Un año bisagra

En primer lugar debo manifestar mi total coincidencia con el artículo titulado “El 2020 será un año bisagra para el equipo económico”, aparecido el 25/02/2020.

Pero..., siempre surge algún pero... habría algo que complementar y no única y precisamente sobre la actuación del equipo económico.

Seguramente: “Dentro del equipo económico hay convencimiento que por el lado del gasto público hay varias ineficiencias sobre las cuales se puede echar mano apenas se tomen las riendas del poder el próximo lunes 2 de marzo, pero también son conscientes de que el impacto de sus medidas sobre las principales variables deberían comenzar a dar sus frutos recién en 2021”

Y también seguramente: “El gobierno electo no solo tendrá que instrumentar acciones concretas en dirección a revertir el deterioro fiscal, sino que deberá mostrar resultados rápidamente para mantener credibilidad. Las calificadoras de riesgo esperan por el plan de ajuste y por el proyecto de ley de Presupuesto que empezará a redactarse en días y deberá presentarse antes del 31 de agosto al Parlamento.  Esta será una señal fundamental y piedra angular que las autoridades terminarán de pulir durante este semestre para cumplir los objetivos.”

Y aquí empieza el pero: Nunca podremos desconocer la importancia de la visión que se formen las calificadoras de riesgo sobre el camino iniciado por el nuevo gobierno, pero también debemos reconocer que el pueblo uruguayo debe ser muy bien ilustrado sobre la situación en que el nuevo gobierno toma el País.

Suponemos, con mucha razón, que el nuevo gobierno tendrá una oposición, rayana en intentos de demolición, quizá no tanto por la oposición política, sino por las fuerzas funcionales a la izquierda vernácula (o no tan vernácula), llámese PIT CNT y/o grupos radicales (que hay varios). Oposición que sabemos funciona las 24 horas de los 365 días del año y que estará permanentemente tratando de permear la conciencia ciudadana con sus prédicas sembradoras de disconformidad real o simulada.

No solo la situación económica, sino la real situación social (seguridad, salud, educación, vivienda, asentamientos, pobreza, indigencia), luego de exhaustivas auditorias deberán ser conocidas cabalmente por todos los ciudadanos, que serán los respaldos del gobierno.

 En consecuencia, ese conocimiento deberá ser transmitido en forma clara, entendible y de forma que toda la población comprenda la magnitud de la situación, para tener los suficientes respaldos para empoderarse de un apoyo sin reticencias a las acciones de las nuevas autoridades, quizá única forma de contrarrestar la prédica de la oposición.

Tengo el convencimiento de que en el estado que el FA deja el país, se necesitarán más de un período de gobierno para solucionar los problemas de educación, seguridad, vivienda y salud, aunque no son todos, pero sí, los más acuciantes, por lo que todos los ciudadanos conscientes y amantes de la paz, la democracia republicana y la libertad, deberán conocer fehacientemente la situación real.

Confiemos en la inteligencia de las nuevas autoridades para ilustrarnos debidamente sobre la situación del país y tenernos a todos respaldándolos sin ningún tipo de reticencias.