No solo los cocineros han hecho la historia de la
gastronomía. También músicos, científicos e incluso políticos lo han hecho.
De algunos de ellos y también de cocineros versa
Grandes maestros de la historia de la gastronomía, un volumen en el que la historiadora y especialista en
nutrición Almudena Villegas recorre las biografías de personalidades que han destacado a lo largo de los siglos por sus aportaciones a este ámbito.
Es el caso de Moisés, el patriarca del pueblo judío, que creó la normativa alimentaria por la que desde entonces se rigen millones de hebreos (como la prohibición de mezclar carne con leche o de comer peces sin aletas ni escamas), y de Buda, a quien sus seguidores deben su alimentación vegetariana, que creó como forma de purificación para alcanzar el Nirvana.
También tiene su espacio Hipócrates, el griego conocido por crear la medicina científica, pero también el concepto de la alimentación saludable combinada con ejercicio, y el tercer presidente de Estados Unidos y principal autor de la Declaración de Independencia, Thomas Jefferson, que introdujo el viñedo en su país después de viajar por Francia y escribió sus propias recetas.
Algunas elaboraciones con papas se denominan "a la Parmentier, apellido de Antoine Agustin", el cruzado del tubérculo. Este científico vio un remedio contra las hambrunas que por entonces diezmaban Francia y convenció de ello a Luis XVI, para quien las plantó en su palacio. Aunque no era cocinero, ideó recetas para enseñar cómo cocinarlas y logró que el humilde tubérculo ascendiese a todas las mesas.
Por su parte, Catalina de Médici llevó la alta pastelería, el tenedor y el hábito de lavarse las manos antes de comer. Y, por supuesto, tienen su espacio dos cocineros: Marie-Antoine Carême, considerado el padre de la alta cocina francesa, y Georges Auguste Escoffier, que estructuró la cocina moderna.