Presidenta del sindicato de empleadas domésticas: "Es difícil decirle que no a un trabajo, aunque te paguen miserias, si tenés que darle de comer a tus hijos"
La presidenta del sindicato de trabajadoras domésticas afirma que la realidad en el "interior profundo" es difícil y muchas empleadas deben aceptar malas condiciones laborales para poder subsistir
Trabaja en Montevideo, pero conoce la realidad del empleo doméstico en el “interior profundo”, donde las empleadas cobran salarios de $ 10.000 o $ 15.000. “Es lamentable que haya personas que no crean que existe eso”, afirma. Esa realidad laboral ocurre -y es frecuente, según Rivero- cuando la empleada doméstica debe aceptar un trabajo mal pago e informal porque tiene una familia que mantener. Para modificar esa situación entiende que el sindicato debe fortalecerse y tener más afiliadas.
El SUTD acordó recientemente con la Liga de Amas de Casa (en representación de las empleadoras) la creación de tres categorías laborales en el sector. Sin embargo, señala que la negociación fue compleja y que, en muchas ocasiones, pareció fracasar por el “capricho” de la gremial de amas de casa.
A continuación, un resumen de la entrevista que Rivero realizó con El Observador.
¿Cómo fue la negociación para conseguir que se establecieran por primera vez las categorías en el empleo doméstico?
La negociación fue muy, muy difícil. Por momentos pensamos que no se iba a dar ninguna de las cosas que pedíamos, no solo el hecho de las categorías, sino tampoco lo salarial. Fue bastante compleja la negociación.
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Leonardo Carreño / FocoUy
¿Cuáles fueron los principales cuestionamientos que recibieron de las amas de casa en la negociación?
Para darnos las categorías decían que no estaban dadas las condiciones, que es lo que vienen repitiendo año tras año, negociación tras negociación. Decían que era muy difícil implementarlo dentro de un hogar, que la familia no es una empresa, que son trabajadores, que son jubilados. Pero nosotras les aclaramos: dentro de las trabajadoras domésticas también existen jubiladas. Y también somos trabajadoras que reclaman derechos como los demás.
¿Sentís que se toma a las domésticas como trabajadoras de categoría B?
Para algunos, nosotras somos de segunda mano. Lo dijo la vocera de la Liga de Amas de Casa (Cristina Novello) en una entrevista. Dijo que como se nos comparaba con las amas de casa, a nosotras se nos tomaba como que éramos trabajadoras de segunda mano.
Hablás siempre del trabajo en el interior. ¿Hay dos realidades del empleo doméstico, una en Montevideo y otra diferente en otros departamentos?
Hay otra realidad muy distinta en el interior, se respeta mucho menos que acá, tanto en lo salarial como los derechos. Lamentablemente no se nos cree cuando decimos que en el interior hay compañeras que cobran entre $ 10.000 y $ 15.000. De la otra parte (los representantes de los empleadores en los Consejos de Salarios) lo toman como chiste y nos dicen: yo quisiera ver el recibo de sueldo ¡Qué recibo de sueldo si ni siquiera existe ese recibo! Hay compañeras que cobran eso, a veces menos, por 8 o 10 horas de trabajo. No se respeta el salario mínimo en el trabajo doméstico. No te voy a decir que en todo el país se hace eso o que siempre es así, pero en muchos lugares es así. Nosotras conocemos la realidad porque venimos del interior, hemos recorrido y tenemos filiales en el "interior profundo", y lamentablemente es así.
¿Se aceptan esas condiciones porque no hay trabajo?
La mayoría de las trabajadoras domésticas somos jefas de hogar, tenemos hijos a cargo o a nuestros padres ya con avanzada edad. Nos hacemos cargo de la familia y hay que salir adelante con lo que sea. Es muy difícil que a vos te ofrezcan un trabajo y si vos no tenés nada, no tenés para darle de comer a tus hijos, no aceptes. Es complicado para una siendo mujer y más del interior. Es lamentable que haya personas que no crean que existe eso. Pero sí que existe y el Ministerio de Trabajo (MTSS) y el Banco de Previsión Social (BPS) se tienen que hacer cargo y salir a hacer las inspecciones correspondientes.
¿Tuviste que trabajar en esas condiciones?
Antes del 2005, antes que saliera la ley (de trabajo doméstico) y un poco después, sí, trabajé así.
¿Qué habría que hacer para cambiar las condiciones en el empleo doméstico entonces?
Y lo que pasa es que tenés que ser un poco “cocorita”, como decimos en el interior. Tenés que reclamar los derechos. Lo que pasa es que es muy difícil a la hora de no tener recursos. En ese momento es difícil decirle que no a un trabajo, aunque te paguen miserias, si tenés que darle de comer a tus hijos o a la familia que tenés a cargo.
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Leonardo Carreño / FocoUY
¿Cómo se puede mejorar eso?
Antiguamente había más campañas publicitarias, por ejemplo, del Estado, Se incitaba a los empleadores a registrar a la trabajadora en el BPS, se les decía cuánto era el salario mínimo, salía en la televisión. Hoy en día se usan mucho más las redes sociales, pero en realidad deberían existir mucho más campañas. Y el Ministerio de Trabajo y el BPS tienen que controlar mucho más porque además está el gran problema que muchos empleadores registran a la trabajadora doméstica por menos horas de las que trabajan. Hay un gran problema ahí porque los inspectores tampoco pueden entrar al domicilio a inspeccionar. En el interior todo el mundo se conoce; pueblo chico, infierno grande. Si una compañera va a plantear algún tema en el ministerio, sale de ahí y el empleador ya se enteró. O lo mismo en el BPS, porque todo el mundo se conoce.
¿Cómo se hacen los controles o las inspecciones?
Estamos muy vulnerables en ese sentido. Pasa mucho, en los trabajos con cama por ejemplo, que no tenemos cómo demostrar las horas extras. La ley de trabajo doméstico dice que la empleada tiene que trabajar 44 horas semanales. Pero lamentablemente cuando vamos a un hogar a trabajar con cama sabemos que no se trabajan esas horas. Es desde que nos levantamos hasta que la familia se acuesta. Y a veces se acuesta a las 1 o 2 de la mañana, y eso es verdad, no lo pueden salir a desmentir. Mientras la familia está levantada, la trabajadora está trabajando, muchas veces sin descanso. Hay dos horas cuando el empleo es con cama, pero muchas veces no se toman. El día y medio libre tampoco se toma. Pero a la hora de ir a reclamar, es la palabra de la trabajadora contra la del empleador y son dos empleadores en la casa. Es la palabra de una contra la de ellos y muchas veces salimos perdiendo, no tenemos cómo demostrar. Hoy por hoy los empleadores tienen camaritas que nos pueden filmar a nosotras. Pero nosotras no tenemos cómo demostrar, porque no se puede grabar.
¿Vos trabajás en Montevideo?
Sí.
¿La empleadora para la que trabajás sabe que sos la presidenta del sindicato?
Sí, claro.
¿Cómo toma eso?
Muy bien. Cuando me vine en 2023 y empecé a trabajar, mi empleadora no sé si sabía o no, nunca hablamos del tema. Sin embargo, con la actual hablamos. Ella, de hecho, ve mis notas.
¿Tenés un solo trabajo?
Trabajo 12 horas por noche. Y si sale algo en el día también, obviamente. Hace poco estuve trabajando en dos lados, salía de uno e iba para el otro.
¿Es común que la empleada doméstica tenga más de un trabajo?
Siempre es común. Acá en Montevideo y en el interior también, varias veces. Es más común cuando se hacen limpiezas que la trabajadora tenga multiempleo. Es que acá con el salario mínimo no vivís, obviamente. Hay mujeres que nos dicen: ¿por qué no estudiaron?. Muchas no lo hicimos porque no tuvimos la posibilidad. Otras sí estudiaron y no tienen la opción de trabajar para lo que se prepararon. El trabajo doméstico para nosotras no es ninguna deshonra, al contrario. Es un orgullo porque gracias a ese empleo hemos sacado a nuestros hijos adelante. Es un trabajo como cualquier otro; lo que buscamos es que no haya explotación.
¿Cómo pensás que se va a poder implementar el tema de las categorías?
Es que acá en Montevideo, por ejemplo, ya cuando los empleadores te contratan es con categorías. Yo estoy contratada para cuidado. Acá en Montevideo no hay tantas diferencias; en el interior va a ser un poquito más complicado. Es imposible que haya niños en la casa y que vos contrates a una persona solo para limpiar, es mentira.
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Leonardo Carreño
¿Si en la práctica ya se da por qué fue tan difícil instrumentarlo en los acuerdos?
No sé, la verdad nosotras no entendemos. En la negociación les decíamos: ¿a ustedes les parece que es lo mismo barrer un piso, limpiar un piso, que cuidar a sus madres, a sus padres? Hay empleadores que les parece lo mismo porque por algo los dejan tirados en los hogares. A nosotras nos pareció que la negativa era más por capricho que por otra cosa.
¿Por qué creés que es difícil que las trabajadoras domésticas se afilien al sindicato? ¿Hay miedo?
Creo que es falta de conciencia sindical. Lo vemos en las redes sociales todos los días. La crítica permanente de que el sindicato no hace nada, que no lucha por las trabajadoras domésticas, que el sindicato esto, que el sindicato lo otro. Lo vemos más en las trabajadoras. Este año marcó la diferencia después del 19 de agosto (Día de la Trabajadora Doméstica). Hubo muchas más compañeras que se han acercado al sindicato. Pero creo que es eso, un poco de falta de conciencia sindical. Si nosotras no estamos unidas es imposible que logremos muchas más cosas, pero si fuéramos una gran cantidad es incalculable las cosas que podríamos haber logrado.
¿Sentís que el sindicato está respaldado por el PIT–CNT?
Nos sentimos muy respaldadas por el instituto Cuesta Duarte, por Vanessa Bustamante y Alejandra Picco, que han estado permanentemente con nosotras, apoyándonos, y son quienes nos acompañan en los Consejos de Salarios. Esas dos mujeres han sido parte fundamental, la han luchado, se han enojado y han sido como una más de nosotras. Obviamente son enviadas del PIT-CNT. Pero hemos estado en instancias sindicales que dicen: este sector tiene tal problema, este otro tiene tal problema. Pero a las domésticas ni se las nombra. Es la verdad.
¿Lo hablaste con el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT?
No lo he hablado. Sinceramente, a esta altura, tratamos de hacer las cosas por nosotras mismas y sin esperar nada de nadie. Este año sentimos que estuvimos en conflicto fuerte y cuando vimos a gente del Secretariado Ejecutivo en el PIT-CNT nos dijeron: cualquier cosa a las órdenes. Pero de pasarte un mensaje: compañera, vamos arriba… Eso no. Falta el apoyo de los compañeros. También entendemos que hay muchos que tienen trabajadoras domésticas y eso los afecta también.