Leonardo Carreño

Uruguay prueba pisar el acelerador comercial pese al freno argentino en el Mercosur

Cancillería puja otra vez con anuncio proteccionista de su vecino

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03 de mayo de 2020 a las 05:00

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Intempestiva, la noticia el viernes 24 a la noche de que Argentina abandonaba todas las negociaciones en curso del Mercosur cayó como un balde de agua fría en la diplomacia regional. No es que el gobierno encabezado por Alberto Fernández no viniera dando señales proteccionistas desde el 10 de diciembre que asumió (y aún antes), pero el momento, en plena emergencia nacional sanitaria por el coronavirus covid-19, causó sorpresa.

Una semana después, tras incluso una llamada entre Fernández y el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, en la cancillería encabezada por Ernesto Talvi se preparan para intentar pisar el acelerador en el segundo semestre de 2020, cuando el país asuma la presidencia pro témpore del bloque, con el anhelo de que la sinergia con Alemania -que asumirá el liderazgo en la Unión Europea- permita firmar el acuerdo alcanzado el año pasado y, por qué no, también con el EFTA (Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein). 

Diplomáticos consultados por El Observador evaluaron que la decisión argentina dejaba al bloque en una situación inédita y significaba un “quiebre” en el Mercosur en lo único en lo que había logrado avanzar en el último tiempo: su relacionamiento externo. Una de las fuentes consideró que la decisión teóricamente no inmoviliza al bloque, dejando a los demás países libres para avanzar, pero el dilema es con quién podrá hacerlo, sobre todo Uruguay.

Twitter Ernesto Talvi
Ernesto Talvi con el canciller argentino Felipe Solá

La cancillería argentina divulgó el jueves un comunicado luego de una reunión de coordinadores del Mercosur en el que expresó que su objetivo era “la búsqueda de soluciones conjuntas que permitan a los países del bloque avanzar a ritmos diferenciados en la agenda de relacionamiento externo”.

El martes 5 de mayo, los socios iniciarán un intercambio de documentos para encontrar el “mejor mecanismo” que tenga en cuenta los intereses de cada país en las negociaciones externas.

En un comunicado, la cancillería uruguaya anunció que junto a Brasil y Paraguay continuaban con las negociaciones en curso con Canadá, Corea del Sur, Singapur y Líbano, y que la postura argentina no afectará “la agenda prevista ni el objetivo de conclusión de estos procesos a fines de 2020”.

Pese a esto, en los últimos días, la Confederación Nacional de la Industria brasileña, un importante lobby nucleado en San Pablo y Brasilia, divulgó un comunicado en el que solicitó al presidente Jair Bolsonaro que suspenda las negociaciones con Corea del Sur. Los industriales señalan que de aprobarse bajo los términos que actualmente se están negociando, los productores se verán perjudicados ya que se se ampliará en US$ 7 billones el déficit comercial con el país asiático. Al día siguiente, la Unión Industrial de Argentina se expresó en los mismos términos, respaldando la decisión de Fernández.

El embajador de Corea del Sur en Uruguay, Hwang Sung Youn, dijo este jueves al semanario Búsqueda que las negociaciones comerciales “no se verán afectadas por este acontecimiento y continuarán con un firme objetivo de integración económica internacional”.

“En este sentido, valoro positivamente los comentarios emitidos por el gobierno uruguayo sobre las negociaciones en curso, y mi gobierno siempre está listo para trabajar con los Estados miembros del Mercosur”, añadió.

El fiel de la balanza
Algunos días después de que su hijo asumiera la Presidencia de la República, Luis Alberto Lacalle Herrera publicó su último libro: Mercosur. Nacimiento, vida y decadencia, en el que relata el proceso de fundación en 1991 que lo tuvo como jefe de Estado. 

En los diversos capítulos, el expresidente señala que el bloque ha sido desde el inicio objeto de múltiples debates y confrontaciones. Se pregunta si ha sido útil y si aporta al desarrollo de los países que lo integran o si limita sus posibilidades de vincularse con el mundo.

Titulado “¿Y mañana?”, el expresidente dedica uno de los últimos capítulos al futuro del bloque y señala que Uruguay debe actuar siempre, acompañado por Paraguay, como “fiel de la balanza” en las diferencias entre Brasil y Argentina.

“Dando por sentado que la política exterior debe defender intereses permanentes de cada país, parece inevitable que en los casos de Argentina y Brasil el empuje de concepciones diversas lleve a un enfrentamiento en el campo de la integración. Aún pesa el concepto del Mercosur político”, expresa en uno de los pasajes y luego remata que la “bilateralidad de las relaciones de los socios principales conspira contra la legalidad y contra el buen sentido político. Que lo que ellos decidan por su cuenta es lo que el Mercosur hará debe ser una vez más puesto de relieve”.

Diplomacia presidencial 4G

El coronavirus expuso la crisis de liderazgo que tiene el Mercosur, con los presidentes de Argentina y Brasil rechazándose por sus distancias ideológicas, y el bloque sin juntarse a discutir medidas conjuntas, más allá de decisiones acordadas de forma bilateral.

El lunes, Lacalle Pou aprovechó su buena relación con Fernández y le envió un WhatsApp para coordinar una videollamada en la que hablarían de la decisión argentina y medidas conjuntas de combate al coronavirus.

La conversación se realizó al día siguiente. Duró aproximadamente media hora, y  según el vocero de la Presidencia, Aparicio Ponce de León, Lacalle Pou insistió en el fortalecimiento del Mercosur y en las negociaciones del bloque con demás países.

Según el equipo de Fernández, los presidentes dialogaron sobre las “asimetrías” que existen dentro del bloque regional y manifestaron la voluntad de “corregirlas”.

La postura de Uruguay es que se debe “flexibilizar” el bloque para que los países hagan acuerdos bilaterales. Actualmente, los cuatro países interpretan que la resolución 32 del año 2000 les prohíbe negociar por fuera del bloque regional.

En una rueda de prensa el jueves a la salida de la Torre Ejecutiva, Talvi dijo que estaban tratando de buscar mecanismos “lo suficientemente flexibles” para que los países pudieran negociar acuerdos a “velocidades distintas”.

El senador Sergio Abreu, que era canciller cuando se creó el Mercosur en 1991 durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera -padre de Lacalle Pou-, dijo a El Observador que se debía crear un “nuevo Mercosur” a partir de la decisión argentina, que la “diplomacia presidencial” era clave, y que Lacalle Pou tenía sobrada “capacidad de ejercerla”.

“Argentina no se retiró del Mercosur; cambió su estrategia hacia el exterior y optó por una política proteccionista frente a la visión aperturista del Brasil, Paraguay y Uruguay”, señaló.

Abreu considera “importante” que Argentina reconozca la flexibilidad en las negociaciones con otros países y piensa que Uruguay debe aprovecharlo. “Los acuerdos con terceros países son una cosa y el comercio intra Mercosur es otra. Brasil es el principal socio comercial de Argentina y una ruptura del Mercosur sería un suicidio para su sector industrial”, sentenció.

La crisis le ha dado la oportunidad a la cancillería uruguaya de tener diálogo fluido con sus países vecinos, principalmente para coordinar operaciones conjuntas de repatriación.

Talvi ha hablado directamente con sus pares Felipe Solá (Argentina) y Ernesto Araújo (Brasil), aunque las conversaciones se han circunscripto a la emergencia sanitaria. Pero tras dos meses centrados en esa tarea humanitaria, el tema comercial ya empezó a tocar la puerta.

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