¿Quebrarte las piernas para ser más alto? No estás totalmente loco

Las investigaciones muestran que las personas más altas tienen más éxito, pero la cirugía para alargar las piernas sigue siendo un exceso

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29 de septiembre de 2022 a las 11:57

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Por Pilita Clark

Si trabajas en un lugar como el Financial Times, tiendes a escuchar mucho sobre los rendimientos de los bonos y las tasas de interés la Reserva Federal y lo que está haciendo el dólar.

Sin embargo, la semana pasada, un número no trivial del personal del FT estaba hablando sobre otra tema: un artículo de la revista GQ sobre la cirugía de alargamiento de piernas para ser más alto.

Este espeluznante procedimiento cosmético cuesta decenas de miles de libras e implica fracturar las piernas del paciente, atornillar varillas de metal en los fémures y aprender a caminar de nuevo con meses de rehabilitación.

Las posibles complicaciones incluyen lesiones nerviosas, coágulos de sangre, dolor insoportable y la posibilidad de que los huesos no se vuelvan a fusionar como estaba previsto. Los sobrevivientes, con suerte, terminan siendo 8 centímetros más altos, o hasta quince centímetros si les extienden las espinillas al igual que los muslos.

Sorprendentemente, se dice que el procedimiento está prosperando. Cientos de personas en todo el mundo se lo hacen cada año.

Digo “personas”, pero la evidencia sugiere que en su mayoría son hombres.

Muchos son de la industria de la tecnología, según la historia de GQ, que fue escrita por un periodista de 1,67 metros en Estados Unidos quien vio a un cirujano realizar la operación en una clínica en Las Vegas.

Al leerlo, te enteras de que el cirujano usa un dispositivo como un taladro inalámbrico llamado un “escariador” para ahuecar el hueso del paciente y cuando termina de usar el dispositivo, comienza a fluir “una combinación sangrienta y tibia de hueso licuado, médula y grasa del agujero con una velocidad y un volumen espeluznantes”.

La idea de que alguien estaría dispuesto a someterse a tal tortura — y mucho menos pagar entre US$ 60.000 y US$ 230.000 que la BBC dice que puede costar la cirugía — es desconcertante, excepto si observas los datos.

Durante más de una década, estudio tras estudio ha demostrado que vale la pena ser más alto que el promedio, especialmente si eres hombre. Una persona de 1,80 metros de altura generalmente gana casi US$ 166.000 más durante una carrera de 30 años que una persona de 1,65 metros, según descubrieron investigadores estadounidenses en 2004.

Científicos australianos concluyeron unos años más tarde que cada 10 centímetros adicionales de altura agregaban un 3 por ciento al salario por hora para los hombres y un 2 por ciento para las mujeres.

A las personas altas también les va mejor en los negocios y la política. En las elecciones estadounidenses, el candidato más alto ganó el 58 por ciento de las elecciones presidenciales entre 1789 y 2008.

Se ha demostrado que los directores ejecutivos en Suecia y EEUU miden alrededor de 1,80metros de alto, más alto que el promedio en ambos países en el momento en que se realizó la investigación. Luego está el amor. A pesar de décadas de feminismo, los estudios muestran que la altura sigue siendo un factor importante para las mujeres a la hora de elegir una pareja.

No está del todo claro precisamente por qué discriminamos a los menos elevados. Algunos psicólogos creen que podría remontarse a los primeros instintos humanos para atribuir cualidades de liderazgo a las personas altas ya que se consideraban mejores protectores. Otros piensan que las personas altas tienen más confianza y autoestima, lo que a su vez los hace más propensos a tener éxito.

De cualquier manera, los hombres que pagan para que les rompan las piernas por unos centímetros más de altura no están siendo del todo irracionales. Pero tampoco están siendo ni remotamente sensatos. El costo y los riesgos de alargar las piernas superan con creces los posibles beneficios de ser un poco más alto.

Además, hablando como una persona de estatura superior a la media, puedo decir con certeza que ser alto tiene sus desventajas. Volar en clase económica es horrible. El dolor de espalda es un riesgo, especialmente para las mujeres.

Además, en algún momento de tu carrera, es casi seguro que te encontrarás con un jefe de baja estatura e, independientemente de lo que él sienta acerca de estar más cerca del suelo, te resultará incómodo mirarlo hacia abajo o, peor aún, bajar la cabeza para escuchar lo que está murmurando. Éste no es sólo un problema de mujeres altas. Amigos altos me dicen que ellos también lo sufren.

Finalmente, las estadísticas no cuentan toda la historia. La historia está llena de líderes que lograron mucho, a pesar de ser de estatura promedio. Entonces, si alguna vez te encuentras con alguien que esté pensando en alargarse las piernas, pídele que se siente, se ponga sobrio y piense en Winston Churchill... y su estatura de 1,67 metros. 

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