Liverpool, un equipo que mostró su clase de campeón

Fue un partido que tuvo momentos marcados y que comenzaron con los darseneros parándose en cancha rival para apretar la salida de los de Belvedere, cuyo DT Paulo Pezzolano es partidario de salir tocando desde su arco.

River Plate, del experimentado Jorge Fossati, se la puso difícil al negriazul que tuvo dificultades al comenzar sus jugadas y debió lanzar las pelotas desde su área con acertado envíos de Oscar Ustari.

Fueron 20 minutos iniciales en los que los darseneros apretaron y robaron pelotas, incluso tuvieron un cabezazo de Sebastián Píriz que cayó en el travesaño.

Liverpool fue ajustando su juego y superó esas complicaciones con respuestas por la banda derecha, con Federico Martínez como el responsable de abrir el partido. En una jugada colectiva a un toque con Hernán Figueredo y Agustín Ocampo, el rápido puntero mandó el centro y Juan Ignacio Ramírez no llegó a cabecear.

Y enseguida, en una jugada parecida, Martínez desbordó y asistió al medio, y ahí sí apareció el goleador para poner el 1-0.

El equipo de Pezzolano se ponía arriba y comenzaba a mostrar su buen juego, superando a River que no la pasaba bien por la izquierda de su defensa. Inexplicablemente, el DT negriazul, que jugó con un 4-3-3, cambió de banda a sus punteros y perdió poder.

En el segundo tiempo, el juego arrancó con un monólogo negriazul que prácticamente tuvo en circulación el balón durante los primeros 5 minutos de juego. Luego, Ocampo reventó una pelota en el travesaño luego de una gran asistencia de Martínez.

A River le costaba muchísimo llegar, pero se las ingenió con pases en profundidad para los delanteros que por dos veces tomaron mal parados a los zagueros rivales. Ustari tuvo que intervenir en un tiro libre y luego en una definición de Luis Urruti.

Hasta que en otra de las llegadas, Joaquín Piquerez encontró la pelota y la clavó en un ángulo, como ya había hecho ante Nacional, para confirmar que es uno de los mejores pateadores del medio.

Faltaban 25 minutos para los 90’, pero hubo pocas situaciones  de peligro. En un Franizini colmado de hinchas, la tensión iba en aumento al acercarse el final, hasta que se fue al alargue.

El cansancio comenzó a jugar su partido en ambos equipos. Liverpool ya no tenía tanta claridad y era todo más que nada a impulsos individuales, como cuando en elprimer chico llegó el 2-1 con un gran remate de Bryan Olivera, uno de los cambios de Pezzolano.

River estaba abajo en el marcador y mal físicamente, con Píriz parado de dolor y Maxi Calzada sentido. Hasta que en una pelota quieta, una de las armas de los del Prado, Gonzalo Viera aprovechó la pasividad de la zaga rival y marcó el 2-2 que llevó el partido a la emoción, y drama, de los penales.

Y en la definición, luego de que la serie de cinco tiros también terminara igualada, con un remate en el travesaño para cada lado, Ustari se convirtió en ídolo al tapar el sexto tiro y darle un título histórico a los de Belvedere, que se dieron el gusto de gritar campeón.

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