La crisis de la lechería, el peso de Conaprole y la deriva de los tambos más pequeños

En un contexto del mercado internacional con una gran baja de precios sin recuperación desde hace al menos cuatro años, que son acompañados por aumentos de los costos productivos internos, los primeros cambios más notorios con el paso del tiempo son la disminución de la cantidad de productores, aunque en contrapartida no así la cantidad de leche remitida a la industria, que ha aumentado y tiene capacidad para seguir haciéndolo. 

En octubre la remisión de leche fue de 203 millones de litros de leche en toda la industria, 3,6% más que igual período de 2017. De todas formas, ese volumen fue 12 millones de litros inferior que los 215 millones remitidos en octubre de 2013, mes que ostenta el récord de producción de leche al momento. En lo que va del año 2018 -enero-octubre- en relación al año anterior, el incremento de la producción de leche llega al 6% y va camino a su segundo año consecutivo de expansión. La remisión a planta había descendido entre los años 2014 y 2016. 

Sobra la capacidad instalada

Considerando que Conaprole recibe el 75% de la leche producida, el área industrial del país encuentra un sector representado por pocas empresas, dominado claramente por un líder, la cooperativa integrada por 1.800 de los alrededor de 2.500 productores lecheros que tiene el país actualmente.  

El presidente del Inale, Ricardo De Izaguirre, dijo que la industria uruguaya tiene una capacidad de recibir 12 millones de litros diarios de leche, pero hoy se están recibiendo entre 6 y 7 millones, lo que desemboca en una capacidad productiva ociosa que ronda el 50%. 

Esta circunstancia, en un contexto en que la mayoría de las empresas son exportadoras y existe un mercado interno absolutamente abastecido, acarrea un problema inherente para el sector por su propia lógica de funcionamiento, dadas las barreras que enfrentan industrias de menor porte para hacerse y negociar precios y también la adquisición de materia prima. 

Conaprole representa al 75% de la industrialización de la leche producida. Si se le suman las otras cooperativas como Clady, Calcar y Coleme ello crece al 80%, lo que habla a las claras de la participación del sistema cooperativo en el complejo lechero local. Uruguay hoy exporta aproximadamente el 70% de lo que produce en el sector lácteo y destina un 30% al mercado interno.

Una menos y sin comprador 

La sanducera Pili realizó inversiones millonarias (más de US$ 40 millones en una nueva planta) para buscar ser más competitiva, pero terminó en la quiebra y este miércoles bajó la cortina tras 56 años de actividad. La empresa dejó un pasivo de unos US$ 60 millones. Esta empresa posee instalaciones capaces de industrializar al menos 400 litros de leche al día, pero terminó por acarrear problemas económicos que se agravaron por la falta de materia prima que hizo inviable su proyecto industrial. A la empresa remitían 42 productores lecheros que hasta hoy están enviando unos 40 mil litros de leche a la planta en Cardona que tiene la multinacional francesa Lactalis (Indulacsa) para mantener -aunque disminuida- la cuenca lechera sanducera. Esta industria ubicada en el departamento de Soriano principalmente fabrica quesos. Los productores están recibiendo el mismo precio por la materia prima, pero con un pequeño rezago por el costo de fletes extra.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Productores Lecheros de Paysandú, Gerardo de Souza, señaló a El Observador que cuando los productores recibieron la notificación de que a partir del miércoles 28 Pili no recibiría más leche, se propuso por parte de la gremial que se recibiera igual y que la empresa en concurso efectuara la tarea administrativa de control para remitir luego la leche a otras industrias.

Este miércoles a la hora 15 vencieron los plazos que tenían los oferentes para presentar las garantías de mantenimiento de oferta de inversión. Esto implica que no habrá ningún interesado a participar en la instancia de concordato que finaliza este viernes. En este sentido, el responsable de servicios jurídicos de la Liga de Defensa Comercial, Fernando Cabrera, dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural que se declarará la licitación desierta, aunque aclaró que se estará a la espera hasta febrero de que algún interesado haga un planteo de compra directa en esta circunstancia, que se analizará con el Banco República, principal acreedor de la empresa.

La intención de los productores lecheros es que los que se encargaban de remitir materia prima a Pili, sigan haciéndolo, ya que “ante la expectativa de que aparezca un nuevo inversor, si se comienza a remitir a otra empresa se hace muy difícil retornar”, recalcaron desde la gremial.

“Es muy complicado que aparezcan inversores interesados para las plantas si no tienen leche para industrializar. La idea es que se mantengan las fuentes de trabajo y la cuenca de Paysandú-Salto. Lactalis nos tomó la leche porque en realidad no teníamos otra salida. Tuvo un buen gesto para con los productores y para con Pili”, afirmó de Souza.

Si bien en un principio las negociaciones se habían hecho con Conaprole, los productores del litoral norte priorizaron por el momento esta alternativa, sin descartar que a un futuro la remisión de leche de la cuenca de esa zona del país también termine por ser industrializada por la principal cooperativa láctea de Uruguay, que es la mayor empresa privada del país con una facturación que ronda los US$ 900 millones.  

De Izaguirre comentó que el objetivo que se debe trazar el país debe ser el de competir con el mundo y para que eso sea factible, “debe haber integración de las empresas”.