Este miércoles, los tres imputados por el asesinato de Uma Aguilera, la hija de 9 años del custodio de Patricia Bullrich, fueron condenados a prisión perpetua. La niña fue asesinada durante un intento de robo ocurrido en Villa Centenario, partido de Lomas de Zamora, en enero de 2024.
Axel Emiliano “Pelusa” Rojas (20), Miguel Pastor “Patoto” Romero Molinas (20) y Ariel Acuña Vega (21) fueron hallados responsables del homicidio y condenados a la pena máxima. El Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Lomas de Zamora, encargado del juicio, dictó la sentencia tras un extenso proceso judicial. Los tres acusados fueron considerados coautores del delito de "robo calificado por el uso de arma de fuego, cometido en lugar poblado y en banda", además del homicidio "criminis causa", agravado por el uso de arma de fuego.
La sentencia también incluyó una condena de cinco años de prisión para Nahuel Santiago Coman, quien fue considerado partícipe secundario del robo. En el caso de Guillermo “Paraguayo” Romero Molinas, quien tenía 17 años al momento del crimen, el juicio será realizado por separado en el fuero de menores, a partir del 12 de agosto próximo.
La intervención de la justicia y los detalles del crimen
La fiscal Viviana Giorgi, que había solicitado la pena de prisión perpetua para los tres principales acusados, destacó durante su alegato que "no hay quántum punitivo que pueda reparar el sufrimiento de la familia de Uma". Además, remarcó que "la sanción, por más que sea la máxima prevista, no tiene respuesta satisfactoria para quienes deben soportar la pérdida". La fiscal dividió su intervención en dos partes: en la primera, abordó el robo, mientras que en la segunda, se refirió al asesinato de la menor. La presentación de los fundamentos para el homicidio fue particularmente dura, con detalles sobre la violencia ejercida por los delincuentes.
Por su parte, los abogados defensores pidieron penas menores para los imputados, alegando que no se debía aplicar el artículo 80 del Código Penal, que contempla el homicidio intercriminis, y que los hechos debían calificarse como homicidio calificado y tentativa de robo.
Cómo ocurrió el crimen de Uma Aguilera
El crimen se dio el 22 de enero de 2024, en horas de la mañana, cuando Uma Aguilera, junto a su padre Eduardo Aguilera —custodio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich—, se encontraba en el asiento trasero de un vehículo Ford Ka, mientras su madre cerraba el portón de la casa. En ese momento, un Toyota Corolla negro, previamente robado en Banfield, se detuvo frente a ellos. Dos delincuentes armados descendieron del automóvil y, tras amenazar al padre, intentaron un robo.
Eduardo Aguilera, al ver la amenaza, aceleró el vehículo para escapar. En ese instante, uno de los delincuentes disparó varias veces, impactando a Uma con dos balas: una en la mano izquierda y otra en la nuca. Los padres de la niña la trasladaron de urgencia al Hospital Gandulfo, pero debido a la gravedad de las heridas, fue derivada en helicóptero al Hospital Churruca. Allí, tras una operación de urgencia y una craneotomía descompresiva, la menor sufrió un paro cardíaco y falleció.
Las cámaras de seguridad fueron clave para la reconstrucción del crimen. Las imágenes mostraron a los delincuentes merodeando la zona minutos antes del ataque, lo que permitió a la policía identificar y capturar a los sospechosos en los días posteriores al homicidio.
La reacción de la ministra Patricia Bullrich
Patricia Bullrich, quien se encontraba en contacto cercano con la familia de la víctima, expresó su profundo dolor tras el crimen y su firme postura frente a la justicia. En su cuenta de Twitter, la ministra compartió un mensaje de alivio y justicia tras la sentencia: "Los asesinos de Uma fueron condenados a perpetua. Nunca más van a salir. Nunca más van a dañar a nadie. Uma era la hija de Eduardo Aguilera, policía federal de mi custodia, y de María Eugenia, también de las fuerzas. Una chiquita de 9 años con toda la vida por delante". Bullrich también destacó que "la Justicia hizo lo que tenía que hacer" y brindó un mensaje de apoyo a los familiares de la víctima, manifestando que, aunque el fallo no devolvería a Uma, ofrecía algo de consuelo a quienes sufrieron su pérdida.
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