10 de mayo 2025 - 11:40hs

El fracaso de la ley de Ficha Limpia en el Senado dejó a la política local, una vez más, sumida en el desconcierto y el estupor. La iniciativa, que se encaminaba a ser un avance crucial en la lucha contra la corrupción, terminó desvaneciéndose. Los interrogantes sobre las causas de este resultado se multiplicaron de inmediato, y aunque existen varias hipótesis sobre lo ocurrido, hay certezas que resultan difíciles de ignorar.

Primera hipótesis: El Gobierno y la influencia de Santiago Caputo

Una de las teorías más comentadas es que la caída de la Ficha Limpia fue producto de una maniobra oficialista, orquestada por Santiago Caputo, el hombre fuerte detrás de la política de acuerdos con gobernadores y el Congreso. Según esta hipótesis, un sector del Gobierno trabajó silenciosamente para evitar que los senadores de Misiones votaran a favor de la ley.

Desde esta perspectiva se entendía que la presencia de Cristina Kirchner en las urnas sería fundamental para poder polarizar la elección y darle más chances a la lista de La Libertad Avanza. Ficha Limpia cerraba esa opción. Además, consideran que la ley facilitaría acuerdos internos dentro del PJ: la idea de que proscribían a la expresidenta podía ser la llave de unidad. Así, la hipótesis sostiene que desde la oficina de Caputo se habría negociado con Carlos Rovira, mandamás del poder misionero para que sus senadores bloquearan el avance de la ley.

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El problema con esta teoría es que, poco después de la derrota, quienes hablaron con Javier Milei dicen que estaba furioso. La noticia de la caída de la Ficha Limpia en el Senado fue recibida por el líder de La Libertad Avanza como un golpe inesperado, lo que descarta en parte que el fracaso haya sido parte de una estrategia pensada desde la Casa Rosada para asegurar la presencia de Cristina Kirchner en las elecciones. De ser cierta la hipótesis, o el enojo no era genuino o alguien había estado operando en nombre de su gobierno sin su consentimiento.

Segunda hipótesis: Carlos Rovira y la revancha política

La segunda hipótesis gira en torno a la figura de Rovira. Según esta línea de análisis, la caída de la Ficha Limpia fue una jugada maestra del exgobernador y actual diputado provincial para darle un golpe al gobierno nacional. La motivación detrás de esta maniobra se basaría en una serie de acuerdos incumplidos por parte de la Casa Rosada, luego de apoyos anteriores de Rovira en el Senado.

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Carlos Rovira, hombre todopoderoso de la política misionera.

Carlos Rovira, hombre todopoderoso de la política misionera.

Rovira, que mantiene un control férreo sobre la política de Misiones, habría visto en la Ficha Limpia una amenaza para sus propios intereses, especialmente al considerar las futuras elecciones locales del 8 de junio. Es que otro condimento que le da sentido a esta hipótesis es que hace apenas una semana cerraron las listas para esa compulsa y La Libertad Avanza decidió competir con un ex tenista profesional (Diego Hartfield) como candidato. ¿Se rompió un acuerdo de no agresión?

¿Y el PRO? La hipótesis menos creíble

A pesar de que algunos en el Gobierno sugirieron que el PRO estaba detrás de la caída de la ley, esta hipótesis no resiste mucho análisis. Siendo uno de sus caballitos de batalla, el macrismo veía en este debate la posibilidad de anotarse un punto a favor en la carrera electoral porteña. Las críticas del oficialismo apuntan a que haya impulsado el debate sin tener la certeza de que estaban los 37 votos necesarios. Diferentes fuentes parlamentarias, incluso de los propios libertarios, aseguraban hasta minutos antes de la votación que tenían 38 votos asegurados. No existe nada que Mauricio Macri o el PRO pudieran ofrecerle a Rovira para convencerlo de jugar de la manera en que lo hizo.

Las certezas que deja el fracaso de Ficha Limpia

Aunque las hipótesis se multiplican, hay dos certezas que resultan innegables. La principal beneficiaria de la derrota de la Ficha Limpia es Cristina Kirchner, quien mantiene así su posibilidad de participar en las elecciones 2025 y, en consecuencia, su lugar en el centro de la escena política. Hay un dato que quedó boyando: el PJ no presentó lista en las elecciones de Misiones, lo que podría haber empeorado las chances del Frente Renovador de Rovira.

La otra certeza es que desde el Gobierno, sectores clave insistieron hasta el último momento para que los senadores reconsideraran su voto, y muchos caminaron por los despachos tratando de convencer a los legisladores de que presentaran cambios que permitieran que el debate volviera a Diputados. La estrategia, evidentemente, fracasó (por lo menos dos senadores contaron que eso sucedió y que la respuesta fue que lo hicieran los propios libertarios y que pagaron el costo político) y el Senado se pronunció en contra de la ley.

El resultado de la votación dejó al recinto en shock. Los impulsores con incredulidad; los kirchneristas, con euforia. La política volvió a mostrar su peor cara, y los acuerdos entre provincias, las negociaciones en los pasillos y las traiciones internas dejan un panorama desolador. O la casta política mostró su peor versión, o, más bien, alguien aprendió rápidamente a usar las herramientas de la casta para sus propios fines.

Ahora, Ficha Limpia deberá esperar hasta 2026, y será entonces cuando Javier Milei y La Libertad Avanza tendrán que demostrar si realmente quieren que esta ley sea una realidad. Si en ese entonces no se da un giro en la forma de hacer política, es probable que la Ficha Limpia quede, nuevamente, relegada a un proyecto vacío de contenido. Mientras tanto, la política argentina seguirá funcionando como siempre, con acuerdos oscuros, cambios de última hora y, por supuesto, mucho ruido.

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