Una llamada y dos cruces: los focos de tensión entre Talvi y Arreaza, el canciller de Maduro

El mismo sábado 6 en que se publicó la entrevista a Talvi en El Observador en la que el ministro explicó su postura sobre el país caribeño en el rol de integrante del gabinete, el canciller venezolano Jorge Arreaza comenzó a hacer gestiones para comunicarse con su par uruguayo y “agradecerle” el gesto. 

La llamada se realizó el viernes 12, día en que Talvi también habló con Julio Borges, el mano derecha de Juan Guaidó.

Arreaza calificó la conversación como “respetuosa” y “valiosa”. Si bien no mencionó que hubieran discutido medidas para poner fin a la crisis del país caribeño, comentó que ambos coincidieron en “el rol histórico del Uruguay en la facilitación del diálogo”. En la misma línea, Talvi señaló que su administración estaba trabajando para “contribuir al diálogo político conducente a la democratización de Venezuela”.

Pero el buen tono entre ambos se rompió menos de una semana después. 

A impulso de Uruguay, el Grupo de Contacto Internacional (GCI), una iniciativa creada junto a la Unión Europea para poner fin a la crisis política, económica y social que vive el país caribeño, emitió el martes un comunicado en el que rechazó la nueva conformación del Consejo Nacional Electoral de Venezuela por haber sido elegido por parte del Tribunal Supremo de Justicia sin la participación de la Asamblea Nacional, el Parlamento del país caribeño.

“Esta acción por parte del régimen reduce aún más las garantías necesarias para la realización de un proceso electoral justo y transparente que posibilite un retorno a la vigencia plena de las instituciones democráticas en Venezuela”, expresó el GCI.

Tras reunirse el martes con el presidente Luis Lacalle Pou, Talvi dijo que la decisión adoptada por el régimen de Maduro era una muestra de que "las aperturas al diálogo no se están traduciendo en acciones". 

Pero Arreaza no se quedó callado y abandonó el tono amigable con el que lo había tratado la semana anterior. “Respetado canciller. Creo que llega usted tarde a los acontecimientos. Le actualizo: durante 3 años el denominado Grupo Internacional de Contacto nada ha hecho, ni aportado a Venezuela. Murió al nacer. En las relaciones internacionales los muertos vivientes no suman, ni aportan", le señaló en Twitter.

El gobierno de Maduro emitió una declaración en la que agregó que el GCI “ha carecido de utilidad a un punto tal, que puede afirmarse con estricto apego a los hechos, que el referido grupo murió al nacer”.

La gestión de Talvi ya conocía de cruces de declaraciones con su par venezolano. El despliegue de acciones humanitarias de Uruguay durante la pandemia por el coronavirus también enfrentó a ambos cancilleres. 

En abril, Talvi dijo que había nueve uruguayos que esperaban ser repatriados en Venezuela y que el el Ministerio de Relaciones Exteriores estaba enfocado en su retorno pero "ningún país ha logrado enviar un vuelo humanitario" a ese destino. 

"No es que haya un impedimento específico, sino que necesitamos que estos vuelos se hagan con todas las garantías de que toda la logística compleja que implica un vuelo de repatriación se va a cumplir, que realmente los pasajeros puedan llegar al aeropuerto en condiciones sanitarias", afirmó en una rueda de prensa donde insistió en que desde Uruguay no puede garantizar que en Venezuela se hagan "los controles" necesarios para evitar subir al avión personas portadoras del nuevo coronavirus. 

Las declaraciones de Talvi fueron desmentidas por Arreaza y el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país emitió un comunicado en la misma línea. 

"Señor Ernesto Talvi, prefiero creer que está usted muy mal informado. Varios países han enviado vuelos a Venezuela para repatriar a sus nacionales", expresó a través de su cuenta de Twitter.

El jerarca venezolano agregó que las repatriaciones desde Venezuela "se han hecho sin ninguna dificultad y con todas las garantías sanitarias" y señaló que “de Uruguay no hemos recibido ninguna solicitud de vuelo". 

Según el comunicado de la cancillería venezolana, ese mismo día (10 de abril) acababa de despegar un vuelo especial con 154 ciudadanos extranjeros "que se encontraban en situación de apremio en el país latinoamericano a causa de las limitaciones derivadas de la pandemia". 

Tras el incidente, un vuelo de la Fuerza Aérea logró repatriar a estos uruguayos así como a otros que estaban en Colombia y Brasil.