Reclamos y respuestas del Gobierno
Durante la reunión, varios gobernadores manifestaron sus preocupaciones. Entre los primeros en hablar estuvieron los mandatarios de Corrientes, Salta y Santiago del Estero, quienes pidieron explicaciones sobre la paralización de las obras públicas en sus provincias, que, según ellos, no están contempladas en el proyecto de presupuesto para 2025. Ante estos planteos, el Gobierno se comprometió a revisar el texto del proyecto.
Un tema de especial relevancia para las provincias patagónicas fue la cuestión de los subsidios a las tarifas por zona fría y el financiamiento de las cajas jubilatorias. Los gobernadores de la región consultaron si estos rubros recibirían asistencia en el nuevo presupuesto, a lo que las autoridades nacionales respondieron que revisarán la asignación de fondos.
Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, aprovechó la ocasión para reclamar por la deuda que el Gobierno nacional mantiene con su provincia, tema que ya había generado tensiones en el pasado. Por otro lado, el Gobierno subrayó que la eliminación del Impuesto PAIS forma parte de las medidas que buscan aliviar la carga fiscal sobre las provincias.
El proyecto de presupuesto presentado por el presidente Milei tiene como eje principal el equilibrio fiscal. Durante la reunión, Caputo y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, reiteraron que el objetivo del Gobierno es mantener un modelo fiscal sostenible. “Manda el equilibrio fiscal. Si suben los gastos, suben los impuestos”, afirmaron los funcionarios en respuesta a las consultas de los gobernadores.
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A pesar de las inquietudes, fuentes del Gobierno señalaron que el encuentro transcurrió en un clima positivo y que hubo consenso sobre la necesidad de reducir el déficit fiscal. Según las mismas fuentes, “hubo buena predisposición” por parte de los gobernadores y se acordó mantener un diálogo constante y fluido para abordar los desafíos financieros de cada provincia. También se anticiparon reuniones bilaterales entre el Ejecutivo y las administraciones provinciales para afinar detalles.
Preocupaciones sobre la coparticipación y próximos pasos
Uno de los temas centrales del encuentro fue la preocupación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) sobre la distribución de la Coparticipación Federal. El jefe de Gabinete porteño, Néstor Grindetti, quien asistió al encuentro, expresó su malestar por el hecho de que el proyecto de presupuesto contempla solo el 1,4% de coparticipación para la Ciudad, lejos del 2,95% que había establecido una cautelar de la Corte Suprema en 2022.
Grindetti explicó que el proyecto del Gobierno establece un monto fijo para la Ciudad de 1,44 billones de pesos, es decir, unos 120 mil millones de pesos por mes. Esto podría perjudicar a CABA si la masa coparticipable resulta mayor a esa cifra, ya que el porcentaje restante quedaría en manos del Gobierno nacional de manera “discrecional”, explicó el funcionario. La Ciudad mantiene su postura firme de que el fallo de la Corte debe ser respetado, y advirtió que el recorte puede afectar seriamente la ejecución de obras y servicios en la capital.
Además de Francos, Caputo y Guberman, otros funcionarios nacionales participaron del encuentro, como el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi. Desde la Casa Rosada se comprometieron a seguir escuchando las demandas de los gobernadores y a trabajar en conjunto para asegurar que las provincias puedan mantener un equilibrio fiscal sin poner en riesgo los servicios esenciales.
La reunión fue vista como el primer paso de una serie de encuentros que se sucederán en las próximas semanas, donde se negociarán en detalle los puntos más sensibles del presupuesto. Las provincias que no participaron en esta ocasión —Buenos Aires, La Rioja, Tierra del Fuego y Formosa— podrían sumarse en futuras conversaciones bilaterales con la Casa Rosada.
Con un escenario económico complicado y la necesidad de generar acuerdos políticos, el Gobierno enfrenta el desafío de equilibrar las cuentas públicas sin provocar un conflicto con las provincias. La negociación sobre el Presupuesto 2025 será clave en los próximos meses, mientras se espera que el Congreso comience a debatir formalmente el proyecto.
Las exigencias de las provincias
Tras las declaraciones de Milei, varios gobernadores reaccionaron de inmediato. Algunos de los mandatarios provinciales, especialmente aquellos cercanos al oficialismo, mostraron disposición a acompañar el proyecto, pero plantearon reservas ante la exigencia de realizar nuevos ajustes. Un gobernador de Juntos por el Cambio (JxC), que prefirió no ser nombrado, comentó: “Vamos a acompañar un Presupuesto que plantea un equilibrio fiscal total, eso es plausible, pero no nos pueden pedir que sigamos ajustando después de todo lo que hemos soportado este año. Las provincias ya están con obras paradas y problemas con las cajas jubilatorias”.
La situación es delicada, ya que la oposición en el Congreso también tiene su propia agenda. JxC, que cuenta con gobernadores que podrían facilitar el camino hacia la aprobación del presupuesto, condiciona su apoyo a la inclusión de financiamiento para proyectos provinciales paralizados. Durante la semana pasada, exigieron la reactivación de obras y la financiación de infraestructura clave en sus territorios como requisito para acompañar el plan económico del Gobierno.
Por otro lado, el kirchnerismo ya ha manifestado su intención de rechazar el proyecto de Presupuesto 2025. Ante este escenario, desde el entorno presidencial se anticipa una batalla discursiva en la que buscarán exponer a quienes se opongan al presupuesto. “Tienen que decidir si son parte de la solución o acompañan a quienes nos llevaron hasta aquí”, señaló una fuente cercana a Milei, en alusión a la bancada de Unión por la Patria, liderada por los sectores más afines al kirchnerismo.
El presupuesto presentado por el Gobierno incluye previsiones económicas ambiciosas: una inflación interanual del 18,3% para diciembre de 2025, un tipo de cambio de $1.207 por dólar y un crecimiento del 5% del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, uno de los puntos que el Gobierno considera innegociable es la regla de déficit cero, lo que implica que cualquier caída en los ingresos será compensada con una reducción proporcional del gasto público. “El concepto de que si cae un ingreso, se debe reducir el gasto es innegociable”, indicaron fuentes del entorno presidencial.
La estrategia del Gobierno
La reunión con los gobernadores no fue el único encuentro importante en la Casa Rosada. Horas antes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, mantuvieron una reunión con legisladores del PRO, una fuerza aliada del Gobierno en varias de sus principales iniciativas. El apoyo del bloque macrista es casi un hecho, algo que se ha reflejado en la cercanía entre Milei y Cristian Ritondo, presidente del bloque PRO en Diputados. Sin embargo, el oficialismo aún debe conquistar a otros sectores de la oposición para asegurar la aprobación del presupuesto.
El ministro de Economía, Luis Caputo, y otros funcionarios del Gobierno se están enfocando en convencer a los sectores más dialoguistas de la oposición, incluyendo a la Unión Cívica Radical (UCR) y al bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto, Encuentro Federal. "Vamos a hacer un trabajo serio para que el kirchnerismo quede aislado", aseguraron fuentes cercanas a la Casa Rosada, refiriéndose a la necesidad de construir una mayoría en el Congreso.
La importancia de los gobernadores en esta etapa es clave. Durante la reunión, tanto Francos como Caputo enfatizaron que el apoyo de las provincias es fundamental para destrabar cualquier iniciativa. Sin el respaldo de los mandatarios provinciales, será difícil conseguir los votos necesarios para aprobar el presupuesto. En este contexto, las demandas de las provincias cobrarán protagonismo, y el Gobierno tendrá que negociar para asegurarse el acompañamiento de sectores claves.
A pesar de las dificultades, el equipo económico de Milei no descarta un "plan B". Fuentes del Gobierno admitieron que, si no se logra aprobar el presupuesto en el Congreso, el Presidente está dispuesto a recurrir a decretos para readecuar las partidas y cumplir con los objetivos económicos planteados. “El plan B ya está, y es readecuar las partidas por decreto, como se ha venido haciendo desde diciembre”, explicó una fuente cercana al Gobierno.
Finalmente, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anticipó que sería la primera vez en la historia que a un Presidente se le rechazan dos presupuestos consecutivos. "Sería histórico por lo lamentable", afirmó Adorni durante su primera conferencia de prensa de la semana, subrayando la importancia de que el Congreso acompañe las propuestas del Gobierno para sacar al país de su actual situación económica.