Locura uruguaya: los hinchas invadieron Rostov
La selección fue recibida por un vistoso grupo de hinchas
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19 de junio de 2018 a las 13:30
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Tras viajar desde Nizhny Novgorod, ubicada a más de 1.200 kilómetros, los celestes llegaron sobre la hora 13 al hotel Ramada, que a diferencia del homónimo hotel de Ekaterimburgo no está cerca del aeropuerto sino en una ubicación más céntrica, bastante próximo al Arena Rostov, donde se jugará el partido a la hora 12 de Uruguay y a las 18 hora local.
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Otra vez un buen número de hinchas celestes fue a alentar a los jugadores que ingresaron por la entrada trasera al hotel hasta el lobby.
El vallado y la puerta de vidrio cerrada del hotel les impidió a los hinchas tener nuevamente un contacto más cercano con los jugadores.
Después, algunos de los futbolistas se asomaron al balcón para saludar. Pero rápidamente se dispusieron a almorzar y descansar.
Frente al hotel hay un hospital, y pacientes y personal así como quienes pasaban por el lugar se interesaron por ver la llegada y el cálido recibimiento de los hinchas con sus camisetas, banderas y cánticos. Dada la lejanía de los jugadores, los protagonistas de la historia pasaron a ser los hinchas, a quienes les pidieron fotos.
"Otra vez no salen a saludar", lamentó un hincha. "¡Soy celeste!", gritaban desde el balcón los hijos de Maximiliano Pereira, y los fanáticos, abajo, se largaban a cantar.
Un hincha ruso le gritaba a Suárez. "Dale, que te va a entender", le respondía un uruguayo a las risas. Cuando el jefe de prensa de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Matías Faral, se acercó al vallado, el ruso insistió pidiendo la presencia del 9, pero la respuesta que recibió fue que el delantero estaba comiendo.
A las banderas de Uruguay se sumaron camisetas de Peñarol y Nacional. Un hincha llegó ataviado con una gran bandera tricolor, gorro y la 10 celeste con el nombre de Forlán en la espalda.
Junto a él arribó un hincha de Unión Atlética. Otro hincha de básquetbol que había llegado primero tenía la camiseta del campeón Malvín.
Las peatonales del centro, la rambla del río Don y la gigantesca explanada que rodea el estadio prometen pintarse de celeste estos días.
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