar adelante una buena gestión porque la información de base es mala. Una institución a la que se le pueda exigir más. Para eso CICOP, para eso las redes.

Coincido que es necesario tanto a los efectos arqueológicos como a los del patrimonio arquitectónico trabajar previamente, es fundamental e incluso aplicar cautelas y dejar las obras sujetas a los estudios previos. Pero los estudios previos tienen que disciplinarse y trabajar en tiempos razonables.