Spider-Man es un éxito en los cines, pero la web sigue siendo el futuro

Esto ocurrió incluso durante el rápido incremento de las incidencias de ómicron, lo que podría haber hecho que la gente fuera más reacia a pasar horas dentro de una sala con otros humanos. En Estados Unidos, podría ser la primera vez que una gran película de la época de la pandemia ha tenido aproximadamente las mismas ganancias que habría tenido antes de la pandemia.

Por lo tanto, es un motivo de optimismo en Hollywood, donde los veteranos del negocio del cine se han visto afectados por una larga lista de desafíos: un aumento de los servicios de streaming (transmisión de video) que ha marcado la época; una pandemia de las que se producen una vez en un siglo; la megaconsolidación; y la renovación de ejecutivos.

El jefe de Sony Motion Pictures, Tom Rothman, se apresuró a declarar que Spider-Man es una confirmación del "incomparable impacto cultural que pueden tener las películas exclusivas de salas de cine". Sin embargo, quizás nadie se alegró más que Adam Aron, director ejecutivo de la cadena de cines AMC, quien reprendió a los "agoreros" por descartar el futuro de las salas de cine.

Pero a pesar de la alegría navideña, el futuro del negocio del cine sigue siendo existencialmente inestable, por un par de razones.

En primer lugar, China se ha retirado de su papel de gran importador de superproducciones estadounidenses. En medio de la pandemia y de las frías relaciones entre China y Estados Unidos, la industria cinematográfica china se ha retraído y se ha enfocado en la producción de películas patrióticas.

Si no fuera por el estreno de Spider-Man en diciembre, la película más vendida de 2021 en todo el mundo habría sido La batalla del lago Changjin, una película encargada por el Partido Comunista de China, sobre la derrota de los estadounidenses a manos del ejército chino en la guerra de Corea.

Sin embargo, lo más preocupante es el colapso de la industria cinematográfica estadounidense. El número de espectadores en Estados Unidos lleva décadas disminuyendo, aunque la industria lo ha compensado subiendo los precios. Nadie sabe hasta qué punto la pandemia cambiará las cosas, pero la mayoría prevé que la industria nunca volverá a los niveles anteriores a la crisis del Covid. Esto es una mala noticia cuando Estados Unidos cuenta con 40,000 pantallas de cine, una cifra que los analistas ya consideraban excesiva.

Pero eso no se sabría mirando las acciones de AMC, la mayor cadena de cines. El precio de la acción se había hundido de US$ 7 a principios de 2020 a unos US$ 2 a finales de año, al hundirse su negocio a causa del coronavirus. Aron realizó una serie de maniobras para mantener las luces encendidas, recaudando casi US$ 1 mil millones en deuda y capital en enero de 2021 para evitar la quiebra.

Luego, aparentemente de la nada, las acciones de AMC se dispararon. Los mismos operadores que se organizaron en Reddit para llevar a Gamestop "a la luna" se unieron detrás de la malograda cadena de cines, refiriéndose a su clan como los "Simios de AMC". Los Simios llevaron a AMC hasta los US$ 72 por acción en junio. Ahora han vuelto a situarse en torno a los US$ 25 por acción, valorando la compañía en unos US$ 12 mil millones.

Aron ha animado con entusiasmo a los Simios de AMC. Ha tuiteado memes de los simios, incluyendo una foto suya como “El Padrino de los Simios”, ha donado a una organización benéfica de gorilas y ha organizado proyecciones de películas para los Simios.

Rich Greenfield, analista de Lightshed, espera que el precio de las acciones de AMC vuelva a aterrizar. "Lo realmente triste es que quienes están comprando estas acciones no pueden permitirse perder el dinero", dice. El propio Aron vendió acciones de AMC por valor de unos US$ 35 millones en noviembre y diciembre. Le atribuyó las ventas a la "planificación patrimonial".

Incluso con el éxito sensacional de Spider-Man, las ventas en taquilla de 2021 en Estados Unidos fueron un 60 por ciento inferiores a las de 2019. Greenfield predice que las grandes cadenas se verán obligadas a reestructurarse en los próximos 12 a 18 meses y que el sector se reducirá a un tercio de su tamaño actual, a unas 15,000 grandes pantallas en Estados Unidos.

Jeffrey Bock, veterano analista de taquilla, cree que, a finales de la década, algunos de los grandes estudios cinematográficos podrían comprar salas de cine, lo que les daría un mayor control sobre sus propios productos. "Es probable que Disney, Sony, Universal o Warner adquieran algunos de estos cines, para sustituir a las cadenas en apuros", dice.

Quizá todo esto forme parte del inevitable futuro digital. Una compañía de criptomonedas está intentando comprar Blockbuster Video. Twitch y YouTube son el entretenimiento preferido de los adolescentes. Todos vamos a vivir en el metaverso, según dice Mark Zuckerberg. Incluso antes de la pandemia, era más arriesgado enviar una película al cine tradicional si no estaba asociada a una franquicia de superhéroes.

Y las plataformas de streaming han intervenido, ofreciendo grandes cheques y libertad creativa para atraer a los mejores talentos hacia la pequeña pantalla. Quizá el futuro de la mayoría de las películas esté simplemente en la televisión.