Mauricio Lambiris entró en la historia del TC Argentino

Desde el viernes, cuando se iniciaron los entrenamientos, el piloto uruguayo Mauricio Lambiris (Ford) dejó en claro que estaba para ir por la victoria en la 8ª. Fecha del Campeonato Argentino de TC en el emblemático autódromo de la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fé.

Conocido como el "Templo de la Velocidad" por sus amplios curvones y rectas de más de 220 kilómetros por hora, se trata de una de las carreras más emblemáticas del duro certamen del Turismo Carretera (TC), la categoría más popular del automovilismo argentino.

Tras los entrenamientos, llegó la clasificación y allí el piloto oriundo de Montevideo tuvo un pequeño error que le costó quedarse con la pole y cayó el séptimo lugar. Una posición que si se mira que había 20 de los 44 pilotos presentes en un segundo, se puede aquilatar la extrema competencia existente en la categoría.

Llegaron las series del domingo de mañana que de acuerdo a su resultado, ordenan la grilla de la gran carrera final. Mauricio Lambiris fue confiado a la primera de las series donde lo tocó partir desde el tercer lugar: la ganó.

Con ello, selló el pasaporte para ir a la posición de privilegio en la 8ª. Final del año de un total de 15 y con ello, volver a ilusionarse con el triunfo varias veces postergado.

Esta vez se dio. Fue una carrera memorable, vuelta tras vuelta luchando con el campeón vigente de la categoría Agustín Canapino (Chevrolet) para finalmente cruzar la meta primero por milimétrica diferencia y alcanzar la gloria: primer triunfo de un extranjero en el TC y cuando no...un uruguayo haciendo historia. Tercero se ubicó Juan Pablo Gianini (Ford) el que también dio pelea por la victoria durante gran parte de las 25 vueltas de la final.

Además, Mauricio Lambiris alcanzó "El Millón" ya que la competencia se enmarcaba dentro de las carreras especiales del Campeonato Argentino de TC y el uruguayo se quedó con el premio en efectivo. Tremendo para su carrera deportiva y para los fanáticos de Ford (miles) que celebraron y corearon el nombre de un uruguayo que por garra y talento, se metió en el corazón de la bullanguera parcialidad de la marca del óvalo.