La compañía japonesa de electrónica Sharp sorprendió al mundo con el lanzamiento de su pequeño robot Poketomo, una criatura de apenas 12 centímetros de altura inspirada en una suricata. Lo curioso de este lanzamiento es que, más allá de ser un gadget de tecnología avanzada, Poketomo se adapta a una tendencia muy peculiar en Japón: la moda de fotografiar peluches en todo tipo de actividades.
Esta práctica, conocida como nuikatsu o "actividades con peluches", ha ganado mucha popularidad en los últimos años, especialmente después de la pandemia de COVID-19. La costumbre consiste en tomar fotos de peluches en restaurantes, viajes y situaciones cotidianas, algo que se comparte masivamente en redes sociales. En este contexto, el Poketomo, un robot interactivo basado en inteligencia artificial, se presenta como un compañero que no solo hace compañía, sino que también puede mantener conversaciones con su dueño.
Poketomo aprende y conversa
El Poketomo, tiene la capacidad de reconocer el rostro y la voz de su dueño, y aprender detalles sobre su vida. Esto le permite generar conversaciones sobre su día a día, lo que agrega una capa de interacción personal que va más allá de un simple juguete.
La idea es que, al igual que los peluches, Poketomo pueda formar parte de la vida diaria de su dueño, viajando con él o acompañándolo a donde sea necesario, siempre con un toque tierno y tecnológico.
Moflin, su antecesor
El lanzamiento de Poketomo sigue el ejemplo de Moflin, una "mascota de IA" con la forma de una cobaya peluda, lanzada por Casio en noviembre del año pasado. Moflin, al igual que Poketomo, tiene la capacidad de mostrar "emociones independientes" y ha sido muy bien recibida en el mercado japonés. Estos productos no solo destacan por sus características tecnológicas, sino también por su contribución al fenómeno nuikatsu que ha alcanzado ventas de peluches por valor de unos 45.000 millones de yenes (alrededor de 248 millones de euros).
La IA y el futuro de la compañía en Japón
Este interés en los robots como compañeros refleja un impulso hacia la IA física en Japón, un campo que permite a las máquinas, como robots y vehículos, interactuar con el mundo en tiempo real gracias a cámaras, sensores y radares. En un país con una población envejecida y una creciente necesidad de apoyo a personas solitarias, la tecnología de la IA busca llenar un vacío importante. De acuerdo con el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, un 39,9% de la población admite sentirse sola, y las viviendas unipersonales están cada vez más en auge.
La creciente presencia de este tipo de productos no solo es un fenómeno de consumo, sino también una respuesta a la demanda de compañía en una sociedad que enfrenta nuevos desafíos demográficos y sociales. Los robots como Poketomo y Moflin no solo representan una tendencia, sino una posible solución a los problemas de soledad que enfrenta una parte considerable de la población japonesa.
