AFP

Rusia y los aliados occidentales juegan con la memoria del mundo bipolar

En una acción conjunta de solidaridad con el Reino Unido, 17 países expulsaron a 107 diplomáticos rusos

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27 de marzo de 2018 a las 05:00

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Los aliados del Reino Unido le dieron una inequívoca señal de apoyo este lunes, respecto al enfrentamiento que Londres mantiene con Rusia por el caso del envenenamiento del exespía Seguei Skripal, con una medida coordinada que hará volver a 107 diplomáticos rusos a Moscú en los próximos días desde Estados Unidos, Canadá, Ucrania y catorce países de la Unión Europea.

Aunque los aliados occidentales han reiterado que no buscan volver a los días de la Guerra Fría, las sanciones adoptadas en solidaridad del Reino Unido crean un nuevo punto de tensión con Moscú. De hecho, es probable que los asuntos entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no estuvieran tan complicados desde la caída del muro de Berlín.

Las libertades que se tomó el gobierno de Vladimir Putin en el escenario internacional durante la última década en Georgia, Crimea y Siria actuaron de telón de fondo para que los aliados occidentales pasaran raya con un mensaje contundente: las acciones traen consecuencias.

Para Rusia, en cambio, el actual enfrentamiento es resultado "natural" de los hechos. Luego de la caída de la Unión Soviética, el Kremlin advirtió durante años que Occidente socavó el acuerdo de palabra que había alcanzado con el gobierno de George Bush (padre) durante el fin de la Guerra Fría.

Lea también: La vuelta a los viejos hábitos de la Guerra Fría

El avance de la Unión Europea y de la OTAN sobre un área de influencia rusa en Europa Oriental disparó los temores de Moscú. Históricamente, Rusia ha usado los estados europeos limítrofes como una zona de buffer territorial que pudiera impedir una invasión dada la falta de accidentes geográficos que operen como barreras.

Ante la percepción (y la evidencia) de que sus rivales no estaba cumpliendo con lo pactado, Putin comenzó a desarrollar una política exterior poco amigable.

No va más

El Reino Unido vio la mano de Moscú en el ataque a Skripal y su hija y levantó presión: echó a una veintena de diplomáticos rusos, suspendió las relaciones bilaterales al más alto nivel y dijo que las autoridades británicas no irán al Mundial que comenzará en pocos meses en Rusia.

Pero eso no fue todo y varias semanas después que el exagente de inteligencia que trabajaba para la corona británica apareciera intoxicado en la ciudad de Salisbury, los amigos de Londres se pusieron a tiro.

De la centena de representantes del servicio exterior ruso que fueron expulsados, la mayoría estaba cumpliendo funciones en territorio estadounidense. El gobierno de Donald Trump anunció la expulsión de 60 diplomáticos rusos que estaban acusados de espionaje. Además, dispuso el cierre del consulado en Seattle.

En una nota oficial, la Casa Blanca informó que la acción fue adoptada en conjunto con los aliados de la OTAN. Según la comunicación del gobierno de Estados Unidos, el cierre del consulado de Rusia en Seattle a raíz de su proximidad con las bases de submarinos y la sede de Boeing. A raíz de la decisión, 48 "agentes de inteligencia bien conocidos" en Seattle y otros 12 diplomáticos acreditados ante la ONU tendrán un período de siete días para abandonar el territorio estadounidense.

Washington aseguró que está dispuesto a cooperar con Moscú para construir mejores relaciones, pero señaló que ello sólo será posible "con un cambio de actitud del gobierno de Rusia".

La determinación de Trump representa la mayor expulsión de diplomáticos rusos de Estados Unidos, incluyendo medidas similares durante los años de la Unión Soviética.

Además de las medidas adoptadas por la Casa Blanca, varias semanas después de ataque químico contra Skripal, hubo una reacción por parte de 14 países de la Unión Europea quienes también decidieron expulsar diplomáticos rusos. "No se excluyen nuevas medidas adicioanles, incluyendo más expulsiones en los próximos días", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al transmitir la noticia desde Bulgaria.

Respuesta

En tanto, el Kremlin respondió que la expulsión de sus diplomáticos es un "gesto provocador" que "no quedará sin respuesta".

El gobierno ruso repitió que no es responsable del envenenamiento del exagente de inteligencia y su hija en suelo británico.

"Este gesto provocador de pretendida solidaridad con Londres (...) revela la continuidad de una política de confrontación destinada a agravar la situación", sostuvo Moscú.

"Lamentamos esta decisión que explican por el caso Skripal. Ya lo dijimos y lo repetimos: Rusia nunca tuvo y no tiene nada que ver en este caso", declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, citado por la agencia de prensa rusa TASS.

Como era de esperarse, el gobierno británico felicitó a sus aliados por "la respuesta extraordinaria" que ofrecieron en este caso.

"La respuesta extraordinaria de nuestros aliados constituye el mayor movimiento de expulsiones de agentes rusos de la historia, y permite defender nuestra seguridad compartida", escribió el ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson en Twitter.

"Felicitamos la acción de nuestros aliados, que muestra que nos mantenemos unidos para enviar a Rusia la señal de que no puede seguir ignorando el derecho internacional", dijo por su parte un portavoz de la primera ministra británica Theresa May en un comunicado.

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