27 de junio 2025 - 21:50hs

La Justicia secuestró el guión del documental Justicia Divina que registraron en la Dirección Nacional del Derecho de Autor (DNDA) María Lía Vidal Alemán y Juan Manuel D'Emilio el 22 de abril pasado, apenas un mes y 11 días después del inicio del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona. El proyecto audiovisual tenía como protagonista a la jueza Julieta Makintach, magistrada del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de San Isidro que fue recusada y apartada del proceso judicial tras conocerse su participación en la producción.

El juez de Garantías Esteban Rossignoli ordenó el secuestro del material tras un pedido de los fiscales Carolina Asprella, Cecilia Chaieb y José Amallo, quienes investigan si la magistrada de 47 años cometió algún delito. La documentación fue presentada en un sobre de papel madera con los nombres de los guionistas escritos a mano en tinta negra y contenía 14 páginas numeradas con el guión completo y una descripción del tráiler, de acuerdo a las imágenes publicadas por el diario La Nación. En el reverso del sobre aparecían las dos firmas de los autores que se repartían los derechos al 50% cada uno.

Los detectives judiciales ya poseían una copia del guión que habían obtenido el 22 de mayo durante el allanamiento a la productora Ladoblea SA. Sin embargo, el secuestro en la DNDA representa la prueba definitiva de que se trataba de un proyecto comercial planificado y no de una iniciativa casera.

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El proyecto comercial detrás del documental

El registro en la DNDA confirma que Justicia Divina no era un proyecto amateur sino una producción comercial con fines lucrativos de gran envergadura. José Arnal Ponti, presidente de la productora Ladoblea SA (conocida como Ladoble), declaró por escrito ante los fiscales que la inversión estimada ascendía a 800.000 dólares y que desde el primer momento le aclararon que Makintach "estaba en conocimiento del proyecto, de su guión y había prestado conformidad para su realización".

"El proyecto ofrecido fue de nuestro interés y, en consecuencia, se decidió comenzar a desarrollarlo. Para ello se mantuvieron reuniones en la productora, a las que asistieron D'Emilio y Vidal Alemán. La jueza nunca concurrió a nuestras oficinas y tampoco participé de reuniones donde ella haya estado", sostuvo Arnal Ponti en su descargo. El productor, que también está siendo investigado en la causa, aclaró que conoce a D'Emilio desde hace más de 20 años y lo describe como "un reconocido publicista" al que "respeta".

La estructura del documental consistía en seis capítulos de 30 minutos cada uno, con títulos específicos: "La justicia y los lugares", "La justicia y los dioses", "La justicia y los abogados", "La justicia y los familiares", "La justicia y el azar" y "La justicia y la sentencia". Según la documentación registrada, se trataba de "una estructura cinematográfica de no ficción que sigue los pasos, con precisión documentalista, el juicio de la muerte de Maradona, dividida en seis capítulos de 30 minutos, mantiene una estructura narrativa que condensa en cada capítulo dos semanas del juicio".

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El proyecto audiovisual pretendía tener una "cruza" entre el periodismo y el cine documental y "acompaña los pasos de la jueza Makintach durante y posterior al juicio, mientras reconstruye la muerte de Maradona y ciertos hitos dolorosos en su vida relacionados con el abandono", según se detalla en el material secuestrado.

D'Emilio, descripto como "un reconocido creativo publicitario", y Vidal Alemán, amiga íntima de la jueza desde la infancia, firmaron el registro el 21 de febrero abonando la suma de 1.400 pesos a la Cámara de Productores e Industriales de Fonogramas. El trámite fue clasificado como "Obra inédita no musical". Los investigadores consideran que se trabajaba con un "guión vivo" que se iba escribiendo según los acontecimientos del juicio, incorporando situaciones que se dieron en las primeras jornadas como la exclusión del debate de un abogado o la declaración de algunos testigos.

Las grabaciones y el escándalo judicial

Las primeras imágenes se filmaron el 9 de marzo, dos días antes del inicio del debate, mostrando a Makintach caminando por los pasillos y el hall central del Palacio de Tribunales de San Isidro. Durante la primera jornada del juicio, el 11 de marzo, se tomaron nuevas imágenes en el despacho de la jueza manipulando expedientes y en la sala de audiencias durante las sesiones.

"Me preparé toda la vida para un juicio como este", declaró Makintach en el tráiler, frase que aparece textualmente en las páginas secuestradas junto con la sobreimpresión: "Una muerte, un ídolo, un juicio, una jueza, Justicia Divina. Próximamente". Las filmaciones estuvieron a cargo de Jorge Huarte, quien utilizó una cámara que Arnal Ponti describió como "imposible de disimular, esconder o camuflar" y a cuyas grabaciones asistió usando "unos llamativos anteojos negros" que aclaró que no filmaban.

"Siempre estuvimos autorizados por la juez para llevar a cabo la actividad que se realizó", sentenció categóricamente Arnal Ponti en su declaración, contradiciendo las negativas posteriores de la magistrada.

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El escándalo se destapó el 15 de mayo cuando el abogado Julio Rivas, defensor del neurocirujano Leopoldo Luque (uno de los imputados por la muerte del astro), pidió que se identificaran dos personas presentes en la audiencia que tomaban notas constantemente. Vidal Alemán se presentó como decoradora de interiores que acompañaba a su amigo, mientras D'Emilio se describió como "escritor y maradoniano". Para ese momento, según Arnal Ponti, ya se encontraban "en la búsqueda de financiamiento" para la realización del documental.

Fernando Burlando y Mario Baudry, representantes respectivamente de Dalma y Gianinna Maradona y de Verónica Ojeda (madre de Diego Fernando, el hijo menor del astro fallecido el 25 de noviembre de 2020), presentaron la denuncia que inició la investigación contra la magistrada. Los fiscales generales adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren exhibieron las pruebas en la audiencia donde Makintach fue recusada por todos los abogados intervinientes.

El 28 de mayo, un día después de que Ferrari presentara las pruebas que confirmaron el vínculo entre la magistrada y el documental, la Suprema Corte de Justicia bonaerense dispuso una licencia compulsiva de 90 días para la jueza. Finalmente, el martes pasado, el mismo día que los integrantes del jurado de enjuiciamiento aceptaron la competencia, Makintach presentó su renuncia dirigiéndose al gobernador bonaerense Axel Kicillof.

"Consciente del contexto y del daño que la prolongación de la situación actual podría generar a la confianza pública en el Poder Judicial, considero que en este momento mi mayor contribución a la reconstrucción del prestigio institucional y a la reparación de los errores cometidos es apartarme voluntariamente del cargo", escribió la magistrada, quien había jurado como jueza en marzo de 2017.

En su descargo presentado ante la justicia, Vidal Alemán intentó justificar el proyecto sosteniendo que la idea surgió como una iniciativa "amateur" entre amigas del colegio "orgullosas" de los logros de Makintach, para hacer "algún podcast, libro, o publicación en redes" sobre su perfil profesional. Sin embargo, el registro comercial formal, la inversión millonaria y la estructura profesional del proyecto contradicen esta versión. La magistrada negó hasta último momento haber autorizado las grabaciones para el documental, pese a las declaraciones en contrario de todos los involucrados en la producción.

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