El exsecretario de Política Económica de la gestión de Sergio Massa, Gabriel Rubinstein, brindó una larga entrevista en el programa Cabak 107.9 de El Observador, durante la cual analizó el contexto económico de Argentina, el ajuste fiscal necesario para combatir la inflación y las decisiones tomadas durante su tiempo en el gobierno. Durante la charla, Rubinstein destacó tanto los logros como los desafíos que enfrentó el país en términos de política económica, especialmente en un momento marcado por la alta inflación y la crisis externa provocada por la sequía.
El ajuste fiscal como condición para reducir la inflación
Rubinstein comenzó su análisis señalando que el principal éxito alcanzado por el actual gobierno es la reducción de la inflación, un indicador que, según él, muestra la efectividad de las políticas aplicadas. En este sentido, destacó que el número de inflación de mayo de 1,5% es un avance positivo. "El ajuste fiscal era necesario, y el Gobierno lo hizo", afirmó Rubinstein, destacando que la reducción del déficit fiscal fue clave para alcanzar el control de los precios. Según su visión, el superávit primario alcanzado por el gobierno es un "primer paso necesario" para combatir la inflación, que desde hace años afecta a la economía argentina.
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A pesar de reconocer los avances, Rubinstein detalló que el ajuste fiscal realizado fue costoso para el sector económico. "El ajuste fiscal tuvo un costo recesivo", señaló, al mismo tiempo que resaltó que la economía comenzó a mostrar signos de recuperación después de la implementación de estas medidas. "Se hizo un ajuste fuerte, y si bien se pagó un costo, hoy la economía está mejor que antes", indicó.
El exfuncionario también mencionó que, si bien el ajuste fiscal inicial fue necesario, a medida que avanzaban los meses se tuvo que cambiar la estrategia. "Ya no se trataba de cortar gastos de manera indiscriminada, sino de encontrar formas inteligentes de reducir el gasto público", explicó. En este punto, detalló que el proceso de ajuste debió pasar de la "motosierra" a un "bisturí", refiriéndose a que el Gobierno tuvo que realizar recortes más finos y planificados para evitar mayores consecuencias negativas. En cualquier caso, a pesar de considerar que el proceso pudo haberse manejado de otra manera, Rubinstein no dudó en reconocer el mérito de haber logrado el ajuste fiscal y la reducción de la inflación, dos objetivos clave para estabilizar la economía.
La gestión económica de Alberto Fernández
Rubinstein también se refirió a la gestión económica durante su paso por el gobierno de Alberto Fernández, particularmente cuando formaba parte del equipo económico de Sergio Massa. Aclaró que cuando asumió, el déficit fiscal primario estaba en una zona problemática del 3,5% a 4% del PIB, y que se logró reducir ese déficit a un 2,3% en los primeros meses, lo que, a su juicio, fue un ajuste fiscal significativo. Durante esa etapa, se implementaron varias medidas, como el aumento de tarifas y un control más estricto sobre las partidas presupuestarias. Además, el gobierno también aumentó impuestos, como el impuesto país y las retenciones al campo.
Sin embargo, Rubinstein explicó que uno de los grandes desafíos fue la sequía que afectó gravemente las finanzas del país. "La sequía no solo generó una crisis de dólares, sino que también desató un aumento en los precios internos", comentó. Según el exfuncionario, la pérdida de 21.000 millones de dólares por la caída en las exportaciones agropecuarias impactó negativamente en el tipo de cambio y, por ende, en los precios de los productos. Esto complicó el proceso de estabilización de la economía, que, a pesar de los esfuerzos del gobierno, terminó con una inflación elevada, especialmente debido a los altos costos del dólar.
Además, Rubinstein destacó que la sequía fue un fenómeno externo que no se podía prever y que afectó tanto las cosechas como el ciclo de la carne y los precios de alimentos como frutas y verduras. "Fue un shock externo muy fuerte, y eso desbordó las previsiones económicas", comentó, asegurando que la situación, que parecía estar bajo control, empeoró rápidamente debido a factores climáticos y externos.
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El "plan platita" y el impacto electoral
Otro tema importante que Rubinstein abordó fue la crítica que recibió el plan "platita", implementado por el gobierno en un intento por aliviar la situación económica de la clase media. A pesar de estar en desacuerdo con algunas de las medidas del plan, el exsecretario aclaró que el impacto total de esas decisiones fue menor de lo que se pensó en algunos sectores. "El efecto global del plan platita fue 0,6% del PIB", destacó, refiriéndose a la estimación de impacto que algunos en la oposición amplificaron.
Para Rubinstein, el plan fue una medida equivocada que se implementó en un momento delicado, pero aclaró que no tuvo efectos tan negativos como se pensó en términos fiscales. "Fue una señal contraproducente en términos de política fiscal, porque en ese momento no se debían aflojar las riendas fiscales", comentó, agregando que si bien la medida no fue tan trascendental, sí dejó la sensación de que el gobierno estaba disuelto en términos fiscales. Aun así, el exfuncionario reconoció que muchas veces las medidas económicas son tomadas con fines electorales, como había ocurrido en otros períodos. "Todos los gobiernos hacen cosas en la economía para ganar votos, esto no es algo nuevo", explicó.
La emisión monetaria y la comparación con el actual Gobierno
El debate sobre la emisión monetaria fue otro de los temas abordados. Ante las acusaciones de que el gobierno anterior había impulsado una emisión descontrolada, Rubinstein negó tales afirmaciones, explicando que la emisión bajo su gestión fue menor en comparación con la de la actual administración. "Durante nuestra gestión, la emisión fue mucho más controlada, en comparación con lo que ocurre ahora", explicó. De esta forma, desmintió las acusaciones de una emisión irresponsable, destacando que si bien la inflación era alta, no fue consecuencia de una emisión desmesurada.
En cuanto al gobierno de Javier Milei, Rubinstein señaló las diferencias en el manejo de la moneda y las reservas internacionales. Según su análisis, la liberación del CEPO (control de cambios) fue un logro de la gestión actual, pero enfatizó que para llevar a cabo esa medida, el gobierno necesitaba la ayuda del Fondo Monetario Internacional. "Nosotros también intentamos conseguir ayuda del FMI para liberar el CEPO, pero no tuvimos éxito", dijo, subrayando que esa fue una de las diferencias clave en la forma en que ambos gobiernos trataron la cuestión del tipo de cambio y las reservas.
La deuda y las reservas negativas
Finalmente, el exsecretario de Política Económica abordó la cuestión de las reservas negativas y la deuda externa. Rubinstein admitió que al final de la gestión, las reservas estaban en números negativos, con una cifra de 11.500 millones de dólares, lo que significaba una situación compleja. No obstante, explicó que esa deuda fue acumulada por la necesidad de financiar las importaciones en un momento de crisis. "La situación de las reservas fue difícil, pero el gobierno tomó decisiones para paliar el problema, como la emisión de bonos", comentó.
En cuanto a la deuda relacionada con las exportaciones, Rubinstein subrayó que el gobierno había iniciado conversaciones con las empresas para encontrar una solución que permitiera regularizar esas deudas una vez superada la crisis de la sequía. "Cuando el problema se resolviera, íbamos a encontrar una solución. El actual gobierno lo hizo a través de un bono, pero nosotros también estábamos trabajando en una estrategia similar", explicó.