Nacional domó el sufrimiento

El equipo alternativo de Nacional sigue su marcha perfecta en el Torneo Apertura mientras los titulares están cerca de sellar su clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Tras dos triunfos cómodos (Torque y Rampla Juniors), los de Alexander Medina derrotaron 2-1 a un Fénix que lo sometió a superar el desafío del sufrimiento.

Los albos debieron remar en un mar de piernas durante 70 minutos para superar a un equipo que planteó el partido en la cueva, que se las ingenió para hacer daño y que pagó muy cara su derrota.

Apenas comenzado el encuentro, el albivioleta le dio terreno y pelota a Nacional para parar su línea de cinco defensores sobre el área, bien protegida por cuatro volantes que buscaron siempre superar en número y piernas al ataque tricolor.

Así, Diego Polenta jugó todo el partido como número 10, el equipo tuvo libertad para sacar la pelota del fondo por abajo contra un solo atacante (Mathías Acuña) y mandó a sus laterales a jugar como réplicas de sus punteros en el 4-3-3 bien definido que para el Cacique en el plano local.

En la intención de meterse en la cueva, Fénix escondió bien su capacidad para salir rápido y en bloque al ataque.

Para esa misión, Nathaniel Revetria reservó a una especie de comando especial, a sus jugadores más dotados físicamente para avanzar con velocidad (Leonardo Fernández, Nicolás Fernández, Rodrigo Abascal y Breno De Souza) y retroceder a toda máquina a restablecer la muralla defensiva.

En apenas tres minutos, Nacional descubrió ese potencial como quien recibe una bofetada por sorpresa.

Fénix manejó la pelota en campo rival y dejó la resolución en manos de Leonardo Fernández, un zurdo que juega por derecha, que ocupa espacios en defensa con gran aplicación táctica pero que cuando pone la pelotita abajo del pie parece un niño en el recreo.

Un notable pase suyo al sector que debía custodiar Gino Peruzzi permitió una notable trepada del carrilero por izquierda Rodrigo Abascal que sin dejarla picar se la cruzó de palo a Luis Mejía para estampar el 1 a 0.

Nacional, tras el sacudón, volvió a lo suyo. A posicionarse en campo rival y a intentar abrir grietas en una defensa tan firme como monolítica.

Nunca lo logró en los primeros 45'. Apenas encontró espacios para patear cuatro veces al arco y generar una única opción de gol a través de una filtración de Gonzalo Bueno que llegó sin ángulo ni calma a la definición.

Los de Capurro movieron su otra artillería, la de peso y altura, en cada jugada de pelota quieta que dispuso, cerca o lejos del área. Y ahí Fénix mete miedo. Primero Andrés González metió un gol bien anulado por fuera de juego, luego el Indio Fernández cabeceó apenas afuera contra un palo el único córner del que dispuso la visita.

Para el complemento, Nacional redobló el paso y lo que pareció una intención se transformó en vía de salvación: dársela a Gonzalo Bueno.

El puntero, que había arrancado por izquierda, cambió de banda y apareció por todo el frente de ataque con diagonales. Hizo expulsar a Abascal que lo bajó de un patadón a los 63' y vio la segunda amarilla, y a los 73' logró meterle un centro perfecto a Diego Coelho para que estableciera de cabeza la igualdad.

Medina logró el revulsivo con la juventud de su cantera. Porque antes de Coelho había entrado Facundo Labandeira que por arriba, tras un córner, había hecho temblar la defensa rival.

El equipo logró domar ese sufrimiento que Fénix tan bien maneja y ahora es el único líder del torneo. Y los titulares aún no jugaron...