The Looming Tower: el hombre que sabía lo que iba a pasar el 11 de setiembre

La reciente salida de la serie es un excelente pretexto para leer el irremplazable libro de Lawrence Wright

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02 de abril de 2018 a las 05:00

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John O'Neill supo que moriría algunos minutos antes de su desenlace fatal. Y aunque muchos podrían pensar que tener conciencia sobre los últimos respiros es una desgracia para cualquiera, en su caso fue un acto de bondad: le dio el tiempo suficiente para sospechar que él tenía razón. Y si hay algo que le importaba a ese hijo de irlandeses testarudo era tener razón.

Jamás lo sabremos, pero lo podemos imaginar uniendo algunas piezas del puzle en su mente. Las torres gemelas recién habían sido atacadas con dos aviones comerciales y él estaba en una de ellas ayudando a desalojar a la gente. Luego de hacer carrera en el FBI, O'Neill se había pasado recientemente a la seguridad privada. Hacía pocos días que había comenzado a trabajar en el World Tarde Center cuando al-Qaeda logró cumplir con su plan maestro. Por sus conocimientos sobre el terrorismo moderno y sus métodos es probable que O'Neill hubiera hipotetizado sobre la naturaleza del ataque con una sonrisa socarrona. Pero eso forma parte de la ficción.


O'Neill tenía razón y su muerte el 11 de setiembre de 2001 lo probaría. Él había entendido mejor que cualquier otro funcionario del gobierno estadounidense durante la década del noventa el tipo de amenaza que implicaba al-Qaeda y es probable que si la CIA no le hubiera ocultado información relevante, él mismo hubiera frenado ese emblemático acto terrorista. Pero ese es un escenario contrafáctico.

Lo que no forma parte del universo de la ficción ni se ubica en un escenario contrafáctico es la historia que el premio Pulitzer y periodista de The New Yorker, Lawrence Wright, relata en el libro The Looming Tower (La Torre Elevada. Al Qaeda y los orígenes del 11-S) y que ahora también tiene una serie de televisión que se está emitiendo por Amazon Prime con el protagónico de Jeff Daniels interpretando a O'Neill.

El libro de Wright es probablemente la mejor historia escrita de al-Qaeda. El autor hace una cuidadosa reconstrucción periodística de la trayectoria de Bin Laden contada de manera precisa, cuidadosa y sofisticada en base a cientos de testimonios que recogió en Estados Unidos y en el Medio Oriente que aportaron información inédita.

El autor hace una semblanza magistral de Bin Laden: su origen familiar, los múltiples lugares en los que residió, los hombres influyentes que lo rodearon y moldearon su pensamiento (sobre todo su relación con el egipcio Al Zawahiri y el palestino Abdulla Azzam) y los sucesos que llevaron a convertir una resistencia contra los rusos en Afganistán en una organización terrorista de carácter global. Quien lea este libro podrá entender el proceso de radicalización de un hombre que pasó de ser un príncipe saudí interesado en la poesía y la religión sin ningún talento en particular y un padre austero y desinteresado, al terrorista más buscado de su época.

Pero más que eso, el libro es una verdadera guía para entender la formación del yihadismo –en tanto ideología y movimiento global- a partir de los hechos, personajes y corrientes de pensamiento que ocurrieron en dos países a lo largo de varias décadas: Egipto y Arabia Saudita.

El libro revela que la CIA pudo matar a Bin Laden en 1999 y dejó pasar una oportunidad que no se volvió a repetir hasta el 2 de mayo de 2011, cuando unidades de élite de las fuerzas militares de Estados Unidos ingresaron a su refugio en Abbottabad (Pakistán) y lo acribillaron.

Pero el relato de Wright no llega tan cerca en el tiempo. En cambio revela un atributo muy presente en los primeros capítulos de la serie televisiva: el ocultamiento de información por parte de las diferentes agencias estatales estadounidenses que imposibilitaron colaboración para prevenir atentados y dar con Bin Laden a tiempo.

En particular, se hace evidente el cortocircuito entre la CIA y el FBI que comprometió en esos años a Dick Clarke, coordinador nacional de contraterrorismo de la Casa Blanca. Queda claro que la competencia de egos y las ambiciones personales fueron demoledoras para Estados Unidos.

Por cuestiones de formato e intereses, la serie televisiva es selectiva respecto a los hechos que decide narrar. Y resulta lógico que así sea. Pero sin duda que es un motivador suficiente para zambullirse al libro de más de 600 páginas que cuenta en detalle la historia del hecho que cambió el siglo XXI.
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