En mayo de 2025, el turismo internacional volvió a marcar un fuerte desequilibrio en los flujos de viajeros: mientras 572.900 visitantes no residentes ingresaron a Argentina, 1.314.700 argentinos cruzaron las fronteras hacia el exterior. Esta diferencia dejó un saldo negativo de 741.700 visitantes para el país.
El movimiento turístico se distribuyó entre turistas (quienes pernoctan al menos una noche) y excursionistas (visitantes del día). Entre los turistas, 315.400 fueron extranjeros que ingresaron al país, mientras que 752.800 fueron argentinos que viajaron al exterior. Los excursionistas, por su parte, sumaron 257.500 del lado receptivo y 561.800 en el emisivo.
Este comportamiento se inscribe en una tendencia que se consolidó a lo largo de los primeros cinco meses del año. Según datos oficiales, entre enero y mayo de 2025 salieron del país más de 9,7 millones de visitantes residentes, lo que representa un incremento interanual del 64,3%. De ellos, 6,71 millones fueron turistas, con una suba del 66% respecto al mismo período de 2024.
En contraste, el turismo receptivo se contrajo de forma sostenida: en el mismo lapso, ingresaron 3,86 millones de visitantes no residentes, un 23,9% menos que en 2024. Dentro de ese total, los turistas cayeron un 20% y los excursionistas, casi un 30%.
Más allá del impacto económico y en la balanza de divisas, los datos reflejan un patrón consolidado: crece la demanda de viajes al exterior por parte de los argentinos, mientras la llegada de extranjeros al país continúa en descenso.
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Durante mayo, el principal destino elegido por argentinos fue Chile
Turismo 2025: de dónde vienen los visitantes y a dónde van los argentinos
Los flujos por vías de acceso también muestran un perfil marcado: el 51,9% de los turistas extranjeros llegó por vía aérea, el 37% por vía terrestre y el 11,1% por vía fluvial o marítima. En sentido inverso, los argentinos salieron mayoritariamente también por aire (51%), aunque un 41,6% utilizó rutas terrestres y un 7,4% lo hizo por agua.
El informe del INDEC también destaca que el 65% del turismo receptivo provino de países limítrofes. Brasil fue el principal emisor, con el 23,7% del total de turistas no residentes, seguido por Uruguay (14,1%) y Chile (13,2%). En tanto, el 66,6% de los viajes emisivos se dirigieron a la región: Chile lideró como destino (21,9%), seguido por Brasil (19,8%) y Paraguay (11,7%).
Cómo repercute esta tendencia en la balanza de pagos
En el informe del INDEC sobre la balanza de pagos del primer trimestre de 2025, el saldo resultó negativo en US$ 4.502 millones, lo que implicó un aumento del déficit de US$ 3.152 millones con respecto al mismo período de 2024. Este resultado se explicó principalmente por la suba del déficit en viajes (US$ 2.755 millones).
Se estimó un saldo deficitario en la cuenta de viajes de US$ 3.464 millones para el primer trimestre de 2025, US$ 2.755 millones mayor que el registrado en igual trimestre del año anterior. Este resultado se explicó principalmente por el aumento tanto en la cantidad como en el gasto promedio de los viajeros residentes en el exterior y, en menor medida, por la disminución de la cantidad de viajeros no residentes que visitaron el país durante el período.
Una mirada desde Uruguay
Durante el primer trimestre de 2025, según datos oficiales de Uruguay, más de un millón de personas residentes en Argentina viajaron a Uruguay, consolidando su rol como principal mercado emisor de turistas para el país vecino. Fueron 1.013.829 los argentinos que cruzaron el Río de la Plata, representando el 74% del total de turistas que ingresaron a Uruguay en ese período.
Sin embargo, el flujo desde Argentina creció apenas un 33% respecto al mismo período de 2024, mientras que el gasto medio por persona cayó: fue de 584,9 dólares, frente a los 606,7 del año pasado. En total, el gasto de los turistas argentinos fue de 592,9 millones de dólares, cifra que representó dos tercios del ingreso total de divisas por turismo receptivo uruguayo.
Del lado emisivo, Uruguay registró 393.580 viajes hacia Argentina en los primeros tres meses del año, lo que significa una caída del 42% frente al primer trimestre de 2024. Aun así, Argentina se mantuvo como el principal destino de los uruguayos, concentrando el 61% de los viajes internacionales. El gasto total de los residentes uruguayos en Argentina fue de 159 millones de dólares, también muy por debajo de los 247 millones gastados un año atrás.
¿Cómo puede responder la política económica?
El crecimiento del turismo emisivo, combinado con la caída del receptivo, implica una presión directa sobre el balance externo argentino. Este fenómeno, que se traduce en una mayor demanda de dólares por parte de los residentes y menor ingreso de divisas por turismo, puede generar tensiones cambiarias en un contexto de reservas limitadas.
Desde una perspectiva de política económica, esta dinámica podría llevar al gobierno a considerar medidas para fomentar el turismo receptivo, como incentivos fiscales, campañas de promoción internacional o mejoras en infraestructura turística. Al mismo tiempo, no puede descartarse el regreso de restricciones cambiarias específicas sobre el gasto turístico en el exterior si la presión sobre el dólar se agudiza. En ambos casos, el turismo aparece como una variable cada vez más relevante en la ecuación macroeconómica argentina.