Durante años, el concepto de computación cuántica pareció destinado a las pizarras de los laboratorios más crípticos del mundo, allá donde los físicos lidian con partículas que están y no están al mismo tiempo, y donde las ideas suenan más a ciencia ficción que a una realidad concreta. Sin embargo, en medio de esa complejidad, un grupo de científicos y emprendedores argentinos está empezando a escribir un capítulo distinto, uno donde esta tecnología de frontera se desarrolla desde el sur del mundo con ambición global.
Facundo Díaz, fundador de /q99, es una de las caras visibles de ese movimiento. Con pasado en Silicon Valley, experiencia en el ecosistema cripto y una fuerte conexión con el talento científico local, Díaz está convencido de que la oportunidad no está solo en crear negocios, sino en reinventar las bases tecnológicas sobre las que se construye el futuro. Y para eso, asegura, la computación cuántica no es una promesa lejana: es una herramienta que ya se puede aplicar.
Facundo Díaz, fundador de /q99
Facundo Díaz, fundador de /q99
Mientras la inteligencia artificial se expande como capa transversal en todos los sectores, la cuántica avanza unos pasos más atrás, pero con un potencial exponencial. Y en ese interregno de inmadurez y posibilidad, empresas como la suya intentan sentar las bases de un nuevo paradigma. "Podemos pasar de resolver problemas a transformar industrias enteras. Pero para eso hay que animarse a romper los marcos actuales y pensar distinto", afirma.
- ¿Qué es la computación cuántica?
Facundo Díaz: La computación cuántica aprovecha principios de la física cuántica para procesar datos. A diferencia de la computación clásica que opera con bits (0 o 1), la cuántica usa qubits, unidades que pueden estar en 0, 1 o en ambos estados al mismo tiempo gracias a la superposición. Esto permite que ciertos problemas muy complejos puedan resolverse mucho más rápido. Una forma simple de entenderlo es pensar que un qubit es como una moneda girando en el aire, que no es cara ni cruz, sino ambas al mismo tiempo.
Computación cuántica: tecnología transformacional desde Argentina
Facundo Díaz destaca que, aunque aún es una tecnología inmadura, ya existen fondos que apuestan por el "Deep Tech", empresas que dedican años al desarrollo antes de ver ingresos. Y lo más importante es que Argentina tiene con qué.
"No hubiera podido hacerlo en Silicon Valley. No sólo por el costo, sino porque no encontrás el talento científico que hoy tenemos en Argentina. Acá hay base, historia, instituciones y científicos de primer nivel", asegura. Su empresa cuenta con 25 empleados y ocho científicos del CONICET, y trabaja activamente con la UBA.
Díaz busca crear un producto estandarizado para que otras compañías tecnológicas lo implementen. Su foco está en sectores como finanzas, pharma, oil & gas, consumo masivo, banca, minería y defensa. "La clave no es solo usar inteligencia artificial o computación cuántica, sino transformar la forma en que manejamos la data. Las compañías siguen pensando en tablas, y eso ya quedó viejo."
La data como punto de partida
Uno de los ejemplos que más ilustra la relevancia de esta tecnología es el caso de Mercado Libre, que recientemente lanzó una tarjeta de crédito con scoring personalizado. "El poder de procesamiento para tomar decisiones en tiempo real requiere un volumen brutal de cálculo. Ellos tienen la data y saben usarla. Pero el 90% de las empresas no están ahí. Tienen la data, pero no pueden procesarla", dice Díaz.
Para él, la base está en convertir esa información no estructurada en ecosistemas de datos que permitan aplicar AI y, más adelante, computación cuántica. "Nuestra empresa es, ante todo, una compañía de data que usa AI y cuántica para obtener ventajas competitivas".
Una apuesta global desde la región
Para Díaz, la computación cuántica está en el mismo punto que estuvo la inteligencia artificial hace algunos años: sin estándares claros y con más potencial que aplicaciones reales. Aunque también con una ventaja clave para quienes entren temprano ya que pueden ayudar a definir las reglas del juego. "Si nos animamos, podemos ser protagonistas."
El plan de su empresa es claro y consiste en liderar en Latinoamérica y estandarizar soluciones desde la región hacia el mundo. "Queremos competir con empresas como Palantir o Skele AI. Hay una nueva generación de compañías que están surgiendo, y creemos que podemos ser una de ellas".
El potencial ya está en marcha
Mientras algunas grandes compañías como IBM o Google avanzan en procesadores cuánticos, en Argentina también hay proyectos que muestran que el ecosistema local puede jugar en primera. "Hoy estamos aplicando computación cuántica en modelización de portafolios, telemetría de cohetes, descubrimiento de drogas, optimización de cadenas de suministro. No es ciencia ficción, está pasando."
Incluso en sectores tradicionales como la minería o el oil & gas, /q99 trabaja en soluciones para perforación y localización de pozos con modelos predictivos. "Antes los bancos necesitaban proyectos de cientos de millones para innovar. Hoy pueden hacer pilotos accesibles y empezar a capturar valor."
Un ecosistema que ya existe
Díaz también destaca el cambio cultural del ecosistema emprendedor local. "Hace diez años no existía este nivel de comunidad. Hoy hay meetups, eventos, organizaciones como Endeavor. El que quiere emprender, no está solo."
También señala que, si bien hay fondos dispuestos a apostar por tecnólogas de frontera, el acceso al capital sigue siendo desafiante para los que emprenden por primera vez. "Yo ya tengo un recorrido, eso ayuda. Pero hay comunidad, hay apoyo, y hay talento. El que se mete, no está empezando desde cero."
Lo que viene
"Queremos liderar en las industrias de la región y generar desde acá estándares globales. Ya tenemos presencia en Estados Unidos y estamos trabajando en proyectos de defensa y seguridad. No tengo dudas que podemos estar entre las diez empresas más relevantes del mundo en este cruce entre data, inteligencia artificial y computación cuántica", dice Díaz.
En un mundo donde el procesamiento de datos se vuelve clave, la combinación de IA y computación cuántica promete disrupciones a gran escala. Y desde Argentina, un grupo de científicos y emprendedores está decidido a aprovechar esa ola desde el inicio.