Ya no queda casi nadie en Madrid.
Ella es una de las últimas diputadas que sobrevive en el Congreso cuando se aproxima agosto y la mayoría de los españoles se van de vacaciones.
La diputada del Partido Popular dijo a El Observador que Pedro Sánchez "no convoca a elecciones porque los españoles lo van a castigar en las urnas". Su mirada sobre Núñez Feijóo, Javier Milei y la Reina Máxima.
Ella es una de las últimas diputadas que sobrevive en el Congreso cuando se aproxima agosto y la mayoría de los españoles se van de vacaciones.
Pero Cayetana Álvarez de Toledo esta en su despacho y recibe a El Observador España para hablar de todo.
De los planes de Pedro Sánchez, sobre los que advierte. De las denuncias por corrupción y de sus socios separatistas de España. De las chances electorales del Partido Popular y de Alberto Núñez Feijóo. Y de los desafíos de Europa en tiempos de Donald Trump.
Claro que esta española de 50 años, nacida en el Reino Unido, historiadora, periodista y hoy experimentada dirigente política, vivió desde los 7 hasta los 18 años en la Argentina, el país de la incertidumbre permanente.
Por eso, Cayetana analiza también el gobierno de Javier Milei, y los desafíos económicos e institucionales de la Argentina. Cuenta cómo todavía extraña el campo y habla de los veranos familiares en el sur de Buenos Aires con la argentina más famosa, la Reina de Holanda Máxima Zorreguieta.
- Pedro Sánchez gobierna desde hace siete años y siempre sobrevive a las crisis. ¿Va a sobrevivir también a esta crisis de su gobierno?
- Yo creo que Pedro Sánchez es un zombie que sobrevive con respiración asistida de sus socios, cuyo principal objetivo es la destrucción de la España constitucional. Y cuanto más débil está él, más felices están sus socios. Con lo cual tiene margen de maniobra mientras sea útil para sus socios, pero la escapada tiene un final que son unas urnas y son unas elecciones. Es decir, Sánchez llegó amañando unas primarias y ahora huye de las urnas. Él sabe que la democracia hoy es sinónimo de su derrota y por eso no convoca a elecciones, pero algún día tendrá que convocarlas y como muy tarde ese día es dentro de dos años. Su debilidad dirá si esas elecciones son antes. La decisión de sus socios, como sabes, uno es un prófugo de la justicia y otros, determinarán si ese final es antes o después. Pero se va a producir.
- Hay dirigentes en el Partido Popular que creen q ue habrá elecciones el próximo otoño. ¿Comparte esa sensación?
- Yo no tengo la bola de cristal y cuando la gente dice que puede suceder algo, todo eso es muy ambiguo. Puede suceder algo, puede salir una información comprometedora hasta límites que hagan insostenible su posición o insostenible a sus socios asumir el coste de seguir sosteniendo a una persona implicada en gravísimos casos de corrupción. De eso estamos hablando. Eso puede suceder. Pero mi obligación como dirigente política que busca un cambio en España no es cruzarme de brazos a la espera de que algo suceda, misterioso o dependiente de la policía o de los tribunales o de los socios, sino trabajar para que ese cambio suceda lo antes posible. Y eso requiere dos cosas: una oposición implacable, es decir, a la altura de la gravedad del desafío que Sánchez plantea a la democracia española. Y ofrecer a los españoles una alternativa de esperanza para el minuto siguiente de cuando ese gobierno caiga, que va a caer.
- Hay funcionarios de gobierno complicados; un dirigente del PSOE y diputado como Santos Cerdán, que ahora está preso, e incluso está complicada por tráfico de influencias Begoña Gómez, que es la esposa de Pedro Sánchez. ¿Hasta dónde cree que llega el entramado de corrupción que rodea a Pedro Sánchez?
- De nuevo, yo no puedo hacer política ficción o especular sobre lo que pueda haber. Me basta con lo que ya sé para denunciar la corrupción. Este señor llegó al poder mintiendo. Llegó al poder proclamando la regeneración democrática frente a la corrupción y ya estaban robando. Estaba robando Sántos Cerdán, presuntamente, porque la presunción de inocencia existe para todos. Pero según los datos que vamos averiguando ya estaban robando, y no solamente robando, sino forjando una trama en la que unos robaban dinero para sus bolsillos y otros la soberanía de los españoles en beneficio propio. Es decir, Santos Cerdán pacta con Otegui (Arnaldo, dirigente de EH Bildu) una alianza. Santo Cerdán es la persona que va a Waterloo a pactar con Carles Puigdemont (Junts), para que Pedro Sánchez siga en el poder. Es un doble desfalco de soberanía y de recursos públicos, todo para mantener a un hombre en el poder. Las proclamas de regeneración eran completamente fraudulentas. Una inmensa estafa. Llegó Sánchez contra la corrupción y ya estaban implicados en la corrupción.
- En el caso de la investigación por tráfico de influencias contra Begoña Gómez, en el caso de Air Europa. ¿Qué gravedad les asigna a los datos que ya se conocen?
- Yo le asigno la máxima gravedad al hecho de que el presidente del gobierno tenga a su mujer imputada, a su hermano procesado, a su fiscal general a punto de sentarse en el banquillo, según ha vuelto a dictar el Tribunal Supremo, a su mano derecha primera imputado, a su mano derecha segunda en la cárcel. Y no sé a cuántos cargos públicos del entorno de su gobierno ya camino del banquillo. Este es el retrato. Es un gobierno corrupto, asediado por la corrupción y no solamente implicado en corrupción económica, sino en una corrupción incluso más grave que es la corrupción política, que es la de la amnistía. No existe un caso ni precedente en ningún país democrático del mundo en que unos políticos borren los delitos de otros políticos a cambio del poder. Eso fue la amnistía, una transacción corrupta sin precedentes. Esa corrupción es todavía más grave que cualquier corrupción económica de las que hemos conocido después. Añado la corrupción moral, si quieres, la de pactar el gobierno con un partido que no condena el asesinato de españoles, el tiro en la nuca, el coche bomba, el volar guardias civiles, políticos, niños, familias, trabajadores por los aires. Eso es Bildu. Y es el principal socio que tiene este gobierno. Con lo cual, si hablamos de corrupción, vamos a la corrupción moral, a la corrupción política, a la corrupción económica, a la corrupción institucional, que es ir socavando un sistema democrático para intentar perpetuarte en el poder. Este es el retrato que tenemos. No tenemos un gobierno en sentido estricto; no es un gobierno capaz de aprobar presupuestos, llevamos dos años sin presupuesto general de Estado, que es obligatorio según la Constitución. No lo ha presentado. Vamos hacia un tercer año sin presupuestos. Lo que tenemos en España, por tanto, no es un gobierno capaz de legislar ni de tener presupuestos. Es un proceso de mutación que nos lleva de una democracia plena, homologable a las grandes democracias del mundo, reformable y mejorable como todas, a una democracia fallida. Una democracia sin contrapesos, colonizada sus instituciones, socavado su poder judicial, atacado sus medios de comunicación independientes y censurado, amordazado su Parlamento. Y todo esto, insisto, por un objetivo que es la permanencia de un hombre en el poder. Lo que hay en España es un proyecto de poder personal a largo plazo. Yo lo digo muchas veces. El sanchismo no es simplemente una forma vulgar de hacer política. La mentira, la chulería, el oportunismo, los andares del galán de tranvía, es un proyecto de poder a largo plazo. Y lo que busca es liquidar la alternancia democrática. Impedir que la derecha pueda gobernar y, en el altar de ese objetivo, se sacrifica todo. La igualdad de los españoles ante la ley, el orden constitucional, la separación de poderes, el valor de la verdad en la vida pública, la regeneración democrática, por supuesto, y la propia solidez de las instituciones. Todo se sacrifica en el altar de un proyecto de poder personal. Entonces, la cuestión que está poniendo a prueba esto es la solidez de las instituciones españolas, su capacidad de reacción, su capacidad de autodefensa, su sistema inmunológico. Si la democracia es capaz de defenderse a sí misma y si tiene ciudadanos españoles dispuestos a defender su democracia. Eso es lo que se está jugando en estos momentos. Si España tiene los anticuerpos frente al clásico burro de Troya. La democracia que se disfraza de demócrata, entra dentro de las instituciones y el poder, y destruye la democracia desde el interior.
- ¿Y por qué hace dos años, cuando los españoles pudieron cortar con eso, los votos no fueron suficientes como para evitar que Sánchez siga gobernando?
- No ganó, pero tuvo los votos suficientes para formar lo que se llama una coalición negativa, y la formó con aquello que había jurado no hacer. Sánchez dijo que la amnistía era inconstitucional e incompatible con nuestro ordenamiento legal. Y, de la noche a la mañana, el 23 de julio de 2023, pasó de ser ilegal a legal con la misma ley vigente. Es el milagro de la amnistía. Esa es la corrupción máxima. La misma Constitución está en vigor, el dijo que era inconstitucional la amnistía, pero necesitó siete votos para gobernar y la amnistía se convirtió en una cosa legal e impecablemente constitucional. Y claro, cuando un señor está dispuesto realmente a retorcer y pisotear el sistema democrático y las leyes, y la verdad y el sentido común para sus objetivos, puedes efectivamente formar una coalición negativa para pedir la alternancia. No es que los españoles avalaran eso. Los españoles no fueron a las urnas sabiendo que este señor iba a amnistiar a los golpistas del 1 de octubre (de 2017). Y de hecho, la prueba de que hay anticuerpos es que no se atreve a convocar a elecciones porque sabe que los españoles van a castigarle en las urnas.
- ¿Cree que Pedro Sánchez está dispuesto a llegar a darle la independencia total a Cataluña a cambio de mantenerse en el poder?
- Todo es mucho más perverso y más sutil. Lo que vamos a ver en los próximos meses, en mi opinión, son tres pasos. Primero, que ya está en marcha, es el cupo separatista, que es liquidar la igualdad económica y social de los españoles, romper la caja común y hacer inviable el estado de bienestar. Dos, el siguiente paso es atender las exigencias del separatismo respecto a la fragmentación del poder judicial y que haya un poder judicial propio en Cataluña. Eso lo exigieron los separatistas, lo introdujeron en el Estatuto de Cataluña, el Tribunal Constitucional lo vetó, lo eliminó del estatuto y ahora lo vuelven a reclamar para aprobar la ley Bolaños, que es la ley de colonización del Poder Judicial. Entonces, el siguiente paso de la izquierda en el gobierno es colonizar al Poder Judicial porque el separatismo quiere fragmentarlo. Ese es el desafío que van a encarar en septiembre. Y el tercer paso, que es el que mencionabas, es el que Rodríguez Zapatero está negociando por detrás. Es lo que llaman el reconocimiento de la identidad nacional de Cataluña. Hablando en plata, el reconocimiento de la nación catalana, es decir, la plurinacionalidad, la derogación de España como nación y del artículo 2 de la Constitución. Es la mutación constitucional de la España, la de ciudadanos libres e iguales de la nación española pactada en el 78 a una especie de Frankenstein, descosido, de enfrentados por agravios identitarios, económicos y de todo tipo. Ese es el paso al que nos llevan. Con la posibilidad, y aquí sí me pongo un poco en plan pitonisa que espero equivocarme, de someter el régimen a plebiscito. Como Sánchez sabe que, si convoca unas elecciones normales las pierde, quiere convertir las próximas elecciones en un plebiscito sobre el régimen. Que los españoles no elijan un gobierno de centro derecha, centro izquierda, izquierda, derecha, o lo que fuera de dos bloques, sino abocar los españoles a elegir entre la monarquía parlamentaria del año ‘78 y una especie de república plurinacional de presuntos derechos infinitos.
- ¿Ese puede ser el mecanismo electoral?
- Claro, intentar ganar contra la Corona lo que perdieron contra la Constitución en 2017, en el golpe de estado. Sin atender a la evidencia de que Corona y Constitución son indisociables. Corona y democracia son indisociables. La Corona es hoy la cúspide y la garantía de nuestro sistema democrático. Es más, la principal garantía de los grandes valores republicanos en el sentido más profundo de la palabra libertad, igualdad y fraternidad, hoy lo representa la Corona española.
- Sin considerarla un oráculo, ¿cuál es su percepción de como terminará el conflicto catalán?
- Yo creo que los españoles vamos a derrotar a este proceso en las urnas. Y lo importante es que sea derrotado de manera contundente y consciente. Estamos derrotando a un proceso de mutación constitucional que pretende destruir la unidad de la nación y un proceso que pretende destruir la democracia. Y de esa derrota electoral, que el Partido Socialista entre en una fase de meditación y de elegir entre su refundación o su extinción. Y, si quieren refundarse, que se refundan dejando de largo los dos grandes flagelos que han le han en fondo convertido en un partido bisagra. Que son el separatismo y el guerracivilismo. El cainismo y el separatismo son los dos grandes flagelos españoles. Yo lo explico muchas veces con el ejemplo del Congreso de Suresnes (Francia) en los años ’70. Felipe González se hace cargo como joven nuevo del Partido Socialista Obrero Español y, para convertir al PSOE en un partido con vocación de hegemonía en España y con capacidad de ganar elecciones y ganarlas por mayoría absoluta, hace una cosa que es romper con el marxismo. Y convierte el Partido Socialista en una fuerza social demócrata, y en una fuerza con capacidad de gobernar por mayorías amplísimas en España. Bien, cuando ese proceso de refundación o extinción se produzca, quizás tenga que surgir un joven nuevo líder dentro de esas filas y hacer su nuevo congreso de Suresnes. Y romper, en este caso, con el separatismo, con el nacionalismo y con el guerracivilismo, como Felipe rompió en su vida con el marxismo para que el PSOE fuera una fuerza capaz de tener mayorías. Hoy, el Partido Socialista está incapacitado para tener una mayoría. Solamente puede tener mayorías con fuerzas que promueven la destrucción de España y de la igualdad.
- El gobierno de Pedro Sánchez, como pasó en Argentina con el de Alberto Fernández, se auto calificaba de ser el gobierno más feminista de la historia. ¿Qué sintió cuando supo que se repartían mujeres entre los funcionarios?
- Es que no me sorprende. El feminismo de Sánchez es radicalmente hipócrita y lo ha sido siempre. Este es el gobierno que promovió la ley que ha soltado el mayor número de violadores y agresores sexuales (ley del solo sí es sí). Es decir, es pura fachada, mampostería. El feminismo de este gobierno es un fake, completamente y lo ha sido siempre. Es un feminismo impostado, de cargaduría y que utiliza a las mujeres de la forma más vil. No me sorprende nada la radical hipocresía entre el discurso público y la práctica privada que descubrimos a raíz de los mensajes de la UCO.
- Hace dos años, el candidato del partido Popular fue Alberto Núñez Feijóo, que es el líder del PP. ¿Debería volver a ser el candidato cuando haya elecciones o necesitan algún candidato o candidata más combativo?
- El Partido Popular debe hacer una oposición implacable, a la altura del desafío que representa Pedro Sánchez para la democracia y el bienestar. Y ofrecer a los españoles un horizonte de esperanza, es decir, un proyecto político alternativo para frenar este proceso, y reconstruir todo aquello que necesita ser reconstruido. Y avanzar a una nueva etapa de progreso y de fortaleza para España. El Partido Popular ya tiene a su candidato y Alberto Núñez Feijóo será un gran candidato. Y estamos trabajando para ofrecer a los españoles ese proyecto que urgentemente necesitan.
- Si las elecciones fueran pronto, ¿cree que el candidato tiene que ser de todos modos Alberto Núñez Feijóo?
- Sí. Es que lo será. Lo será. Es que hay países que tienen sistemas electorales distintos. Eligen sus candidatos en el último minuto, tienen líderes que hacen oposición, algo distinto. Aquí, el líder del Partido Popular es el candidato a la presidencia del gobierno.
- ¿El Partido Popular necesita los votos de Vox para poder llegar al Gobierno, y está Núñez Feijóo en condiciones de sumar votos de Vox?
- Es que los votantes no son de nadie, cuando dicen votantes de Vox. Como dirigente política y como ciudadana, a mí no me gusta que me cataloguen como monolíticamente votante de. Yo no pertenezco a nadie y creo que a ningún ciudadano le gusta la idea de que se le catalogue como perteneciente a un sector. Nosotros necesitamos evidentemente 176 escaños, y ese es el objetivo. Esa es una mayoría absoluta. Hay que trabajar para intentar tener 176. Las encuestas no dan 176 hoy, pero el objetivo siempre tiene que ser la máxima ambición posible.
- Es de familia argentina y vivió un tiempo en Argentina. ¿Escuchó esa frase acerca de que España necesita también un Javier Milei como sucede en Argentina?
- Cada país necesita sus propios candidatos y España lo que necesita ahora es que llegue Alberto Núñez Feijóo. Eso necesitamos, que llegue el Partido Popular al gobierno. Si no lo creyera con toda profundidad, no lo diría en forma tan tajante, pero sí.
- ¿Y cómo ve desde España el momento actual de Argentina? ¿Crees que Javier Milei podrá ponerle fin a la decadencia argentina?
- Yo creo que Milei está trabajando para poner fin a la decadencia argentina. O sea, Argentina estaba, como ya lo he dicho alguna vez, subido en la noria de la decadencia, como en un bucle. Vive un momento de euforia y luego pasa otra vez por una depresión colectiva. El problema con la noria es que no es tanto una noria como una espiral. Cada vez iba peor. Iba en una especie de espiral de degradación, de decadencia, de depresión. Y eso se veía mucho desde aquí, porque muchos argentinos que habían aguantado una crisis, segunda crisis, tercera crisis, ya a la cuarta no podían más y empezaban a llegar aquí en familias enteras. Cosa que no había sucedido antes. Hubo oleadas de argentinos, gente joven que venía a buscar trabajo, pero empezaron a llegar familias enteras que ya no podían más del agotamiento, la extenuación. Y eso sí ha cambiado, y eso es importantísimo. Hay una sensación de que nos levantamos, nos ponemos de pie. Va a haber que hacer sacrificios, pero serán sacrificios útiles, no más sufrimientos inútiles. Hay un grado de madurez colectiva. Va a haber que ajustarse el cinturón, asumir costes y sacrificios, pero esto tiene un horizonte de esperanza que nos saca adelante. Y eso es crucial en un país. Y eso sí lo he percibido. Hay una dinámica distinta, que se ha salido de ese bucle no siendo todo perfecto.
- No siendo todo tan perfecto. ¿Qué aspectos negativos nota en el gobierno de Javier Milei?
- Yo no sé por qué está tan enfadado. Y por qué tiene estos brotes de ira. No lo comprendo.
- ¿Cree que esos enojos lo perjudican?
- Yo creo que sí, que lo perjudican. Que no le benefician. Y me sorprende. No es que no soporte la crítica, no soporta ni el matiz. Y un liberal tiene que soportar el matiz y la crítica. Quizás sea más libertario que liberal, pero creo que a él también se le puede decir liberal. Y el liberalismo es intrínseco a la aceptación de la discrepancia y de la crítica. Y él tiene todo a su favor. Creo que Argentina tiene dos grandes desafíos, y España tiene miles. Pero Argentina tiene una gravísima crisis económica y una gravísima crisis institucional. Y él está encarando con gran valentía la crisis económica, pero no está haciendo nada para hacer frente a la gran crisis institucional. No está contribuyendo a mejorar la fortaleza institucional argentina. Y creo que creo que haría muy bien en hacerlo. El podría dejar un legado extraordinario si fuera capaz de aunar, de encarar la profunda crisis terminal, la de un paciente en estado terminal como la Argentina. Encarar la enorme crisis productiva y estructural de la economía argentina y, a su vez, de reconstruir las instituciones. Cuando él dice los ñoños republicanos, yo he dicho que me proclamo orgullosamente una ñoña republicana. Las instituciones importan muchísimo para la salud económica de un país. Y atacar a periodistas, insultar a periodistas, denigrar a periodistas o a rivales políticos, insultarles. ¿Qué necesidad? He percibido que mucha gente en Argentina se acaba inhibiendo y teniendo miedo a expresar sus críticas. Y no puede ser que ese miedo, que pudo haber en la época de los Kirchner a expresar una crítica, perviva al día de hoy con este gobierno.
- ¿El vínculo entre España y Argentina se podrá recuperar totalmente?
- Sí, se va a recuperar seguro. Lo vamos a recuperar. Somos dos países hermanísimos, más que hermanos. En mi caso, totalmente, sanguíneamente mezclados. Y tantos argentinos viviendo aquí, tantos españoles allí, tanto en común, tanto por hacer juntos. Tenemos un futuro esperanzador en común.
- ¿Qué cosas extraña, y que la une a la Argentina, donde pasó su infancia y su adolescencia?
- Extraño el campo. Yo soy una chica chica de campo, crecida desde los 7 hasta los 18 en Argentina. Y mi infancia son recuerdos de esteros entrerrianos y choripanes. Y caballos entre los juncos. Y echo muchísimo de menos esa parte de la Argentina. Y luego extraño a mis amigos, la infancia, los recuerdos, la familia. Buena parte de mi familia sigue viviendo en Argentina. Voy menos de lo que quisiera porque siempre ocurre lo de las vacaciones cruzadas. Pero tengo vínculos muy profundos, afectivos, de recuerdos y de memoria.
- Fue al Colegio Northlands, el mismo al que fue Máxima Zorreguieta. ¿Tienes contacto con ella, desde que es Reina de Holanda?
- Sí, claro que nos conocemos. No fui al colegio en la misma época que Máxima, que es muy amiga de mi hermana, porque eran cuatro años mayores. Nuestras familias eran muy amigas, mis abuelos eran muy amigos de su padre y de su madre. Soy amiga también de su hermano y mis primos íntimos, y hemos pasado muchos veranos de infancia juntas en casa de mi abuela Beba, que era Peralta Ramos, en una estancia de Coronel Dorrego, cerca de Bahía Blanca.
- ¿Y se imaginó alguna vez que iba a terminar siendo reina de un país europeo?
- La verdad es que no (se ríe). No estaba dentro de nuestras previsiones. Pero Máxima es una extraordinaria Reina. Y, cuando he tenido ocasión de verla hace no tanto, ella es exactamente lo que tiene que ser. Tiene ese sentido de la responsabilidad y, a su vez, una combinación maravillosa de institucionalidad, y de alegría y frescura. Es una mujer muy fresca, alegre, cálida, pero además con un gran sentido de su papel institucional y su responsabilidad. Me hace muy feliz ver cómo Máxima ha asumido esa tarea que no debe ser fácil.
- ¿Cree que el acuerdo en el que están avanzando Donald Trump y la Unión Europea es suficiente para resolver la guerra comercial?
- Yo estoy muy preocupada con la situación internacional. Gravísimamente preocupada. Soy una gran defensora del orden liberal. A mí no me gusta el proteccionismo, no me gustan los aranceles, no me gustan las barreras comerciales, en fin, la dinámica que se ha creado. No me parece positiva para el bienestar de ninguna de las partes. Ni para la nuestra ni para la del otro lado. Y creo que tenemos que trabajar para refundar ese orden liberal. No para llevarlo a una dinámica de amenazas, chantaje, presión, humillación y sometimiento. Esas no son las palabras que tienen que imperar en la construcción de nuestro ámbito de relaciones, de nuestro mundo occidental.
- Se recibió de historiadora en Oxford. ¿Cómo ve lo que viene en el mundo? Hay quienes vaticinan un futuro de tragedias, peor aún a lo que estamos viviendo.
- No, yo soy una optimista racional. Y la expresión no es mía, es una expresión conocida de Matt Ridley. Yo creo que el progreso existe y el progreso no es por casualidad, está basado en unas determinadas ideas. Por eso defiendo el orden liberal, porque esas ideas son las que han permitido el progreso, el intercambio, la prosperidad y la convivencia pacífica de los pueblos, las naciones y las gentes. Y esas ideas son la razón, con la ciencia, el conocimiento, el intercambio, el capitalismo. Son las cosas que otorga el estado de derecho. Eso es lo que funciona y lo que permite la prosperidad. Y creo que esos valores siguen siendo perfectamente válidos, vigentes. El problema es que están, es verdad, en retroceso en muchos países y están siendo agredidos desde fuera del orden occidental y desde dentro del orden occidental. Desde afuera por los nuevos totalitarismos, por China, por Rusia y, desde adentro, por una mezcla de conformismo, apatía, miedo o sensación de que están caducos. De que son valores que ya están caducados y yo creo que no. Por eso soy muy defensora de la democracia liberal como sistema y, cuando se ataca tanto por mis adversarios como por mis afines, me veo en la imperiosa obligación de denunciarlo. Los burros de Troya ya operan desde la izquierda y desde la derecha. Los nacionalismos son destructivos cuando son separatismos de izquierda como cuando son nacionalismos de derechas. Y creo que tenemos que tener la libertad de espíritu, y el liberalismo real y profundo de poder expresarnos con libertad en estos asuntos y con contundencia, con claridad y con coraje. No me gusta nada cuando se forman dos bandos y que, cuando criticas algo que hacen los tuyos, te expulsan al bando contrario como si fueras un enemigo de los propios. No me gusta nada esa dinámica de polarización perversa.
- ¿Ese racionalismo optimista también lo tienen para para el futuro de España?
- Vuelvo a lo del racionalismo optimista y sí, ahora hablo de España. Hay gente que ve, por ejemplo en la inteligencia artificial, terror, apocalipsis, miedo, y que se va a caer el mundo. No, es una realidad que existe, es un instrumento poderosísimo que plantea desafíos enormes, pero es exponencial el crecimiento de las oportunidades que ofrece. Esa es mi actitud. Y es verdad que hay otras actitudes, que son la de los agoreros, los que están anunciando la llegada del Apocalipsis pasado mañana, y no es verdad. Vienen desafíos, por ejemplo, en Europa muy difíciles, nuevos o reediciones de antiguos desafíos en modalidades nuevas. Y que van a exigir mucho esfuerzo por nuestra parte. La seguridad, la defensa. Decía el otro día un amigo mío, “se acabaron las vacaciones geopolíticas." Efectivamente. Durante mucho tiempo, en Europa hemos estado viviendo una cierta Arcadia feliz. La defensa nos la pagaban otros y ahora vamos a tener que pagar nuestra defensa. Europa se ha dedicado durante décadas a cebar la ficción de lo verde, barato y fácil. Y no es verdad. Lo verde cuesta dinero y no vamos a poder pagar estas cosas. Esto tiene una contradicción con el bienestar del campo, de la industria, el bienestar de muchas familias. Es decir, vamos a tener que recortar el verde para poder recuperar energía nuclear. El tema de la inmigración es un desafío enorme en Europa, que está planteando desafíos de convivencia profundísimos. Se acabó la ficción, hay que bajar los pies a la tierra. Y si tienes líderes políticos que dicen la verdad, la gente puede salir adelante asumiendo sacrificios, asumiendo el coste de ese camino, pero sacando tu país adelante. Y para España tres cuartos de lo mismo. Yo soy muy optimista respecto al futuro español. Hay que levantar la cabeza y mirar el extraordinario país que tenemos, que tiene de desafíos enormes y el principal y primero, y el más urgente es que tiene un gobierno que trabaja para erosionar su su estructura institucional y para fragmentarlo y dividirlo. Necesitamos lo contrario, unir fuerzas. Promover el talento y poner otra vez el país a trabajar. Hay muchísimos motivos para para hacerlo siendo español hoy en día. Pero hay que encararlos sin ingenuidad y con toda determinación, y con mucho coraje, a los enormes enemigos que tiene nuestro progreso.
Producción e Imágenes: Laura Bartolomé