Gentileza Teyma

Las iniciativas de empresas uruguayas para reinsertar reclusos al mundo laboral

Compañías de diversos rubros desarrollan capacitaciones en cárceles y contratan a exconvictos para que puedan volver al mercado laboral

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25 de abril de 2022 a las 05:05

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En 2019, la cárcel de Tacuarembó necesitaba más cantidad de camas para los convictos y mejorar algunos de los muebles, que el paso del tiempo había deteriorado. 

Cuando el director de la institución recurrió a la empresa forestal Lumin para que les donara algunos tableros y mamparas con el objetivo de restaurar el mobiliario, en la empresa forestal retrucaron: “¿Por qué no le ponemos un poco más de pienso a esto?”. Fue así como surgió la idea de diseñar una iniciativa para instruir a los presos

Un año después, Lumin se puso de acuerdo con el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y con la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) para desarrollar un taller de carpintería que permitiera a los convictos aprender el oficio. Esta capacitación habilita a los interesados a obtener el diploma de Técnico Profesional en Carpintería.

El objetivo de la iniciativa es “contribuir al aprendizaje y rehabilitar a los privados de libertad”, señaló Mara Pisano, gerenta de Recursos Humanos de Lumin, en diálogo con Café & Negocios

Materas, mesas de luz y sillones fueron algunos de los productos que crearon los alumnos de la primera generación mixta de este taller, compuesta por 15 convictos —12 hombres y 3 mujeres—. La experiencia se llevó adelante durante el año pasado en la unidad número 26 de Tacuarembó.

“Se nota el proceso de aprendizaje y ahora tienen el conocimiento en el uso de las herramientas y en los trabajos perfeccionados para trabajar su inclusión laboral”, aseguraron fuentes del INR al respecto de la primera edición de la propuesta educativa.

Lumin, un proyecto con buena madera

Gentileza Lumin
Producto en madera realizado por un convicto en el taller de carpintería.

En el intercambio que se genera durante la clase “observo que (los convictos) están preocupados por ocupar su tiempo de ocio”, explicó Daniel Olivera, docente del curso de carpintería, a Café & Negocios

El tallerista, que se desempeña hace 13 años en ese rol, imparte por primera vez sus clases a convictos gracias a este programa. “Es una experiencia única”, señaló. Es permanente “la preocupación por contar con herramientas que les permitan subsanar su daño con la sociedad y poder volver a ella” una vez que recuperen su libertad, sentenció Olivera. 

La iniciativa funciona del siguiente modo: la empresa forestal proporciona la madera, el INR el taller para desplegar las actividades en la chacra policial de Tacuarembó y la UTU ofrece el servicio educativo. 

En la actualidad, “los alumnos (que ya culminaron la primera edición del taller) cuentan con las competencias necesarias para ejercer la carpintería”, apuntó el docente, quien se encuentra a la espera del próximo inicio del curso cuya fecha aún no se ha estipulado. 

La iniciativa de Lumin le valió a la compañía un reconocimiento en 2021 por parte del INR como empresa que colabora “en pos de la rehabilitación de los privados de libertad”.

“Vale la pena apostar a este tipo de políticas que contribuyen a las comunidades donde se encuentran las empresas”, concluyó Pisano.

Salir adelante con estilo

El programa mundial “Belleza por un Futuro”, que desarrolla la multinacional de cosméticos L’Oréal, aterrizó en Uruguay en 2021 en alianza con Sembrando, el programa de emprendedurismo dirigido por Lorena Ponce de León. 

La iniciativa, que apunta a mujeres convictas, consta de talleres de capacitación teórico-práctica en el área de belleza, dictados por profesores especializados de UTU y peluqueros del equipo de L’Oréal Professionnel Uruguay. Los cursos tienen una carga horaria de tres horas, dos días a la semana, durante nueve meses. 

Las alumnas son evaluadas al final de cada módulo y, una vez culminado el curso, se les entrega un diploma que certifica los conocimientos adquiridos.

En ese proceso se instruye a 10 convictas. El plan piloto que se desarrolla actualmente en la cárcel de Rivera culminará a fines de mayo. 
El éxito de esta la primera edición ya provocó que la capacitación se extienda este año a cinco centros penitenciarios más: Maldonado, Tacuarembó, Salto, Soriano y Montevideo.

La iniciativa “apunta a brindar formación técnica, gratuita y de calidad en el área de la peluquería a mujeres en situación de vulnerabilidad; en Uruguay somos pioneros en dirigirlo a mujeres privadas de libertad”, explicó Cecilia Cardozo, Corporate Affairs & Engagement manager (gerente de Asuntos Corporativos y Compromiso, en español) de L’Oréal Uruguay.

L’Oréal, iniciativa pionera enfocada en mujeres

Pexels
El objetivo es que las ahora convictas aprendan el oficio de peluquería para poder ejercerlo en libertad.

Las capacitaciones que despliega L’Oréal en la cárcel reciben el apoyo de la propia institución penitenciaria a la hora de seleccionar las convictas que cursarán el taller, que tiene como requisito que hayan culminado el Ciclo Básico. 

“Es muy gratificante ver cómo aprenden el oficio y, además, percibir cómo esto mejora su autoestima y perspectivas de futuro para ellas y sus familias. Además, demostraron gran interés en seguir formándose y en realizar especializaciones para profesionalizarse aún más”, admitió Cardozo.

La multinacional, que cubre todos los gastos de esta capacitación, conforma un taller en la cárcel bajo el formato de salón de belleza, con el fin de que las convictas puedan desarrollar y aplicar los conocimientos que reciben sobre el cuidado de la piel y el cabello, lo que incluye su lavado, diagnóstico, color y peinado.

Según adelantó L’Oréal a Café & Negocios, las convictas que hayan formado parte del programa Belleza por un Futuro serán consideradas en un plan de pasantías de seis meses, que la empresa está gestionando para luego de que las mujeres hayan dejado el centro penitenciario.

Consultada sobre la falta de políticas e iniciativas de otras empresas que vayan en este sentido, Cardozo sentenció: “Sin duda hay que seguir sumando esfuerzos”. 

Práctica con trayectoria

A diferencia de Lumin y L’Oréal, Teyma no capacita en cárceles, sino que contrata a exconvictos. “Hace más de 15 años que lo hacemos como una política de responsabilidad social de la empresa”, explicó Jorge Penedo, director de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de Teyma, a Café & Negocios

Incluso, la empresa constructora ya desarrolló un método para incorporar a expresidiarios en su plantilla de trabajadores una vez que se genera una vacante o deben reclutar más empleados.

 “Lo que hacemos es contactar con la Dirección Nacional del Liberado (Dinali) o alguna organización no gubernamental que trabaja con personas liberadas para ver si tienen candidatos para incorporarse a trabajar con nosotros en las distintas líneas de negocio”, detalló Penedo.

Las tareas son variadas, porque depende de la línea de negocios a la cual se incorporen. En construcción, por ejemplo, el exrecluso pueden comenzar como peón o medio oficial. En recolección de residuos, puede desempeñarse cumpliendo diferente tipo de tareas de limpieza. 

Para Penedo, es necesario que más empresas tomen este tipo de iniciativas, ya que su seguridad económica depende de que los exconvictos se reintegren a la sociedad.

Teyma, política probada

Gentileza Teyma
Etarey es una de las líneas de negocios de Teyma que incluye exconvictos en su plantilla de empleados.

Teyma desarrolla actividades de ingeniería, construcción, servicios industriales, del sector forestal, de higiene urbana y gestión de residuos. En todas sus ramas ha incorporado a exconvictos. En este sentido, Penedo reconoce que el desempeño de los exconvictos “no es diferente al del resto de los empleados”. 

“Si no damos oportunidades para que las personas puedan reinsertase de manera productiva a la sociedad, lamentablemente nos vamos a seguir encontrando con ellas en cualquier situación, nosotros y nuestras familias”, explicó el encargado de Recursos Humanos de la compañía.

Además, Penedo cree que las empresas, en general, deberían tratar de que las personas “se reincorporen para que podamos convivir lo más armoniosamente posible”. 

La empresa siempre tiene una institución referente, como una oenegé o la Dinali, que ayuda a mediar entre las necesidades de la organización y las del exconvicto. Las situaciones más frecuentes que requieren de su intervención son diferencias en los hábitos de trabajo, como ausencias o llegadas tarde. 

“Si tuviera que sugerir algo, es una invitación a sumarse a generar estas oportunidades desde el sector empresarial; creo que sería un camino positivo para una sociedad más integrada”, concluyó Penedo en diálogo con Café & Negocios

Realidades que preocupan
En Uruguay, hasta marzo del año pasado, había 13.402 presos, según divulgó el semanario Búsqueda. Además, se estima que por cada 100 plazas disponibles en los centros carcelarios hay 130 convictos. Las complicaciones derivadas del hacinamiento en cárceles son críticas. De hecho, se contabilizaron 1.500 presos más desde que asumió el gobierno actual, lo que pone este tema recurrentemente en el centro de la agenda política. 
Por otro lado, campaña tras campaña electoral se reedita el debate sobre la capacidad de rehabilitación que poseen las cárceles uruguayas. Estos programas apuntan a que, una vez en libertad, los exconvictos logren un sustento económico que les permita integrarse nuevamente a la sociedad. 
 
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