Ganaderos del pastizal cuidan un patrimonio, para el campo y la ciudad

Los integrantes de la Asociación Uruguaya de Ganaderos del Pastizal (Augap) trabajan en pos del cuidado de este recurso, que es utilizado por 30.000 productores ganaderos en todo el país.

La misión de la asociación, según cita su web (augap.com.uy), es “ser un referente nacional para la producción ganadera a campo natural, en un país donde la actividad sea una opción rentable y preferida por los productores, y que contribuya al desarrollo sustentable del Uruguay”.

El propósito de trabajar por conservar este recurso va de la mano con una mejora productiva y de rentabilidad, lo que Javier San Román –presidente de la asociación– definió a El Observador como “una apuesta a futuro”, ya que cuanto más pasto haya, más carne se podrá producir, indicó.

“El campo natural es un patrimonio uruguayo y tenemos la obligación de conservarlo para las futuras generaciones. Además, este trabajo que hacemos es para toda la sociedad, porque en los lugares en los que ha habido desequilibrio con el campo natural hay complicaciones, como por ejemplo con el agua, como pasa en la cuenca del Santa Lucía”, detalló, y agregó que es fundamental conservar la biodiversidad del campo natural porque en parte ayuda a que el agua se infiltre correctamente en los suelos.

Rentabilidad, sobreprecio y carne a Holanda

Los socios de Augap están convencidos de que producir con base en el campo natural traerá consigo resultados económicos “aceptables y viables”, dijo San Román. La apuesta a futuro es porque el recurso, que es cada vez más escaso, “será cada vez más importante en Uruguay y la región”, añadió.

Expresó que producir ganado a pasto es valorizado en el mercado internacional, pero “todavía no, o muy poco, en Uruguay”.

Según detalló, algunos integrantes de Augap que tienen sus producciones certificadas por hacerlas con base en pasturas forman parte de un convenio con un frigorífico de plaza que mensualmente hace una faena de “carne a pasto” que se destina –dentro de la cuota Hilton– al mercado holandés. Por cada uno de esos animales, criados, recriados y terminados a pasto, los productores reciben un sobreprecio que se determina en función de la dentición de los ganados y el peso de las carcasas.

“Cuando logramos animales jóvenes, bien terminados y pesados obtenemos un diferencial con respecto al precio de mercado”, comentó, y agregó que el sobreprecio se aproxima a los ocho centavos de dólar. Para obtener el mismo se hace una calificación individual de los ganados. “Si el animal no llega a los 250 kilos no llega al sobreprecio, y si tiene seis dientes o más tampoco”, explicó.

Experiencias compartidas

Para mejorar la productividad de sus campos los productores nucleados en la Augap intercambian experiencias y conocimientos en varias actividades. Previo a la llegada de la pandemia la asociación realizaba cuatro visitas por año a predios de socios, donde se podía ver la forma de trabajo de los rodeos, pero eso se suspendió temporalmente por la emergencia sanitaria por covid-19.

También, para cubrir las dudas de los ganaderos, la Augap organiza foros temáticos en los que especialistas de diferentes áreas realizan charlas sobre diversas temáticas vinculadas al agro.

Además, un servicio que le ofrece a 30 socios al año es la realización del Índice de Conservación de Pastizales (ICP). El mismo es hecho por técnicos contratados que estudian las características de cada predio para ver cómo se conserva el recurso.

Según comentó San Román, lo ideal es que los productores que acceden a este servicio lo repitan cuatro o cinco años después de la primera vez de realizado, para evaluar la evolución del campo y ver si ha mejorado o se ha degradado, ya que eso les permitirá tomar decisiones sobre el manejo futuro del pastoreo.

Pastoreos racionales

El Día Nacional del Campo Natural –11 de noviembre– la Mesa de Ganadería sobre Campo Natural (MGCN) entregó los premios Paspalum de Oro 2021, con los que reconoció la actuación de productores, investigadores y actores vinculados al sector, sobre el cuidado del campo natural. En ese marco, San Román expresó que la cantidad de campo natural que hay en todo el país si bien es del 60% no es igual en todos lados.

“Queda solo 60% del campo natural en Uruguay, pero hay zonas en las que prácticamente se ha perdido el 100% del mismo, hay departamentos en los que hay 93% y otros en los que no queda nada”, comentó a El Observador. 

La pérdida del campo natural se ha dado por el avance de las actividades humanas, añadió, como por ejemplo la producción agrícola, la forestación o el desarrollo de emprendimientos urbanísticos tales como chacras. Pero también la ganadería ha tenido su efecto, ya que con el sobrepastoreo ha deteriorado el recurso en varias zonas del país, indicó.

Por el avance de esas diferentes actividades se han perdido muchas especies del campo natural. En lo que refiere a la ganadería, principalmente las especies que han sufrido más deterioro son las más productivas, ya que son las más elegidas para el consumo de los animales.

Desde Augap se llama a tener “pastoreos racionales”, para mantener un equilibrio de especies, evitar que muchas desaparezcan y, de ese modo, producir mejor.

Más pasto, más carne

“En la medida en que arrasamos con los campos y no les damos descanso no se les permite semillar y las especies se empiezan a perder. Con buenas prácticas de manejo, que se pueden hacer en cualquier sistema de pastoreo, el campo natural empieza a mejorar y a ser más productivo”, subrayó.

Agregó que el objetivo de Augap de conservación del recurso apunta a una especie de círculo virtuoso, ya que si se conserva el campo natural habrá más pasto, y si hay más pasto se produce más carne.

“Las prácticas conservacionistas van de la mano con las productivas y las económicas, las tres patas son compatibles, cuando se logra producir más es porque se conserva más y a la vez hay un mayor retorno económico”, reflexionó San Román.

Nació en Aiguá y se extendió por el país