La tecnología sigue siendo cobija para la maldad, reuniendo subculturas que necesitan del anonimato para subsistir. En línea con la evolución de los delitos digitales, su masividad es imparable, pero depende del respaldo financiero de las plataformas que los contienen; un factor clave para su supervivencia y, a la vez, un hilo del cual tirar.
Cyberbullying, cyberflashing, trolling, upskirting, sextortion o pornovenganza parecen términos que no están al alcance de la sociedad. La violencia incorporada y naturalizada en las plataformas de juego y redes sociales, junto con la irremontable tendencia de iniciar a los menores a edades cada vez más tempranas en el uso de la tecnología, coadyuvan para que esto se convierta en un problema de difícil remediación.
Así, ciertas plataformas no solo propagan contenidos, sino que actúan como verdaderos difusores culturales. 4chan, creado en 2003 como un sitio para debatir sobre manga y anime, se transformó rápidamente en un repositorio anónimo de todo tipo de imágenes, memes, textos y fotografías. A lo largo de los años, el foro ha estado envuelto en numerosas polémicas. Una de las más recordadas fue la de los "patitos de goma", ocurrida en 2015, cuando, tras los atentados en Charlie Hebdo y el teatro Bataclan en París, los usuarios decidieron burlarse del ISIS reemplazando sus imágenes por patitos en escenas militares.
4chan fue señalado como origen de filtraciones de fotos íntimas de celebridades y de la difusión de deepfakes con voces de figuras públicas. Hablar de 4chan es también hablar de Anonymous, el movimiento hacktivista que surgió en ese entorno y que defiende una red libre, descentralizada y sin líderes.
El concepto “incel” aparece por primera vez en un blog creado por una estudiante universitaria canadiense en 1997. La idea intentó ser una comunidad inclusiva para cualquier persona que se sintiera sola, que nunca hubiera tenido relaciones sexuales o que no hubiera tenido una relación en mucho tiempo.
La creadora del término “incel” se alejó del proyecto en 2000 y aclaró que nunca fue pensado como un espacio misógino o violento. Sin embargo, el fenómeno se radicalizó en foros como 4chan y Reddit, donde se normalizaron el odio, el shitposting y la apología de la violencia.
Tiempos de violencia y extremismo digital
En 2023, un hombre fue detenido en Villa Urquiza tras amenazar con asesinar niños judíos. Publicó sus mensajes en 4chan, un sitio señalado por su cultura misógina, racista y extremista. La detención fue posible gracias a una alerta del FBI.
El 27 de abril de 2019, el autor del tiroteo en una sinagoga de California publicó en 8chan un manifiesto lleno de odio. Una hora después, asesinó a una persona e hirió a otras tres. En el foro, los primeros comentarios lo alentaban: “Buena suerte, que logres una buena puntuación.”
Un mes antes, Brenton Tarrant había transmitido en vivo la masacre en dos mezquitas de Nueva Zelanda. Su manifiesto también estaba cargado de referencias a la cultura de estos foros. Fue ovacionado por usuarios que celebraban la violencia.
Entre shitposting, humor negro y discursos de odio, estas comunidades glorifican el extremismo. Su creador, Fredrick Brennan, terminó diciendo: “Esto fue demasiado lejos.”
La línea entre libertad de expresión y apología del crimen es cada vez más difusa. Y la industria tech sigue sin asumir su responsabilidad.