Natación uruguaya: tan cerca, tan lejos

Competir en un Mundial tiene un sabor ambiguo para los nadadores uruguayos: verse rodeado de estrellas es un disfrute y a la vez una pesada carga

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03 de diciembre de 2014 a las 20:40

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Siempre es bueno estar rodeada de los mejores, medirte contra ellos, y aprender, pero también este tipo de torneos tienen un costado malo, porque nos muestran qué tan atrás estamos”. Las palabras son de la nadadora uruguaya Inés Remersaro. Acaba de debutar en el Mundial de pileta corta en Doha y con escasas palabras pintó un panorama que define a buena parte del deporte nacional.

Remersaro terminó en el puesto 53 entre 73 nadadoras que participaron en el 100m espalda. Registró un tiempo de 1.03.09, cerca de su mejor marca personal de 1.03.02, aunque ella explica que no sabe bien cuál es su mejor marca en 25 metros porque en Estados Unidos, donde reside desde 2012 (en Oklahoma), nada en yardas.

“El 100m para mí es una distancia muy corta, mi especialidad es el 200m. La marca no fue tremenda, pero para no nadar mucho en piscina de 25 metros está bastante bien”, le explica a El Observador en la zona mixta.

Remersaro también mejoró en esta prueba la actuación de Estambul 2012, donde cronometró 1.04.32, aunque terminó 10 puestos más arriba en la general. Su progreso personal –esos modestos pero valorables logros a los que apuesta un deportista uruguayo– también vino acompañado de un progreso general.

Lo mismo le ocurrió a Martín Melconian en la prueba de 100 m pecho. Mejoró su tiempo (1.00.81) por tercer mundial consecutivo pero no superó su mejor marca del año (1.00.60) ni la suya propia, que es récord nacional desde 2011 (1.00.17). Sin embargo, en la general se cayó. En 2010 y 2012 había terminado en el puesto 46. Ahora quedó 49.

“Quedé muy cansado porque todavía no estoy en puesta a punto; estoy en plena pretemporada y quedé muerto”, cuenta a El Observador jadeando, realmente extenuado. E intenta explicar por qué: “Salí fuerte, pero no tenía referencia porque el que iba al lado mío tiene un minuto en larga, un yanqui (se refiere a Brad Craig) que nadaba por primera vez en (pileta) corta y sabía que me iba a sacar como dos cuerpos”.

“Iba pensando en el tiempo, pero en los últimos metros estaba muy duro y no pude remontarla mucho. Dentro de todo estuvo bastante cerca el tiempo. Hace dos meses estuve lesionado, por lo que estuve que estar parado un mes parado; sufrí tendinitis en la muñeca”, dice. “En el 50m (pecho) veremos qué pasa, va a estar bravísima, pero es la prueba en la que mejor me siento”, se esperanza.

Y eso que Melconian también vive y entrena en el exterior, en España.

Pero, claro, las diferencias con las potencias son abismales. Estados Unidos, Australia, China, Rusia, Suecia… Sus nadadores son verdaderos monstruos.

El entrenador Matías Acosta conoce la realidad desde otras facetas. Recientemente le tocó hacer un curso en Colorado, Estados Unidos. “Tienen un centro de alto rendimiento en el medio de la nada, porque ahí hay altura. No sabés las infraestructuras que tienen… Solo ahí hay muchísimo, muchísimo más de lo que tenemos en Uruguay”.

Además, a cada nadador lo rodea un equipo multidisciplinario mientras Acosta debe cuidar el entrenamiento y las cuestiones administrativas. Porque Uruguay viajó sin delegado.

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