Todo dicho: Multi 21

A una semana del GP de Malasia, la actitud del piloto alemán genera controversias

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01 de abril de 2013 a las 09:51

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En los pasados dos días hemos leído múltiples opiniones acerca de lo ocurrido el pasado domingo 24 de marzo en Sepang con el desenlace del Gran Premio de Malasia, segunda instancia del Campeonato Mundial de Fórmula Uno.

A falta de siete vueltas para finalizar la competencia, cuando Sebastian Vettel (Red Bull) claramente contrarió una orden del equipo y asumiendo el riesgo de perder los 43 puntos que sumaban por el Campeonato de Constructores, lo pasó a su compañero Mark Webber, rueda a rueda, para conseguir la victoria.

Hay quienes lo defienden y hay quienes no. Hay unos que dicen que esto es entre pilotos y otros que los pilotos no son nada sin un equipo atrás...

Hay quienes como Flavio Briatore que dicen que “no pueden seguir juntos” y otros como la revista Autosport, que en su columna de opinión titula “Sebastian Vettel, el monstruo que Red Bull creó”.

Hay algo que sin duda aflora como indiscutible y es que Vettel es más piloto, pero en mi análisis y sin creerme dueño ni del 10% de la verdad, vi el comportamiento del alemán como arrogante y egocéntrico ese domingo malayo. Usted dirá si en ese mundo hay uno que no lo sea, ¿no? Y tiene razón.

Cuando Mark Webber llegó a la sala prepodio dos veces le repitió, con cara amarga la frase “Multi 21” a Sebastian Vettel, lo que en un código interno del equipo quiere decir mantener posiciones con el “2”, número que luce el australiano en su auto, por delante del “1” del campeón mundial.

Luego, al recibir los trofeos, el podio pareció un velorio, máxime cuando Lewis Hamilton (Mercedes) tampoco estaba contento porque su equipo le mantuvo en el tercer puesto frenando a su compañero Nico Rosberg, quien era visiblemente más rápido pero se tuvo que abstener de atacar aceptando las órdenes internas. Dos conductas distintas, pero en ambos casos con puntos gordos en el haber de los “afectados”.

Sebastian Vettel ya estuvo en la sede del equipo en Milton Keynes a pedir, según se ha dicho “uno por uno, perdón” aclarando que “esto nunca más volverá a ocurrir”. Y la verdad es que a esta altura debemos creer en su arrepentimiento pues un tricampeón mundial como él no precisa sí o sí de una victoria en la segunda carrera del año, por sobre su compañero de equipo, a quien ha sometido tantas veces como quiso.

Si el equipo Red Bull siente que no hay nada más importante que el equipo, entonces algo más debería ocurrir pero, si ocurre, quedará en el ámbito interno, mientras Mark Webber tiene derecho a tramar una venganza.

Lo peor sería que en el caso de que Sebastian Vettel fuera primero, y Mark Webber segundo, el alemán se abriera para dejarlo pasar. Un gesto caritativo es lo que menos debe pretender Mark Webber, a quien le ha tocado por años el papel de segundón y en Malasia tenía la carrera ganada por mérito propio hasta que fue atacado, según muchos, “a traición” por un Sebastian Vettel que solo pensó en él y se rió del equipo.

Pero de algo se está seguro y es de que habrá un antes y un después del pasado GP de Malasia.

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