Cuando Harry conoció a Meghan

Más allá de la elegancia de los hermanos Andrea y Stéfano Casiraghi, del buen porte y la cercanía de Felipe de Borbón, el carisma de Harry de Gales (33) es imbatible. Ni siquiera su hermano William, con la certeza de que algún día llegará a ser el rey de Inglaterra, compite con ese no sé qué del hijo menor de Lady Di y el príncipe Carlos. A Harry se le celebran cada uno de los gestos que lo hacen más humano (hasta papelones como las fotos desnudo en Las Vegas durante un partido de strip pool). Y se le perdona todo. Incluso que se case.

En octubre de 2016, Dr. Google recibió cientos de miles de búsquedas que a grandes rasgos querían saber todas lo mismo: ¿quién es Meghan Markle? Hoy las respuestas se pueden encontrar en casi 20 millones de resultados. Las novias de los príncipes siguen siendo en el siglo XXI un tema hipertaquillero. Si la mujer en cuestión es la pareja de Harry, el atractivo es todavía mayor. Y si a eso le sumamos algunos ingredientes potentes como "actriz", "estadounidense", "mayor que él (tiene 36)", "divorciada" (no hay que olvidar jamás la historia de la corona británica con Wallis Simpson), "hija de madre afroamericana", el cóctel es una delicia para los paladares.

La historia de Markle y el príncipe Harry es única e irresistible. No se podía esperar otra cosa del hijo menor de la princesa Diana. Algún día Hollywood o Netflix o el gigante de turno contará está historia de amor. Cuando Harry conoció a Meghan, ¿qué tal?

El mundo se enteró de la noticia a través de las redes sociales de Kensington Palace donde se comparten las actividades públicas del duque y la duquesa de Cambridge y también del príncipe Harry.

En el futuro próximo también aparecerán las imágenes de Markle, la mujer que enamoró a un integrante de la corona británica a través de una pantalla de televisión. Markle era la protagonista de la serie Suits.

Harry no fue nada original, lo imposible era no morir de amor por ella. Así lo cuenta Katie Nicholl, periodista especializada en realeza, en el documental que narra el vínculo afectivo entre ambos.

Un amigo en común los presentó. Hubo cita a ciegas (si es que eso es posible entre dos celebridades como ellos) en Londres con varios conocidos más. La otra versión es que se conocieron en Toronto donde ambos coincidieron en una acción humanitaria (los dos tienen una faceta muy enfocada a la ayuda social). El resto es una historia extraconocida, con el mundo como espectador y un saldo de millones de clics detrás de las pantallas de ambos hemisferios.

En una entrevista que le dieron a BBC después del anuncio del casamiento inminente, el príncipe hizo declaraciones como estas: "Me enamoré increíblemente rápido", "traté de advertirle y tuvimos muchísimas conversaciones sobre el tema, pero aún así no estábamos preparados para la presión que recibimos". La propuesta, contaron, fue una noche cualquiera mientras cocinaban un pollo al horno. Ella le dijo que sí antes de que él formulara la pregunta. El anillo de compromiso fue un diseño del príncipe tomando dos piedras de la colección de Diana. Así, Harry incluyó a su madre en esta nueva etapa de su vida.

En su columna de El País de Madrid, Mábel Galaz explicó cómo este compromiso rompe las barreras de la familia real británica, siempre tan ceremoniosa y acartonada. "La aparición de Diana de Gales y su muerte hace 20 años movieron los cimientos de la institución y todos, la primera Isabel II, se dieron cuenta de que la monarquía, si quería existir, debía de evolucionar. Así que en eso están los reyes del siglo XXI, buscando una razón para seguir existiendo. En Noruega, Dinamarca, Suecia y España los herederos no están casados con nobles. Todas eran mujeres profesionales que llegaron a los palacios por amor", escribió.

Por su parte, Afua Hirsch –columnista del diario británico The Guardian– publicó un texto donde fundamenta el poderoso simbolismo que hay en este matrimonio y el impacto positivo que va a tener en la población de Inglaterra. "De ahora en más será imposible discutir que ser negro es incompatible con ser británico", escribió la autora e informativista.

Claro que, como en todo, el reciente anuncio de la casa real tiene sus detractores. Medios ultraconservadores, como el Daily Mail y The Spectator, hicieron públicas sus opiniones. El primero publicó el siguiente tuit: "Casarte con un integrante de la realeza no te da derecho al trono". The Spectator fue todavía más cruel e irrespetuoso. "Obviamente, 70 años atrás, Meghan Markle hubiese sido ese tipo de mujer que el príncipe hubiese tenido como amante, no como esposa", se lee en una de sus columnas.

El año pasado –después de que su relación se hizo pública–, Harry tuvo que emitir un comunicado condenando el abuso y acoso que vivía Markle por parte de los paparazzi y medios sensacionalistas por ser su novia y, además, por ser afrodescendiente.

Hoy, con la boda inminente en la primavera boreal de 2018, todo esto –su ascendencia, que sea mayor que él, su divorcio– es una gran exposición de motivos.