20 de enero 2025 - 13:11hs

”Mi hija tiene autopsia. Intoxicación de potasio, exceso de potasio. Tenía casi 19 de potasio”, relató Brisa Molina, madre de Melody, una de las dos bebés que nacieron en el Hospital Neonatal de esta ciudad el 6 de junio de 2022 y que fallecieron pocas horas después.

Además, expresó: “Tenía un pinchazo en la espalda, donde le vi el punto rojo y no me di cuenta. No pensé que me la iban a matar. Era solo una beba”. Ese mismo día, otras dos recién nacidas también presentaron problemas de salud, pero lograron sobrevivir.

Este lunes, Molina testificó en el juicio en el que la enfermera Brenda Agüero es la principal acusada, enfrentando cargos por cinco asesinatos y ocho intentos de asesinato. También están siendo juzgados diez exfuncionarios y profesionales ante un jurado popular. Según Brisa, si se confirman los delitos, la única sanción posible sería una condena a prisión perpetua.

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La madre que testificó este lunes reiteró que, tras la muerte de su hija, le dijeron que “no tenían explicación, que nunca les había pasado algo así”. Dado que la médica de guardia se negó a firmar el acta de defunción, se procedió a realizarle una autopsia a Melody.

“A mí me duele hablar de este tema; no me gusta recordar, me lo quiero guardar para mí sola. Solo tomé tratamiento psicológico en el embarazo de Jordan[su hijo, que hoy tiene cinco meses]”, afirmó. Además, comentó que tuvo una experiencia muy difícil durante ese parto, a tal punto que no quería que nadie la tocara ni que le realizaran ningún procedimiento.

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Molina dio a luz a Melody a la edad de 17 años, siendo la madre más joven de entre las que ya testificaron, y volvió a ser madre hace cinco meses. Su pareja, que es el padre de sus dos hijas, se encuentra actualmente en prisión. Durante su declaración, tuvo dificultades para hablar y se emocionaba con frecuencia. Comentó que se sometió a todos los controles prenatales durante su embarazo, al que consideró “bueno”. En la última ecografía, antes de iniciar su atención en el Neonatal (anteriormente había estado en un dispensario), le informaron que su bebé “estaba muy bien, columna y corazón normales”. Además, destacó que su madre, Romina Cejas, la apoyó durante toda la etapa previa al parto.

Experimentó “muchos dolores” en la sala de preparto. “No los soportaba; no me daban más bola. Pedí cesárea porque ya no soportaba, pero me dijeron que no me (la) podían hacer porque el bebé venía bien. No puedo recordar nada, no puedo recordar horarios, caras. Me dejaron que sufriera. Al final los llamé y les dije: ‘mi bebé está por nacer’. Vino una chica flaquita, de bordó, me hizo tacto, y me llevaron”, comentó Molina, quien lucía una camiseta blanca con el lema “Justicia por Melody”.

Una vez en la sala de parto, tras el nacimiento de su hija, se la colocaron sobre el pecho. Le informaron que era “una nena y estaba sana". "Ella me miraba y yo la miraba, ella lloraba y yo lloraba porque había nacido. Estaba feliz”, relató. Sin embargo, luego una enfermera le retiró a su bebé y la llevó a un lado de la sala, un lugar que no podía ver.

Mientras la estaban suturando, la trasladaron en silla de ruedas a la sala de posparto, donde había tres camillas y un “cuartito chiquito, lleno de cosas” en una esquina. Allí, se encontraba otra madre, y poco después llegó una más. La última en ingresar fue Ludmila Torres, madre de otra bebé que sufrió complicaciones, aunque afortunadamente sobrevivió.

Molina mencionó que Melody estaba “bien, tomaba la teta”. Permaneció en la sala de posparto hasta aproximadamente las 7:30. “Cambió la guardia, y el gordito que me acompañaba se fue y llegó una enfermera que se quedó ahí parada. Nos miraba a las tres. En un momento tuvimos que dejar a las bebas en la camilla porque nos revisaron. Primero la bajaron a Ludmila, le cambiaron el camisón; después me tocó a mí, le di mi hija a la enfermera. No me acuerdo la cara de ella", comentó. Subrayó en varias ocasiones que no podía recordar detalles físicos de esa mujer, solo que se dio la vuelta para cambiarse y nos dio la espalda a las bebés.

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Melody recordó que su hija “lloraba todo el tiempo. Así que si le hicieron algo yo no me di cuenta”. Un enfermero la trasladó a una sala compartida, donde se encontró de nuevo con Torres. Cerca de las 8 de la mañana, su madre llegó para dejarle los bolsos y le puso el chupete a su nieta. "Antes le pusieron dos vacunas en la pierna. Era la enfermera. Mi mamá me dijo que tenía las manitas frías. A las 12, volvió mi mamá y fue la última vez que tomó la teta. A la tarde ya no quería más, tenía las manitas frías, le puse las manoplitas. Era raro porque hacía calor. Tenía los ojos para abajo”, recordó. Le preguntó a las enfermeras por eso y ellas insistieron en que era "normal".

Expresó que alrededor de las 21 horas se quedó dormida junto a Melody porque estaba “muy cansada”. Al despertarse, encontró la cena que le habían dejado, comió y se dedicó a subir algunas fotos a sus redes sociales. “Noté que no se movía, no lloraba y era raro. Le empecé a hablar y no respondía. La compañera de sala llamó a las enfermeras y se la llevaron. Me fui atrás de ellas, me trajeron de nuevo. Tocó a la bebé de Ludmila y le dijeron: ‘mamá su bebé también está mal’ y se la llevaron también”, contó.

Melody fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos. En la madrugada del 7 de junio, falleció: “Nadie me explicó nada. Ellos me hicieron creer que mi bebé tenía un problema tan interno al corazón que no podían detectar qué le había pasado. Y así me fui a mi casa”.

Molina relató que vistió a su hija con un body blanco, una chaquetita rosa, una ranita del mismo color, un gorro rosa y un overol de plush en tono verde agua. Esa tarde, al cambiarla, antes de que ocurriera la descompensación, notó una “manchita de sangre", "pero no le di bola, era chica, era mi primer hijo”. Luego mencionó que ese “punto” se encontraba en la espalda, “más arriba de la mitad”. Agregó que llevó esa ropa a casa porque “tenía el olor de ella, nunca la lavé. Después me la pidieron en la Unidad Judicial y la entregué”

Entre las madres que presentaron una querella, ya testificaron Damaris Bustamante, madre de Benjamín; Yoselín Rojas, de Angeline; y Julieta Guardia, de Ibrahim. Las tres identificaron a la enfermera en los lugares donde se encontraban sus bebés y, lo más relevante para el caso, afirmaron que ella tuvo contacto con ellos. Además, los jurados escucharon a Vanessa Cáceres, quien fue la primera en perder a su hijo en la serie de fallecimientos investigados. También tomaron la palabra dos de las recién nacidas que lograron sobrevivir, Tamara Hermosilla y Brenda Leiva, quienes señalaron a Agüero como la enfermera que estuvo presente con sus bebés.

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