Economía y Empresas > EMPLEO
Cómo controlar las muletillas que sacan credibilidad en su discurso
Imagínese la siguiente situación: eligió una indumentaria adecuada para enfrentar esa presentación que tenía agendada frente a directivos y altos mandos en su empleo. Se siente seguro respecto a su vestimenta y la información que entregará, pero a pocos minutos de empezar se da cuenta de que su audiencia no parece estar impresionada.
¿Qué ocurre? ¿Qué está haciendo mal? Consciente o inconscientemente puede estar perdiendo autoridad y conexión con sus interlocutores a causa de las muletillas, esas frases o sonidos que solo ayudan a perder el hilo de su discurso.
Quizá le suenan conocidas algunas: "o sea", "¿verdad?", "es decir", "humm", "eh..." y muchas otras que son pronunciadas en múltiples ocasiones. Estas muletillas generan la sensación de que no tiene el vocabulario suficiente y ponen en duda su nivel de competencia.
El problema está en su uso excesivo, sin embargo, no todo está perdido. Algunos expertos consideran que hay diversas formas de eliminar estas redundancias, pero debe tener paciencia.
Diagnosticar el problema
Muchas personas no reconocen que suelen hablar con muletillas. Si no está seguro de que sufre este mal, pregúntele a sus compañeros de trabajo o amigos. Ellos sabrán qué decirle.
Seguido a esto y una vez diagnosticado el problema, podría pedir que le avisen cada vez que use una muletilla. Si lo hacen en un ambiente de informalidad, podrá tener una mejor noción del problema para cuando deba intervenir en un ambiente corporativo.
Otro método para evaluar la situación si no cuenta con terceras persona, es grabarse con su teléfono y luego analizar el audio. Al revisar esto es más sencillo identificar las palabras que tiende a repetir más.
Las pausas son clave
Es bastante común que las personas utilicen las muletillas mientras intentan verbalizar una idea, por eso se aconseja realizar una "pausa poderosa". En otras palabras, la clave está en guardar unos segundos de silencio y luego expresar la frase que tiene en mente.
Un silencio de uno o dos segundos también puede ayudar al público, porque muchas personas procesan la información de manera más lenta que la velocidad del vocero.
Miedo escénico
Aprender a manejar la ansiedad también ayuda mucho. Reconocer su nerviosismo antes de una reunión o una conversación importante ayuda a prevenir el uso de palabras de relleno. Para ello, es recomendable enfocarse más en identificar cómo las palabras pueden ayudar a sus oyentes, y no tanto en cómo va a ser percibido.
A menudo las personas las emplean al inicio o al final de una oración o mientras hacen la transición de un tópico o idea a otra. Si está consciente de cuándo se pueden producir estas transiciones, será más fácil evitarlas.
Dominar sus propias palabras ayuda a disminuir el riesgo de utilizar los recursos inapropiados.
Un punto importante es entender que no hay que caer en extremismos. Usar estas palabras de vez en cuando en su presentación no está mal, el uso excesivo sí.
