El Gobierno anunció una reducción del impuesto PAIS, un tributo clave en la estructura de costos de numerosos productos y servicios. Esta medida, recibida con expectativas moderadas tanto por consumidores como por empresarios, busca principalmente atenuar los aumentos de precios y, en algunos casos, disminuir los costos de productos y servicios dolarizados, como alimentos importados, tecnología y turismo. Sin embargo, las opiniones en torno a su impacto real en la economía doméstica están divididas, y los expertos destacan que esta reducción, aunque positiva, podría no ser suficiente para frenar el avance inflacionario que afecta a gran parte de los sectores productivos y comerciales del país.
El impuesto PAIS (Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria) fue introducido en 2019 como una respuesta fiscal a la situación económica de aquel entonces. Este impuesto, que afecta principalmente las transacciones con divisas extranjeras, la compra de bienes y servicios dolarizados, y productos importados, ha sido una herramienta controvertida dentro de las políticas económicas. Con una alícuota que ha variado según los productos, la reducción anunciada busca aliviar las presiones inflacionarias internas y, a su vez, generar un estímulo en ciertos sectores que dependen de la importación.
El sector comercial ha mostrado optimismo frente a esta medida, aunque con algunas reservas. Las cadenas de supermercados han afirmado que la reducción del impuesto PAIS debería reflejarse en una leve disminución de los precios de ciertos productos importados, como alimentos y bebidas que dependen de componentes dolarizados. Sin embargo, la aplicación práctica de esta medida dependerá en gran parte de las decisiones internas de cada empresa respecto a si el beneficio se trasladará a los precios finales al consumidor.
En este sentido, se espera que los productos de origen extranjero que hoy se encuentran en las góndolas puedan experimentar una baja moderada en sus costos. Esto incluye tanto productos básicos como café, aceite de oliva, y bebidas alcohólicas importadas, así como aquellos vinculados a sectores más especializados, como los alimentos gourmet o los productos orgánicos que dependen en gran parte de insumos extranjeros. Según Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, "la baja del impuesto PAIS es más un paliativo para frenar la suba de precios que un remedio para bajar los costos que ya existen". Manoukian sugiere que, si bien podría ayudar a contener futuros aumentos, no necesariamente se traducirá en una baja significativa de los precios actuales.
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En el sector tecnológico, la expectativa es que los productos electrónicos, particularmente aquellos que dependen de componentes importados, puedan ver reducidos sus precios de manera moderada. Esto incluye teléfonos móviles, computadoras, televisores y otros dispositivos que dependen en gran parte de las importaciones de componentes de Asia y Europa. Si bien la reducción del impuesto PAIS es bienvenida, **Juan Ignacio Paolicchi**, economista de Empiria, advierte que "los costos internos siguen siendo altos y la estructura de precios es compleja". Este análisis sugiere que otros factores, como los costos de logística internacional y la cotización del dólar, seguirán influyendo en los precios, moderando el impacto de la medida.
Efecto sobre la inflación y el poder adquisitivo
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la economía argentina es la persistente inflación, que ha minado el poder adquisitivo de los consumidores durante años. En este contexto, la reducción del impuesto PAIS se presenta como una herramienta para intentar contener el avance de los precios. Sin embargo, su impacto sobre la inflación general es incierto, ya que depende de una multiplicidad de factores tanto internos como externos.
Para muchos economistas, la reducción del impuesto PAIS no será suficiente para revertir la tendencia inflacionaria, aunque podría ayudar a moderar el ritmo de los aumentos. La inflación, impulsada por una combinación de factores que incluyen la emisión monetaria, el déficit fiscal, la volatilidad del tipo de cambio y la creciente demanda de dólares en el mercado paralelo, ha demostrado ser un problema estructural en Argentina. En este sentido, aunque la reducción del impuesto alivie algunos costos, se requiere de un enfoque más amplio para lograr una reducción significativa y sostenida en los precios. Camilo Tiscornia, economista de C&T Asesores Económicos, subraya que "es un alivio, pero no resuelve los problemas de fondo", señalando que la estructura inflacionaria del país necesita reformas más profundas para lograr una estabilización real de los precios.
El poder adquisitivo de los consumidores se ha visto gravemente erosionado en los últimos años debido a la inflación. Aunque el alivio impositivo puede representar un respiro, su impacto será parcial. Los sectores de menores ingresos, que destinan una mayor proporción de sus recursos a la compra de bienes básicos, probablemente sentirán menos el efecto de esta reducción en comparación con aquellos que consumen productos importados o servicios dolarizados.
Por ejemplo, en el sector turístico, la baja del impuesto PAIS podría generar una leve reducción en los precios de pasajes aéreos y paquetes turísticos internacionales. Esto es particularmente relevante para aquellos consumidores que tienen la capacidad de viajar al exterior o comprar bienes de lujo. Sin embargo, para el promedio de los consumidores, cuyo gasto principal está destinado a cubrir necesidades básicas, la reducción del impuesto tendrá un impacto limitado.
El papel de la industria y la respuesta empresarial
Desde el sector empresarial, la respuesta a la reducción del impuesto PAIS ha sido mixta. Por un lado, algunos sectores han recibido la medida con optimismo, especialmente aquellos que dependen de insumos importados. Para ellos, la reducción del impuesto significa un alivio en su estructura de costos, lo que podría permitir una mayor competitividad en el mercado interno.
Sin embargo, otros sectores son más cautos. Para muchas empresas, la reducción del impuesto PAIS es sólo una pequeña parte de los desafíos que enfrentan. Los costos laborales, la volatilidad del tipo de cambio y las restricciones a las importaciones siguen siendo factores que influyen en su capacidad para operar de manera eficiente. En este sentido, si bien la medida del gobierno puede proporcionar un alivio a corto plazo, los problemas estructurales de la economía argentina requieren soluciones más profundas.
Los fabricantes locales, en particular, han expresado su preocupación por el impacto que la reducción del impuesto PAIS pueda tener sobre la competitividad de sus productos en comparación con los bienes importados. Para algunas industrias, la baja del impuesto podría generar una mayor competencia de productos extranjeros, lo que podría afectar su participación en el mercado local. En sectores como el textil, el calzado y la electrónica, donde la competencia con productos importados es intensa, la reducción del impuesto podría generar desafíos adicionales para los productores locales.