La Secretaría de Finanzas a cargo de Pablo Quirno, el funcionario de mayor confianza de Luis Caputo, tiene un test clave este miércoles cuando haya un vencimiento de deuda en pesos por $7,7 billones. Esto representa $6 billones menos que el monto original, que se redujo producto del último canje realizado con el Banco Central.
De cualquier manera, se enmarca en otro momento crucial porque si los bancos no quieren renovar todo ese vencimiento, el Gobierno tendrá que salir a absorber pesos para que no vayan a presionar al dólar. Las tasas de interés están por las nubes y el equipo económico "resiste" hasta que pasen las elecciones con, suponen ellos, un triunfo oficialista que descomprima.
En cuanto al menú de instrumentos, la licitación incluirá LECAPs con vencimiento al 30 de septiembre de 2025 (S30S5), al 16 de enero de 2026 (S16E6) y al 27 de febrero de 2026 (S27F6). La novedad es el quiebre en la tendencia reciente del Tesoro por ofrecer un menú amplio de bonos en el tramo corto; esta vez, el rollover de corto estará concentrado en un único bono a fines de septiembre.
Licitación clave para el mercado
"Apuntando a canalizar parte de la liquidez del sistema financiero en el mediano plazo, esto va en armonía con el comunicado del BCRA donde se comunicó una suba de encajes por 3,5% y una suba adicional de encajes previamente no remunerados, que pasan a remunerados, por 2%. De esta manera, la base que esperamos de demanda para la licitación, queda en torno a los $3 billones, los cuales deberán ser suscriptos a instrumentos de plazo mayor a 60 días. Con lo que este monto en torno a $3 billones como base para la licitación, no contempla aquello que sea rolleado a la letra corta de septiembre", dice Delphos Investment.
En paralelo, se reabrirán los bonos dollar linked al 30 de septiembre de 2025 y al 16 de enero de 2026, con la idea de que los que apuesten a una devaluación tengan un instrumento con el cual cubrirse.
Finalmente, el Tesoro ofrecerá nuevamente bonos TAMAR con vencimientos al 16 de enero de 2026 y al 27 de febrero de 2026, que resultan especialmente atractivos para el sector financiero al permitirles cubrir su exposición a la tasa mayorista a la que toman préstamos al sector privado y, al mismo tiempo, facilitan al Tesoro la posibilidad de extender la duration de sus vencimientos, vía tasa variable, sin convalidar las elevadas tasas actuales.
Próximos pasos de Luis Caputo
"Quedará por ver cuál es el éxito de esta licitación, y de obtener una baja tasa de rollover, a pesar de la suba de encajes que se adoptó, cuál será la respuesta del gobierno. Como establece Caputo, a no ser que una baja tasa de rollover provenga de un aumento en la demanda de dinero, que lo suelen medir con el M2 transaccional, pero en la práctica parece medirse contra el nivel del tipo de cambio, el gobierno no convalidara esta demanda de pesos", explica Delphos.
En este contexto, un endeudamiento neto negativo que no provenga del llamado punto Anker (mayor demanda de pesos), puede llevar a decisiones drásticas por parte del Gobierno. "Como una suba adicional de encajes, o a la presencia del BCRA en el mercado de Repos, lo que a estas tasas creemos poco probable", advierte la consultora.
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Las tasas altas continuarán para poder dejar el dólar lo más planchado posible.
Abultados vencimientos de deuda
Un factor que aportaría tranquilidad de cara a la licitación es la holgada posición de depósitos del Tesoro en el Banco Central, que asciende actualmente a 12,2 billones de pesos. Esta disponibilidad de fondos le brindaría al equipo económico cierto respaldo, permitiéndole afrontar el proceso con alguna capacidad para absorber los vencimientos en caso de que el nivel de refinanciamiento no resulte el esperado. "Alcanzan para cubrir el 40% de los vencimientos con privados en los próximos tres meses y dejan la necesidad de conseguir una tasa de rollover de al menos 60% hasta octubre (y del 100% después)", recuerda LCG.
Sea como fuere, en los dos meses siguientes los vencimientos suman otros $42,2 billones medidos a hoy y casi $20 billones con privados.
"Esta exigencia, más la usual demanda de dólares en la previa a las elecciones y el manejo errático de liquidez de los bancos a partir de cambios normativos y de política frecuentes, hacen pensar que las tasas se mantendrán elevadas por un tiempo. E incluso no podría descartarse que el BCRA vuelva a avanzar en nuevas subas de exigencia de efectivo mínimo (encajes no remunerados) de manera de compartir con los bancos el costo de la esterilización de pesos. Si la suba de encajes se permite integrarla con títulos públicos (del estilo de la anunciada ayer), eso igualmente permitiría al Tesoro generar incentivos para colocar deuda a tasas menores", advierte LCG.