Finalmente, tras varios días de tensión, el presidente Javier Milei y el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Jorge Macri sellaron esta mañana el traspaso de las 31 líneas de colectivo que circulan exclusivamente en territorio porteño. El acta-acuerdo dispone que la Ciudad se hará cargo del control, la administración y la potestad de fijar tarifas y recorridos de las líneas de colectivo que circulan dentro de su distrito, con un período de transición de 30 días, lo que implica que por el momento no habrá aumento en el precio del boleto y se mantendrá el descuento de la Red SUBE para quienes realicen más de un viaje en esa jurisdicción.
A partir del acuerdo, el gobierno porteño deberá ahora subsidiar casi dos terceras partes del “precio real” del pasaje. “Y es extraordinario porque no es sostenible un subsidio del 66% de la tarifa de manera permanente para la Ciudad. Por otro lado, será necesario postergar inversiones y otros gastos”, consignó un comunicado emitido en conjunto por ambas jurisdicciones.
Para el Gobierno nacional la quita de subsidios en territorio porteño y bonaerense implican un ahorro de $15.000 millones mensuales a partir de septiembre.
En los próximos días la Secretaría de Transporte de la Nación, conducida por Franco Mogetta, publicará la nueva estructura de costos del sistema en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en la que o bien dispondrá un aumento de tarifas o bien deberá disponer mayores subsidios, algo poco probable.
El acuerdo que firmaron hoy Milei y Macri permite avanzar en un ordenamiento del sistema de transporte que estaba pendiente desde 2012 cuando Nación le traspasó a CABA el control de subtes y el premetro, pero había quedado pendiente hacer lo mismo con las 31 líneas de colectivos que operan dentro la ciudad, que son las líneas 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151.
“Además de establecer a la Ciudad como la encargada de los costos de los subsidios de las líneas y de la gestión de todo lo que a las mismas respecta, el acuerdo detalla que Nación y CABA trabajarán coordinadamente en una transición ordenada de al menos 30 días para que la jurisdicción que recibe las líneas tenga acompañamiento respecto a cuestiones técnicas y administrativas, en pos de que los ciudadanos porteños tengan un servicio eficiente”, aclaró el comunicado.
Para el gobierno nacional, con este acuerdo consideran que han completado el ordenamiento de subsidios y competencias para “igualar” el trato que reciben la ciudad y el Área Metropolitana de Buenos Aires con el resto de las provincias, donde no brindan asistencia.
En el caso de Buenos Aires, la provincia ya se había cargo de financiar el 100% de las compensaciones a las líneas de su jurisdicción para sostener el precio de los pasajes pero no de los descuentos por el boleto integrado. El gobierno de Milei eliminó las transferencias desde este domingo y el gobernador Axel Kicillof anticipó que reclamará ante la Corte Suprema.
“Hoy es un día muy importante, un día donde se avanza una vez más en la autonomía de la ciudad”, dijo el jefe de Gobierno porteño en diálogo con la prensa, luego del encuentro con Milei, del que también participó el jefe de gabinete Guillermo Francos.
Macri reiteró que “la ciudad se hace cargo del subsidio pleno y la tarifa integrada de la tarjeta SUBE” y elogió al Gobierno, “que está haciendo un gran esfuerzo para ordenar los números, y nosotros también para absorber este subsidio”. Se trata de un monto aproximado de unos $7000 millones mensuales, fondos que saldrán de “un montón de repriorizaciones que estamos haciendo con el Presupuesto”. “Es prioritario ayudar a la clase media y laburante que no tiene capacidad de absorber que se duplique la tarifa”, agregó Macri.
Macri y Mogetta criticaron al gobierno bonaerense de Axel Kicillof por no adoptar una medida similar. “Hay una diferencia importante, nosotros estamos subsidiando y sosteniendo la tarifa integrada”, dijo Macri. Un rato después, Mogetta, acusó a Kicillof de tener un “posicionamiento político” y no hacer frente con el presupuesto propio a los gastos de traspaso.
Macri estuvo acompañado por sus ministros Pablo Bereciartúa (Infraestructura) y Gabino Tapia (Justicia).