Este jueves, la Argentina dio otro paso en el largo camino que la llevaría a convertirse en miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con la visita del secretario general del organismo, Mathias Cormann. El alto funcionario encabezó una serie de reuniones clave con miembros del Gobierno y más tarde participó en una conferencia titulada "Argentina en la OCDE: Desafíos y Oportunidades del Proceso de Accesión". El evento, celebrado en el Alvear Palace Hotel, estuvo organizado por el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI).
La jornada estuvo marcada por la participación de funcionarios de alto rango, diplomáticos y representantes empresariales, y fue presentada como una oportunidad para analizar los pasos que Argentina debe seguir para integrarse en este selecto foro internacional.
Mathias Cormann, nacido en Bélgica, ex ministro de Finanzas australiano y actual secretario general de la OCDE, destacó durante su intervención la importancia del camino que Argentina está emprendiendo. Según explicó, el proceso de acceso a la OCDE es “largo” y exige la implementación de una serie de reformas que alineen las políticas y prácticas nacionales con los estándares del organismo. “Argentina es un país increíble con un gran potencial. El gobierno actual está lidiando con problemas macroeconómicos y con algunas medidas lograron bajar la inflación”, afirmó Cormann, subrayando que el ingreso de Argentina a la OCDE contribuiría a “incrementar los salarios y los estándares de vida de los argentinos”.
Cormann enfatizó que el acceso a la OCDE no es una simple formalidad, sino un proceso que requiere un esfuerzo sostenido y la implementación de reformas estructurales en diversas áreas, incluyendo la agricultura, la minería y las industrias. “El objetivo es anclar esta estructura para aumentar el ingreso y establecer estándares sostenibles con las mejores prácticas”, explicó. Asimismo, destacó la importancia de contar con el apoyo de todos los sectores políticos: “Es necesario dejar de lado las políticas partidarias y centrarse en un proceso que busca mejoras para la Argentina, que tiene un potencial brillante”.
La visión del Gobierno argentino
la canciller Diana Mondino también tuvo un rol protagónico durante la jornada, subrayando el compromiso del gobierno argentino con el proceso de acceso a la OCDE. Según Mondino, el ingreso a la OCDE fue una prioridad desde el primer día de la nueva administración: “El mismo 10 de diciembre el Gobierno anunció su intención de ingresar a la OCDE. Se avanzó muy prolijamente por el gobierno de Mauricio Macri, pero fue dejada de lado durante el gobierno anterior. Ahora tenemos que hacer un doble trabajo, reconstruir la confianza y convencerlos de que no va a quedar en saco roto”.
Mondino también hizo referencia a la relación entre la OCDE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), desmintiendo cualquier vinculación directa entre ambas instituciones: “El FMI no tiene ninguna relación con la OCDE, son temas separados, no ayudan ni obstaculizan el uno al otro”. Esta aclaración fue crucial en un contexto en el que Argentina se encuentra en negociaciones constantes con el FMI, y subraya la independencia del proceso de acceso a la OCDE de las dinámicas financieras internacionales en las que el país está inmerso.
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Evento del CARI con la OCDE en el hotel Alvear
El evento contó con la presencia de destacados funcionarios y diplomáticos, entre ellos el secretario de Finanzas argentino, Pablo Quirno, quien resaltó que la decisión de buscar el ingreso a la OCDE refleja el compromiso del gobierno de Javier Milei de “cambiar el rumbo del país”. Para Quirno, la adhesión a la OCDE representa un paso hacia una economía de “reglas claras”, y forma parte de una estrategia más amplia para superar “un flagelo histórico que es la inflación”.
Cormann, por su parte, se mostró optimista respecto al futuro de Argentina en la OCDE, pero también advirtió sobre los desafíos que enfrenta el país. “El acceso a la OCDE es la culminación de un proceso muy largo”, explicó, recordando que el ingreso de países como Colombia a la organización trajo “beneficios concretos” para su sociedad. En el caso de Argentina, Cormann subrayó que el país deberá revaluar sus leyes y prácticas para alinearlas con los estándares de la OCDE, un proceso que, según sus estimaciones, podría tomar entre cinco y seis años.
En la misma línea, Cormann destacó que “la OCDE identificará las áreas donde se necesitan mejoras para el futuro de Argentina”. A pesar de la dificultad del proceso, el secretario general mostró su confianza en que Argentina logrará cumplir con los requisitos necesarios para su ingreso, y prometió que la OCDE apoyará al país en este camino. “Haremos una OCDE más diversa con la inclusión de la Argentina, que tiene una voz muy fuerte. Tenemos mucha confianza en que el proceso será una transformación muy positiva para la Argentina”, aseguró.
Desafíos internos y externos
Uno de los temas recurrentes durante la jornada fue la necesidad de consenso político para llevar adelante las reformas necesarias. Cormann fue enfático al señalar que la cooperación entre los distintos sectores políticos será vital para que Argentina pueda completar el proceso de acceso a la OCDE. “He visto evidencias de eso hoy, apoyo constructivo y eso es algo bueno”, comentó.
Sin embargo, Mondino advirtió sobre la incertidumbre política que podría afectar la implementación de las reformas requeridas. “No se sabe cuál va a ser el Congreso que va a ir aprobando las múltiples leyes necesarias”, explicó la canciller, subrayando que cualquiera que sea el gobierno en el momento en que las reformas deban ser aprobadas, deberá contar con el apoyo de diferentes sectores.
Por su parte, Francisco de Santibañes, presidente del CARI, destacó la importancia de la OCDE en la gobernanza global, describiéndola como una institución clave en la promoción de políticas públicas. De Santibañes también resaltó algunas de las ventajas comparativas de Argentina, como sus reservas energéticas y su capacidad de producción agrícola, que, según él, podrían convertir al país en un “hipermercado del mundo”.
El evento también fue una oportunidad para que representantes de diversos países expresaran su apoyo al proceso de accesión de Argentina. Entre los asistentes se encontraban el titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos, y los embajadores de Reino Unido, Kirsty Hayes; Bélgica, Karl Dahene; Turquía, Süleyman Ömür Budak; y Australia, Simon Twisk, entre otros. Todos coincidieron en la importancia de que Argentina avance en el proceso de accesión a la OCDE, y destacaron el potencial transformador que este paso podría tener para el país.
El camino hacia la OCDE
La OCDE, que actualmente cuenta con 38 países miembros, fue creada inicialmente para administrar el Plan Marshall de reconstrucción de Europa, y se ha convertido en una organización internacional dedicada a promover el crecimiento económico y estimular el comercio global. Si bien no proporciona financiamiento ni facilidades crediticias a sus miembros, la OCDE se concentra en “establecer y monitorear las mejores prácticas económicas, abogando por la cooperación y la coordinación de políticas, y produciendo investigaciones de alta calidad”.
El ingreso de Argentina a la OCDE, según Cormann, será una transformación significativa para el país, alineando sus políticas económicas con las mejores prácticas internacionales y promoviendo un entorno más favorable para las inversiones. “Las reformas para controlar la moneda y unificar el cambio son muy importantes, fundamentales para atraer inversiones. A lo largo de este proceso, son medidas necesarias para que Argentina sea más exitosa en el ámbito internacional”, afirmó Cormann.
Con la conducción de la estrategia en manos de la Cancillería y la participación de buena parte del gabinete nacional, el gobierno de Javier Milei apuesta a estrechar lazos con la OCDE como parte de su simbólico “regreso al mundo” tras años de aislamiento bajo el gobierno kirchnerista.
