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Los riesgos de una defectuosa elección estadounidense

El ataque de Trump en contra del voto por correo, o ausente, en medio del coronavirus es un mal presagio

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13 de agosto de 2020 a las 15:46

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Por FT View

Desde hace mucho tiempo ha quedado claro que las únicas limitaciones a las acciones de Donald Trump son los tribunales y el pueblo estadounidense. Los republicanos han fracasado en gran medida cuando se ha tratado de controlar al presidente de EEUU, incluso cuando ha socavado los principios que ellos mismos han acogido. Uno de estos principios es la disposición de la constitución estadounidense para una elección presidencial cada cuatro años.

Recientemente algunos jefes republicanos han criticado –lo cual ha sido inusual– públicamente los comentarios de Trump sobre retrasar las elecciones de noviembre. Eso ha sido alentador. Él no tiene autoridad para posponer un evento que se ha realizado sin falta, incluso en medio de la guerra civil de EEUU y dos guerras mundiales. Sin embargo, los republicanos han sido cómplices de los esfuerzos encubiertos de Trump para dificultar al máximo el ejercicio del derecho al voto de los estadounidenses. La supresión del voto podría tener resultados tan negativos como una elección retrasada.

De éstos esfuerzos de supresión, el más preocupante es el ataque de Trump al voto por correo, el cual él ha descrito repetidamente sin pruebas como "fraudulento". En medio de una pandemia, es fundamental que los votantes tengan una alternativa a hacer largas colas en las urnas. Sin un servicio postal estadounidense que funcione bien, es posible que los votos no se emitan o que lleguen demasiado tarde para ser contados. Sin embargo, Louis DeJoy, el director general de correos recientemente nombrado, quien dirige el Servicio Postal de EEUU (USPS, por sus siglas en inglés), está tomando medidas para dificultar el voto por correo.

Triplicó la tarifa en las boletas electorales por correo; eliminó las horas extra para los repartidores del USPS, lo cual ha ralentizado el servicio en todo el país; y eliminó de sus puestos a 23 ejecutivos de alto nivel el viernes pasado. A diferencia de DeJoy (un generoso donante a la campaña de reelección de Trump sin experiencia en el servicio), los ejecutivos expulsados son gerentes de carrera del USPS. Además, los republicanos están bloqueando un proyecto de ley de ayuda del Congreso que aumentaría los fondos para el USPS con problemas de liquidez y ayudaría a garantizar la entrega puntual de las boletas en noviembre.

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No se puede exagerar el riesgo para la integridad de las elecciones presidenciales de EEUU. Además, hay miles de otros esfuerzos encubiertos para dificultar la votación y el recuento de los votos. Entre éstos se encuentran las medidas estatales y locales que impedirían que se cuenten las boletas que llegan después del día de las elecciones. Las legislaturas están negando fondos para las decenas de miles de funcionarios que necesitan recibir capacitación sobre cómo contar las boletas ausentes. También facilitan el rechazo de las papeletas por fraudulentas. La notoria batalla de Florida de los "chads colgantes" en 2000 podría parecer un juego de niños en comparación con los desafíos legales que se están redactando en todo EEUU.

Es probable que el efecto neto sea una confusión generalizada. Las papeletas podrían tardar días o semanas en contarse. Si es una elección reñida, podría ser necesario esperar hasta el Día de Acción de Gracias o más allá para conocer el resultado. Y eso supone que los esfuerzos para detener el conteo fracasarían en los tribunales, lo cual no está asegurado.

¿Puede EEUU evitar un desastre electoral? En ausencia de una victoria clara para Joe Biden o el Trump, hay muchas posibilidades de que el resultado sea turbio. Eso beneficiaría a Trump, quien tiene los vastos poderes de incumbencia. En esta etapa tardía, es difícil ver cómo la panoplia de sistemas electorales estatales, de los condados y municipales del país pueden llegar a un acuerdo sobre un tratamiento más o menos común de las boletas electorales por correo, y mucho menos del voto por correo universal. Sólo cinco estados tienen previsiones para ese proceso electoral.

No hay ningún misterio en cuanto a por qué está sucediendo esto. Las encuestas muestran que Trump se encamina hacia la derrota. Por lo tanto, está poniendo en duda la elección, calificándola de antemano como la más "fraudulenta" en la historia de EEUU y un "golpe de Estado" en ciernes. Sus esfuerzos por enturbiar las aguas e invalidar las papeletas de voto ausente son profundamente antiestadounidenses. Deberían repugnar a cualquiera que se llame a sí mismo un conservador.

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