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Un riesgo: Australia recupera fortaleza en el mercado de carne

Con mejoras competitivas y el clima jugando a su favor, un actor clave vuelve a pesar: para 2023 Australia aumentará 13,5% la exportación

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08 de octubre de 2022 a las 06:15

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El precio del ganado gordo en Uruguay ha tenido una muy fuerte corrección bajista por condiciones del mercado internacional, pero también por una incipiente sequía que genera incertidumbre y presiona a vender.

Mientras la ganadería uruguaya soporta a duras penas su tercera Niña consecutiva, que ha causado faltantes de agua en distintas zonas, para los ganaderos australianos el fenómeno sigue siendo favorable, con lluvias persistentes que llevarán a una mayor producción el año próximo, tras dos años de retención de vientres.

Y allá, los precios tuvieron una caída previa, pero actualmente se mantienen estables.

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Con lluvias y precios estables la ganadería australiana toma impulso y competirá fuerte en 2023. Después de bajar su producción en 2021, cuando el primer año Niña interrumpió una brutal sequía, y de una mejora marginal en 2022, dará un salto el próximo año, tras una fuerte reconstrucción del rodeo.

En la mayoría del país es el tercer año con muy buenas condiciones de pasturas y el pronóstico para lo que queda de este año es de lluvias por encima de los promedios en la mayoría de las zonas ganaderas.

Números que dan envidia

Para 2023 el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) espera incrementos significativos en la faena (+14%), producción (+13%) y exportación de carne (+13,5%), devolviendo a Australia un papel de mayor protagonismo en los mercados, mientras se recupera de la sequía que le hizo perder casi la tercera parte de sus exportaciones en 2021.

Además de las lluvias, los precios históricamente altos del ganado en los últimos años han respaldado el proceso de reconstrucción del stock. Desde fines de 2020 el novillo se instaló en el eje de los US$ 5 por kilo carcasa. Superó los US$ 6 en el último cuatrimestre de 2021, con picos de US$ 6,37. Este año ha oscilado entre US$ 5,80 y US$ 6,30. Se derrumbó hasta US$ 4,60 en julio y agosto por el temor a la aftosa en Indonesia y en las últimas semanas ha estado en el eje de US$ 5,50.

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La menor dependencia del mercado chino por la importancia del mercado de Japón y el propio mercado interno hacen que el productor australiano no haya sentido el ajuste que padecen ahora los ganaderos en Uruguay.

En las últimas semanas inclusive el precio se recuperó parcialmente por el aumento de demanda de la industria. La cotización de la moneda local frente al dólar, la más baja desde 2009 (con excepción de un breve período en marzo de 2020) también impulsa los precios en la moneda australiana. El tipo de cambio mejora la competitividad de los productos de exportación de Australia.

El gran cambio se espera recién para 2023 

Este año es de fuerte retención de vientres. En junio Meat & Livestock Australia (MLA) redujo la proyección de faena de 2022 en más de medio millón de cabezas, de 6,7 a 6,15 millones. El USDA revisó en setiembre a la baja su estimación, desde 6,69 millones a 6,31 millones.

Pero el gran cambio se espera para 2023. El USDA proyecta una faena de 7,2 millones de cabezas, 890.000 más que en 2022, un aumento de 14%.

A un ritmo de crecimiento de 4% a 5% anual el stock bovino volverá a la franja previa a la sequía de 28 millones para 2023 según las proyecciones de la industria.

El leve aumento de 2% en el número de cabezas que se espera faenar este año será compensado por un significativo incremento de peso de carcasa hasta los 320 kilos. La producción crecerá 4,5% respecto a 2021 y alcanzará los 1,97 millones de toneladas.

Este volumen está 18% por debajo del récord de producción de 2,4 millones de toneladas en 2018. Para el 2024 el MLA proyecta llegar a 2,3 millones de toneladas.

La reducción de capacidad de procesamiento y dificultades logísticas en la cadena industrial –en buena parte por impacto del covid– hicieron que en el primer trimestre bajara 6% la faena respecto a 2021.

El USDA proyecta un incremento en el último trimestre del año con mayor disponibilidad de ganado y mejora en la capacidad operativa de la industria.

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Exportaciones

Las exportaciones se recuperan con mayor lentitud. Después de perder 500 mil toneladas entre 2019 y 2021 –de 1,8 a 1,3 millones (-28%)– MLA proyecta que crecerán menos de 6% en 2022.

Para el año 2024 el instituto australiano proyecta que las exportaciones crezcan en 400 mil toneladas a 1,7 millones de toneladas, aún por debajo del nivel récord de 2019.

Agosto de 2022 –último mes reportado– fue el mejor para la exportación desde junio de 2020 con 92.080 toneladas, 19% más que agosto de 2021 y 23% más que en julio de 2022.

Este resultado fue impulsado por una situación excepcional. Fue el mes récord de envíos a Corea del Sur desde noviembre de 2016 por la eliminación de aranceles a la importación de 100.000 toneladas de carne, para combatir la inflación, que benefició directamente a Australia.

Entre enero y agosto el volumen de exportaciones de carne fue de 565.503 toneladas. Está 2,6% por debajo de un magro 2021 y 22% por debajo del mismo período de 2020, cuando Australia atravesaba los efectos de la sequía.

Japón, el principal cliente de la carne australiana, importó hasta agosto poco más de 149.000 toneladas, un 4,4% menos que en el mismo período del año pasado.

Según el MLA, “a medida que madure la reconstrucción del rebaño, los mayores volúmenes de exportación serán más frecuentes” aunque “se necesitarán varios meses para determinar una tendencia”.

Australia está regresando a los mercados internacionales con más fuerza. Por un lado esto muestra un factor de competencia para la carne uruguaya el próximo año. Por otro, muestra que el mercado internacional sigue funcionando y que el derrumbe que sucede en Uruguay puede derivar de China pero ciertamente no es global.

El precio de la hacienda cayó desde niveles récord, pero se mantiene en un eje que hoy está más de US$ 1,5 por kilo arriba de Uruguay.

La Niña no solo tiene un efecto inverso entre Australia y Uruguay, también incide en los mercados, deprimiendo los precios aquí e impulsándolos allá.

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La cifra

6,6 millones de cabezas perdió el stock ovino en 2018-2020 –el  9,5% del total– por la sequía, aunque para 2021 ya había recuperado el nivel de 70,6 millones de cabezas de 2018.

 

Más ganado de corral

La productividad de la cadena ganadera en Australia en 2022 es impulsada por el aumento del peso de faena al récord de 320 kg por carcasa, como la consecuencia a la participación cada vez mayor de animales jóvenes pesados de corrales de engorde y la retención de vacas, más livianas.

En el primer trimestre de 2022 el 50% del ganado faenado provino de feedlots, y dio origen al 55% de la carne producida.

El peso a faena alcanzó un promedio máximo histórico de más de 315 kg en cuarta balanza y el instituto MLA proyecta que cerrará 2022 en 320 kg, 25 kg más que el promedio de 2020.

Uruguay ha hecho un proceso inverso: entre 2020 y 2022 ha bajado de 285 a 278 kg el peso promedio en cuarta balanza.

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Australia se recupera tras un duro impacto por sequías recientes.

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