Martín Tocar

Necesitado de un mayor “respaldo político”, Martínez cambió sus planes y acudió a Mujica y Astori como ministros

Pese a que en principio los imaginaba como "consejeros", el candidato llevó a los viejos líderes al centro de su campaña para "poner toda la carne en el asador"

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08 de noviembre de 2019 a las 05:02

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“Yo pienso todos los días”, decía el exministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro cada vez que se lo criticaba por tomar un camino que contradecía posturas asumidas previamente. La frase del líder tupamaro –como tal, gran cultor del pragmatismo– resonó por estos días en el comando de un ingeniero socialista que tuvo que acomodar el cuerpo a la realidad electoral.

Los resultados del 27 de octubre torcieron la estrategia de Daniel Martínez. El candidato del Frente Amplio, que cimentó su carrera política sobre la base de actuar con independencia de las lógicas sectoriales, y que durante su campaña había buscado cortar el cordón umbilical con los viejos referentes de la izquierda, se vio apurado por los votos y debió hacer alteraciones a su hoja de ruta.

Integró a Yamandú Orsi como jefe de campaña, abrió algo más el juego al Frente Amplio y cambió sus prioridades para la integración de un gabinete que para convertirse en realidad primero debe ser votado. Atrás del nacionalista Luis Lacalle Pou en las encuestas, el comando oficialista decidió que no había tiempo para medias tintas. "Hay que poner toda la carne en el asador", resumió uno de sus integrantes.

El nuevo impulso de la campaña llegó a su punto máximo este jueves cuando anunció a José Mujica y Danilo Astori como eventuales ministros de Ganadería y Relaciones Exteriores respectivamente. Sobre el mediodía, horas después de que el semanario Búsqueda adelantara las designaciones y tras haber reservado la sala del Hotel Palladium la noche anterior, el candidato del oficialismo se sentó ante las cámaras flanqueado por los dos viejos referentes y confirmó que apelaba a los “queridos” Danilo y Pepe para sumar "balance y experiencia".

Un día antes, y en otro hotel, Martínez había oficializado la postulación de Mario Bergara en Economía, Cristina Lustemberg en Desarrollo Social y Lucía Etcheverry en Vivienda, celebrando el anuncio de "caras nuevas" y vaticinando que no habría "más nombres". "Es fundamental apostar a la renovación y a nuevas caras, pero también aunar y sintetizar el aporte de compañeros de los que nos sentimos orgullosos", justificó el candidato menos de 24 horas después.

De consejeros a ministros

La postulación de Astori como canciller sonaba desde hace tiempo en los corrillos frenteamplistas y ya había sido tema de conversación meses atrás entre Martínez y el líder de Asamblea Uruguay. El nombre de Mujica como ministro de Ganadería, en tanto, cobró fuerza a partir de los resultados de la primera vuelta, cuando un grupo de dirigentes comenzó a impulsar su retorno al puesto que ocupó durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez. 

Pero más allá de los matices de uno y otro caso, ambos tenían algo en común: no estaban en la consideración inicial de Martínez para integrar el gabinete. 

Fiel a su idea de “renovar” el equipo y las caras del gobierno, Martínez les había asignado –en sus planes– un rol de “consulta” o “referencia”, y preveía replicar como presidente las recetas aplicadas durante su gestión en la Intendencia de Montevideo. Eso implicaba designar nombres “idóneos”, en muchos casos independientes o alejados de la primera plana. 

En esa línea, en noviembre de 2018 dijo a VTV Noticias que Vázquez, Mujica y Astori ocuparían un lugar de “consejo ante un montón de cuestiones” en caso de obtener el gobierno. Meses después, durante un evento de Asamblea Uruguay, dijo que Astori “sin duda” sería “un elemento de referencia y consulta” pero que procuraría “armar un gabinete paritario y muy renovador en cuanto a la juventud”. 

Ya en la campaña hacia octubre, cuando dio forma a sus equipos de referentes en distintas áreas, Martínez se rodeó de asesores predominantemente jóvenes –al menos para los estándares locales–, priorizó la solvencia técnica para elegir a los voceros y centró su campaña en propuestas salpicadas de tecnicismos. 

La votación del 27 de octubre, en la que el FA no alcanzó el 40% y registró su peor guarismo desde 1994, sacudió el tablero en la interna oficialista y cambió los planes de Martínez. Luego de instrumentar algunos cambios en su comando, en consonancia con reclamos del Frente Amplio y los sectores de mayor peso, se convenció de que debía dejar atrás algunas de sus ideas y darle protagonismo a los dirigentes con mayor respaldo político.

Camilo dos Santos

Así como en un principio imaginaba a Christian Daude –jefe de la Asesoría Macroeconómica del MEF– como ministro de Economía y finalmente terminó volcándose por el exprecandidato Mario Bergara, Martínez entendió que Mujica y Astori tenían que salir a la cancha para revertir el partido. El candidato concurrió el miércoles a la chacra de Mujica y Yamandú Orsi se reunió en simultáneo con Astori. Ambos dieron el sí definitivo y el jueves se saludaron con un abrazo bajo todos los flashes.

En el equipo de Martínez saben que la jugada es riesgosa y marca un viraje respecto a la estrategia inicial, pero se juegan a la simpatía del expresidente –después de Vázquez, el dirigente con mejor saldo ante la opinión pública–  y la ascendencia de Astori sobre algunos potenciales votantes del FA.

En el caso de Mujica, que a diferencia de Astori no tenía intenciones de ocupar un cargo ejecutivo, pesó la idea de que puede marcar la diferencia en el interior, allí donde el FA perdió mayor peso. "Acepté, ante todo, por lo que puedo convocar", dijo el líder del MPP ante la prensa. "Hay que andar chacra por chacra. Con el lenguaje de la campaña y los jeitos culturales, no como gente que cae de otro pozo", agregó. 

En el oficialismo esperan que los anuncios funcionen como "piñazos" que sacudan la campaña electoral y marquen una senda de crecimiento hacia el 24 de noviembre. Además de ese impacto, se busca blindar al presidenciable en la interna frenteamplista y asegurar los equilibrios en caso de gobernar. Pero para gobernar hay que ganar la elección, y Martínez espera que Mujica y Astori lo ayuden.

Contraste de fotos

El Frente Amplio buscar transmitir que las dificultades de los integrantes de la oposición para sacarse una foto juntos son un indicio de las fracturas que tendrán en caso de gobernar. Para marcar el contraste, las presentaciones del oficialismo terminan con fotos conjuntas, y los asesores de comunicación presentes este jueves en el Palladium lo dejaron bien en claro. "¡Juntos, todos juntos!", gritó uno de los integrantes del equipo mientras los fotógrafos enfocaban sus cámaras. Alguien reprochó que faltaba Lucía Etcheverry –que estaba de gira por Paysandú– y otra asesora le reclamó a Orsi que se sumara al cuadro, que unos minutos después estaría en todas las redes sociales del FA. 

Molestias en la interna
Mientras Martínez da un vuelco a su campaña, algunos dirigentes del oficialismo son críticos de la "falta de coordinación" entre su equipo y la orgánica frenteamplista. Algunos consultados por El Observador cuestionaron haberse enterado de las designaciones ministeriales por la prensa y apuntaron contra algunas "improvisaciones" de la campaña. Varios dirigentes criticaron, por ejemplo, que nadie haya advertido que Martínez pasaría por la casa del tupamaro Jorge Zabalza, que le echó en cara los recursos dilapidados en la frustrada regasificadora.
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