Giro político en la región resta apoyo a Venezuela

Los cambios de signo político en los gobiernos del Mercosur empezaron a hacerse sentir en el relacionamiento interno del bloque, que no logra acordar si Venezuela debe asumir la presidencia por un semestre.

El chavismo había logrado una alianza que perdió fuerza al llegar al poder nuevos partidos con una orientación distinta.

Por ahora, ninguno de los socios del Mercosur cambia de posición y el acuerdo sobre la presidencia no llega. "Yo la voy a pasar", les dijo el canciller Rodolfo Nin Novoa a sus colegas al despedirlos el lunes en la puerta del Palacio Santos, contaron a El Observador fuentes diplomáticas. Por ahora ninguno cede.

Los países se dieron plazo hasta mañana jueves –tal vez ese cuarto intermedio se extienda hasta la semana próxima– para buscar una solución. La situación planteada llevó también a postergar, sin fecha, la cumbre de presidentes del Mercosur.

Ayer Paraguay ratificó su posición y pidió "gestos" democráticos a Venezuela.

El canciller Eladio Loizaga dijo a EFE que el gobierno de Nicolás Maduro "tiene que asumir el compromiso de respetar al que disiente.

La pelota está en cancha de Venezuela", remarcó. "Que ponga en libertad a sus presos políticos, que haga gestos que lo comprometan con la democracia, de otro modo no habrá consenso para entregar la presidencia a Venezuela", expresó Loizaga.

Cambios de color

El nuevo escenario político tiene a Argentina con Mauricio Macri en la presidencia que ganó tras derrotar al kirchnerismo, un antiguo aliado del chavismo.

Desde el primer momento Macri se mostró crítico de Venezuela, la acusó de violar "todos los derechos humanos" e incluso reclamó por el estado de esa democracia. De no asumir Venezuela la presidencia del Mercosur, por orden alfabético, le correspondería a Argentina.

Con Brasil debilitado como está, Macri se perfila para liderar la región.

Brasil, con un Ejecutivo transitorio que quitó del medio a la progresista Dilma Rousseff es dirigido por Michel Temer quien también cuestionó al régimen de Maduro.

En Paraguay, el presidente Horacio Cartes mantiene su tradicional oposición al chavismo. Actualmente se mantiene como el más firme crítico y reclamó que por "la falta de credenciales" democráticas de Venezuela para asumir al frente del Mercosur.

Paraguay no olvida que en 2012 fue suspendido del Mercosur por el juicio político al expresidente Fernando Lugo quien debió dejar el cargo. Esa suspensión permitió a Venezuela entrar al Mercosur.

El ingreso lo aprobaron las expresidentes Dilma Rousseff (Brasil), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina) y José Mujica (Uruguay).

El entonces canciller Luis Almagro se opuso a esa solución pero luego se alineó con Mujica.

Actualmente desde la secretaría general de la OEA, Almagro activó la carta democrática para Venezuela, lo que le valió duras críticas del gobierno de Maduro y de su sector político, el MPP, que proyecta expulsarlo de sus filas.

Del otro lado, enfrentado a Brasil, Argentina y Paraguay, se ubica el actual gobierno de Uruguay con el solitario respaldo de Bolivia –ambos gobiernos de izquierda– que sostiene que debe transferirle la presidencia a Venezuela. Ayer el ministerio de Relaciones Exteriores uruguayos convocó al embajador boliviano para conocer con exactitud la posición de ese país.

Los que se oponen, no sólo critican la situación política de Venezuela donde se denunció la existencia de presos políticos, sino que tampoco la quieren en momentos en que hay que conducir la negociación hacia un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.