Gentileza Pedro Luque

Pedro Luque, el nuevo votante uruguayo de los Oscar

Es director de fotografía, trabaja en Hollywood y ahora es parte de su Academia; con otro estreno junto a Fede Álvarez en camino, reflexiona sobre su presente en el cine

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29 de junio de 2018 a las 16:55

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Pedro Luque no para de mirar. Es un hábito muy arraigado y, después de años de entrenamiento, el hombre no puede dejar de pasear sus ojos entre objetos, rostros y figuras. Mientras pide que le traigan otro café, mira la resaca que quedó en la taza vacía frente a él. Mira, también, el reflejo del sol de invierno que rebota en la mesa de madera, el celular que graba en la mesa, los ojos de su interlocutor, el tránsito de 21 de Setiembre, el partido de México-Suecia de fondo, al mozo que se pasea con la bandeja. Todo puede ser parte de una escena mental, todo podría transformarse en un plano de algunas de sus películas. Su mente trabaja al ritmo de las cámaras que tanto le gustan y no para de congelar instantáneas de realidad, de generar una base de datos de luz, contrastes, colores y sombras. Pedro Luque es fotógrafo, director de fotografía, un creador de miradas. Vive de las imágenes, de la luz, de saber cómo mirar y cómo dirigir la mirada del espectador. Es un pensador de la fotografía en movimiento, del plano dinámico. Por eso mira. Por eso no para de mirar.

Se alisa el pelo –cuyas entradas ya empiezan a asomar–, se recuesta en la silla de bar y, sin dejar de observar el entorno de la cafetería, se ríe y habla. "Para mí era una joda. Era spam. ¿Quién manda un mail diciendo que estás adentro de la Academia, con un botoncito que dice accept? Para mí era joda. Pensé que iba a ser algo más formal. Lo miré a mi padre y me dijo: 'Pedro, entraste y chau. No des más vueltas'. Fue fuerte".

También fue raro. Pensaba que aquello llegaría en diez o quince años. La prematura situación, sin embargo, no impidió que vibrara de orgullo aquella (todavía muy reciente) tarde en la que leyó el mail en el auto de su padre. El correo decía que tenía un lugar en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. Para los menos entendidos, es la organización que elige a los nominados y los ganadores de los premios Oscar. Pero, ¿no sería spam, de todas formas? En la tranquilidad de su casa, se calmó. Apretó el botón de accept y se desplegó un formulario y varias formalidades. Respiró. Era real.

"La Academia está cambiando, está metiendo diversidad y más gente. Pero si ves la lista de los que entraron este año está Carmen Maura, Rossy de Palma, gente que tendría que estar desde hace rato. De alguna manera valida la protesta del #OscarSoWhite de hace algunos años. Si toda esta gente recién está entrando quiere decir que era algo demasiado elitista. Por eso para mí también es un honor. Además de que va a ser muy divertido votar, supongo".

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Ahora Luque es el cuarto uruguayo en ingresar a la Academia. Con él están César Charlone, Jorge Drexler y Bárbara Álvarez. Se enoja un poco, porque dice que los medios mencionaron a todos menos a "Barbarita" y "Barbarita", dice, es la mejor directora de fotografía del Uruguay.

A él la invitación lo encontró de vuelta en Uruguay, algo extraño teniendo en cuenta que desde hace años vive en Los Ángeles y ejerce como director de fotografía en Hollywood. Vino para terminar una mudanza que ya tiene años, para ver qué hacen con muebles que todavía juntan polvo en un rincón de Punta Carretas y resolver asuntos pendientes. Con algunos días libres en el horizonte, era la oportunidad de volver y escapar de Hollywood otra vez.

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En el centro, Fede Álvarez; con la cámara, Pedro Luque

Luque es, junto a Fede Álvarez y Rodolfo Sayagués, parte del trío uruguayo que desembarcó en la máxima industria del entretenimiento tras la viralización del corto Ataque de Pánico en 2009. De aquellos robots gigantes que atacaban Montevideo pasó casi una década. También pasaron un montón de años de La casa muda, película uruguaya de la que también fue director de fotografía y con la que anduvo por Cannes. Con esas dos credenciales, Luque consiguió un agente, una visa de trabajo en Estados Unidos y despertó el interés de Ross Clarke, un director que se lo llevó a trabajar a una película suya llamada Desire (2015).

Luque es el cuarto uruguayo en ingresar a la Academia. Ya están Jorge Drexler, César Charlone y Bárbara Álvarez

Hoy, Luque tiene 37 y una carrera que se asienta cada vez más en Hollywood. Su reciente membresía en la Academia funciona como otra prueba de que su talento y ojo para la cámara tienen valor para el mercado del cine internacional. De la misma manera funciona el tanque en el que trabajó en estos últimos meses: The Girl in the Spider's Web. La película tiene a Fede Álvarez en la dirección y se estrena en octubre.

"Fue un rodaje maravilloso. Filmamos en Berlín, en el estudio más antiguo del mundo. O sea, ahí Fritz Lang filmó Metrópolis. Pisábamos la historia del cine todos los días. Y además teníamos un equipo tremendo. Por ejemplo, el crew de efectos especiales se ganó el Oscar por Blade Runner 2049 mientras estábamos filmando. El gaffer, que es mi mano derecha en la iluminación, era el mismo de Dunkirk de Nolan. Era un equipazo. Y con Fede, que es un genio total y encima un amigo, nos empujamos al máximo. Llevamos el rodaje al límite. Hubo problemas como en todos lados, pero la verdad que el pulso de Fede es infernal, es increíble como lo lleva".

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Pedro Luque (izquierda) y su equipo en The Girl in the Spider's Web

The Girl in the Spider's Web es una adaptación de la cuarta novela de la saga literaria sueca Millenium, cuya primera entrega tuvo una adaptación del director David Fincher en 2011. En el icónico personaje de Lisbeth Salander está Claire Foy, la protagonista de The Crown, que quedó encantada con el trabajo de los uruguayos. "Claire es una crack. Es muy expresiva con poco y eso hace todo más fácil. Un actor adelante de la cámara es lo más importante de la película, sobre todo cuando tenés un personaje tan importante como Lisbeth Salander. Ella estaba en el 97% de todas nuestras escenas".

Hermandad uruguaya

A Luque le importa dejar claro que, para él, Álvarez es un genio. Trabajar codo a codo con alguien que se ha convertido en un familiar más puede ser complicado, pero ambos han establecido un entendimiento tácito y respetuoso que ya probó ser efectivo en No respires (2016). "Le tengo mucha fe. Cuando me pide algo, sé que hizo un análisis real de la situación. Es el laburo del director empujar a su crew al máximo, y es necesario tener a alguien que nos empuje como él. Esa confianza es recíproca; Fede sabe que si le digo algo hay una razón, que no tiro un bolazo. Sabe que, como él, en cada película me juego la vida"

The Girl in the Spider's Web es una adaptación de la cuarta novela de la saga literaria sueca Millenium, cuya primera entrega tuvo una adaptación del director David Fincher en 2011.

No respires, aquella película que sacudió la taquilla mundial en 2016 y realzó el nombre de estos orientales en Hollywood, consolidó la cámara de Luque y le dio el impulso necesario para terminar de decidir que su lugar estaba en Los Ángeles. Poco después, dejó de viajar de Uruguay a Estados Unidos todos los meses y se instaló, junto a su familia, en la localidad de Silver Lake, en California.

De todas formas, su ritmo de vida sigue siendo difícil. Él lo llama el circo moderno. Una producción como The Girl in the Spider's Web –o las otras tres en las que trabajó este año– implica alejarse de su familia por varios meses y estar "on the road" de manera reincidente. Ahora se encuentra abocado a conseguir un tutor para su hija mayor, que está en etapa de comenzar la escuela y que por el ritmo ambulante de su familia no puede ir a una institución establecida a un sitio determinado.

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Fede Álvarez y Pedro Luque en el set de The Girl in the Spider's Web

También le cuesta estar lejos de su familia. A pesar de los viajes de sus padres –constantes, según comentó– los kilómetros se sienten con fuerza. De alguna manera, los uruguayos hollywoodenses tuvieron que inventarse una familia entre ellos y otros amigos latinos, y en sus tiempos muertos o en situaciones determinadas se juntan, se apoyan y se contienen. Uno de esos momentos de reunión sucede durante la ceremonia de los Oscar, una celebración que pone en stand by a toda la ciudad de Los Ángeles. "Allá es como el fútbol en Uruguay. Ahora me voy a sacar chapa y decir que soy un insider y que no puedo participar en las pencas", ríe. Aunque enseguida recuerda otra pregunta y se vuelve a poner serio.

"Era impensado hace unos años, ¿no? Igual, me gustaría que fuésemos más uruguayos acá. Nosotros tenemos la suerte de tener a Fede que es una bestia a todo nivel. Y la verdad es que todos estamos haciendo nuestra parte. A mí me encanta la mística del grupito que llegó a Hollywood, pero la verdad es que nos estamos rompiendo el culo laburando. Nos encantan las películas, hacer buen cine es nuestro mayor motor, queremos llegar a lo mejor que podamos concebir".

Luque no trabaja exclusivamente con Álvarez. Por ejemplo, en 2017 hizo también Extinction, una película que llega a Netflix en julio. También Jacob's Ladder, que se estrena en enero, y Look away, una indie canadiense que lo conquistó. Y también hay proyectos a los que les dice que no. Rechazó, por ejemplo, una película de Netflix de 90 millones de dólares que tenía de protagonista a Chris Hemswoth, también conocido como Thor en Marvel. Esa producción implicaba dejar a su familia y embarcarse en un viaje por India y Australia de varios meses. Y no estaba dispuesto a hacerlo.


El fotógrafo

Luque –que colecciona cámaras, lentes y películas y que tiene una activa cuenta de Instagram– se encontró con su amor por el cine y su fotografía mientras estudiaba pintura. Dice que aquel interés adolescente nunca se fue y que le ayudó para encarar su carrera. Explica que ellos "pintan con luz", y que a pesar de que puede sonar pedante, es así. "Es más rápido, tenés un equipo gigante y no todo está bajo tu control, pero la teoría del color y la composición es parecida".

Nos encantan las películas, hacer buen cine es nuestro mayor motor, queremos llegar a lo mejor que podamos concebir".

Lo que sí es diferente es la responsabilidad que tiene como director de fotografía. A enormes rasgos, él es el encargado de que todo se vea bien. Esto incluye los planos, la iluminación, los colores, los contrastes y demás elementos visuales. Sin embargo, y a pesar de los nervios que llegan a la hora de embarcarse en una película, el fotógrafo –que viene de la cultura del punk rock y que formó parte, durante años, de la banda Santa Cruz– tiene la filosofía de que para cantar, hay que abrir la boca y expulsar el aire. Que el miedo se tiene que ir.

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Claire Foy en The Girl in the Spider's Web

Como artista, tiene sus referentes. No para de mencionar al enorme Roger Deakins y dice que festejó cuando, por fin, levantó el Oscar el pasado 4 de marzo. "Más bien que festejé. No podía no ganarlo". También le gustan el mexicano Emmanuel Lubezki y tiene particular debilidad por la fotografía de Bradford Young, que se encargó de esa magistral película que es La llegada de Denis Villeneuve.

"¿Si me gustaría ser director? Todo el tiempo lo pienso. Pero es peligroso si vos como director de fotografía te transformas en un director frustrado. Porque no es tu película. Sos el director de fotografía y listo. Y parece joda, pero te juro que el esquema militar de rodaje por roles funciona de verdad. Para algo está. Hay muchos que intentaron el cambio y fracasaron. Otros pudieron, pero son pocos".

Luque tiene dos nociones de cabecera, que sabe que funcionan y que nunca olvida. La primera es que una buena fotografía no salva una mala película, y que una mala fotografía, si la película es lo suficientemente buena, no la mata. La otra es que siempre tiene que estar entrenando el ojo, mirando cine, fotografías, personas, luces, sombras. Mirando, siempre mirando. "Es fundamental", dice y un gol de Suecia, en Rusia, lo interrumpe. Levanta los ojos, observa la pantalla, se alisa el pelo. Baja de nuevo la mirada y sonríe. "El ojo del creador nunca para. Nunca". Su mirada, siempre inquieta, asiente en silencio.

El cuarto uruguayo

Además de Luque, en la Academia están Jorge Drexler (ganó un Oscar), César Charlone (estuvo nominado) y Bárbara Álvarez. "Con Barbarita y César hablo mucho. Para mí él es un ídolo. Es uno de los tipos con más huevos que conozco en la fotografía. En mis clases lo usé siempre de referencia. Además, siempre me dio una mano enorme. Y Barbarita es una genia. Hace una fotografía con una sensibilidad increíble, superexpresiva. Es la mejor".

El asado

"Con Fede somos mucho de integrar al crew. Por eso hicimos tres asados: al comienzo, al medio y al final. Este último fue para 150 personas en una montaña llena de nieve. Conseguí un dealer de carne que me vendió 75 kilos y la producción puso la plata. Yo hice el fuego y Fede cocinó en una parrilla que armaron los de efectos especiales. Pasamos muy bien y tomamos buena cerveza".

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Cinco trabajos

Ataque de pánico (2009)

Fue el corto que, desde Youtube, mostró que Pedro Luque, Fede Álvarez y Rodolfo Sayagués estaban prontos para grandes cosas. En pocos minutos, muestra cómo unos robots asaltan Montevideo y destruyen íconos como el Palacio Salvo.


La casa muda (2011)

La casa muda, de Gustavo Hernández, fue un éxito y consiguió una remake en Estados Unidos. Pedro Luque se encargó de su fotografía. También trabajó en las uruguayas El cuarto de Leo, Miss Tacuarembó, Re locos y re pasados y Dios Local.


El hipnotizador (2015)

Luque también trabajó en televisión. Para HBO Latinoamérica, fue el director de fotografía de varios capítulos de la serie El hipnotizador, protagonizada por el argentino Leonardo Sbaraglia.


No respires (2016)

Fue el gran trampolín de Luque y la consolidación de Álvarez en Hollywood. Se hizo con menos de 10 millones de dólares y recaudó 160. Además, estuvo avalada por la crítica mundial, que la elogió dentro del terror contemporáneo.


The Girl in the Spider's Web (2018)

Es la película más grande a la que Luque se haya enfrentado, pero por el trailer revelado hace algunas semanas, el trabajo dio frutos. Él, al menos, quedó muy conforme con el resultado. Se estrena en octubre.

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