Suba de combustibles buscó equilibrar finanzas de Ancap y evitar presión inflacionaria, según el gobierno

“Uruguay vuelve a mitigar el impacto internacional en los combustibles. La decisión busca amortiguar el encarecimiento de la energía en el mundo -que ya venía acelerándose en 2021 y se vio acentuado por la invasión Rusa a Ucrania- y se sustenta en la intención de no alentar presiones inflacionarias adicionales sobre la economía local”, expresó el comunicado oficial tras analizarse la situación en el equipo económico de gobierno.

En los 12 meses cerrados a marzo la inflación se  ubicó en 9,38%. Los analistas e instituciones públicas y privadas que participaron este mes de la Encuesta de Expectativas del Banco Central (BCU), revisaron al alza sus pronósticos para 2022. La inflación esperada por la mediana de los analistas es de 8,5% para el cierre de año.

De esa forma, el precio de la nafta Súper 95 sube $ 1,5  por litro en surtidor (1,92%), y pasa de $ 77,88 a $ 79,38  por litro, mientras que el gasoil común aumenta $ 3  por litro (5,08 %), y pasa de $ 58,99 a $ 61,99. El precio del supergás (GLP) se mantiene en $ 63,35 por kilo. De esa manera, la garrafa de 13 kg tiene un costo al público de $ 823,55 (sin envío).

“Todavía hay una distancia entre lo que se está cobrando el combustible en Uruguay, y lo que debería cobrarse desde el punto de vista de referencia de la Ursea. También nos damos vuelta y miramos las finanzas de Ancap y, hasta dónde las espaldas de Ancap dan para mitigar estos aumentos (…) Por supuesto que el gobierno no quiere generar impactos inflacionarios –que sabemos que los tiene– pero bueno, por otro lado tiene que ser responsable con respecto a las finanzas del Estado y de Ancap”, afirmó en rueda de prensa el ministro de Industria, Omar Paganini.

Dado que en meses previos los precios en el mercado interno se han venido ajustando por debajo de lo que indicaba la referencia internacional, hoy están desalineados respecto al Precio Paridad de Importación (PPI).

Tomando en cuenta las cifras actualizadas del último reporte técnico, si se hubiera aplicado la regla de PPI en su totalidad, y se hubiera corregido el desfasaje existente, el precio de las naftas debería haber tenido una variación al alza de $ 3,03 (+ 3,9%) por litro. En tanto, para el caso del gasoil, este combustible debería haber subido $ 10,91 por litro (+18,5%).

Una fuente de Ancap había dicho a El Observador que la situación de caja de la empresa no es apremiante, dado que en los últimos días el ente efectivizó el cobro de pagos atrasados realizados por UTE y que estaban pendientes por ventas de gasoil para generación de energía eléctrica para exportar durante 2021. A eso se suma una demanda mayor a la prevista durante marzo y abril que da tranquilidad para próximos meses.

Desde enero de 2021 y hasta la fecha el precio de la nafta Súper 95 se incrementó 36% por litro, y el gasoil 50-S lo hizo 53,4%.  En ese período el precio promedio del petróleo se encareció 92% al pasar de US$ 55 en enero 2021 a US$ 106 que fue la media en abril de 2022.