El nivel de vida en España, estancado: abajo de la media europea, Eslovenia y Portugal le pisan los talones
El ingreso real en España casi no se movió en 20 años. Con Sánchez, el PBI voló estos años pero en renta per cápita el país bajó un puesto desde 2018. Crece por la inmigración pero tiene enquistado un déficit de productividad.
Eurostat acaba de difundir que la renta real per cápita -esto es el dinero que efectivamente entra en los hogares y una buena medida del nivel de vida de la población, creció sólo 11% en las últimas dos décadas en España.
Esto convierte a los españoles en los ciudadanos europeos que menos mejoraron su poder adquisitivo en 20 años (2004-2024), muy por debajo del promedio de 22%.
No es consuelo pero en dos países, la población vio caer su renta real (descontada la inflación): Grecia (-5%) e Italia (-4%).
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Un puesto más abajo que cuando asumió Sánchez
Hasta acá, evolución de una métrica clave para aproximarse al bienestar de la gente.
Ahora, una mirada al lugar relativo de España en el bloque y a lo que ocurrió en el pasado más reciente del sanchismo.
España está en el puesto 14 del ranking de renta real per cápita entre los 27 de la Unión Europea (UE), según datos a 2024, lo último disponible.
Hace 25 años, cuando comenzaron las mediciones comparables, estaba dos escalones más arriba y exactamente a la misma distancia de la media del bloque.
Como congelada en el tiempo.
Desde que asumió el sanchismo en 2018, bajó una posición. El ingreso real de los hogares aumentó 4,2% (1.120 euros) cuando el PBI real lo hizo 23%.
Ajustada por inflación, la renta per cápita de España es de 27.740 euros contra 33.530 del bloque comunitario.
Un poco más dolorosa es la comparación con la eurozona, en la que España es la cuarta economía. La renta real es de 36.760 euros.
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No siempre fue así. En 2008, el ingreso de los españoles llegó a estar incluso un poco por encima de la mediaen pleno auge del ladrillo.Pero en 2020, en plena pandemia, tocó fondo y se hundió a un mínimo que lo dejó a 17% del promedio.
Chipre, Italia y Malta son hoy los países que distancian a los españoles del conjunto de la eurozona (8% en valor).
Portugueses y eslovenos vienen cerca, con impulso para desplazarlos. Un poco más atrás, República Checa, Estonia y Lituania, países del Este que venían con mucho ímpetu pero que retrocedieron varios casilleros con la guerra de Ucrania.
De hecho, en el último tiempo, a los únicos países que España logró aventajar fue justamente a Lituania y República Checa.
Por qué España no mejora si no para de crecer
Hasta el momento, gran acopio de datos. Pero, ¿por qué pasa esto? Si la economía española viene creciendo como una locomotora…
Es que el tema no es sólo crecer. Es una palabra de economistas y no parece ligada al bolsillo del español pero es una cuestión de productividad.
Si una economía crece pero no mejora su productividad (no se vuelve más eficiente) no podrá sostener ese dinamismo en el tiempo y la renta de su gente se mantendrá chata a pesar de los datos del PIB.
En España existe un problema estructural de falta de productividad. A lo que se suma que el crecimiento tuvo mucho que ver con la ola inmigratoria.
En el BBVA lo explican como para tomar apuntes.
“La productividad por hora trabajada en España se ha mantenido desde 2008 entre un 10% y un 18% por debajo de la de la eurozona”, señala el equipo de research.
España rebotó tras la pandemia 9,4% desde el cuarto trimestre de 2019 al segundo de 2025. Pero ese “PBI agregado” puede esconder bajo la alfombra algunas cosas que dicen mucho sobre los engranajes de la maquinaria interna de una economía.
La primera y más obvia es la población -dicen en el BBVA-, ya que el crecimiento del PBI coincidió con un marcado incremento de la población inmigrante.
El PBI agregado, el que se difunde como dato de crecimiento, puede esconder debilidades que no están a simple vista. España creció en el último tiempo impulsada por un gran fenómeno inmigratorio. Pero nunca corrigió el déficit de productividad que arrastra hace décadas. Eso amenaza a la expansión y achata la renta de la gente. El PBI agregado, el que se difunde como dato de crecimiento, puede esconder debilidades que no están a simple vista. España creció en el último tiempo impulsada por un gran fenómeno inmigratorio. Pero nunca corrigió el déficit de productividad que arrastra hace décadas. Eso amenaza a la expansión y achata la renta de la gente.
“Cuando se realiza esta corrección, se deduce un crecimiento en el PBI per cápita que es aproximadamente la mitad del crecimiento en el PBI agregado, lo que nos acerca, en términos de crecimiento del PIB per cápita en los últimos tres años, a otras economías europeas que no experimentaron un aumento de la población tan acusado”.
No importa qué cálculo hagan desde el banco, España queda mal parada.
“Corrigiendo el PBI por el total de horas trabajadas, se obtiene el PBI por hora trabajada, que es una medida de la productividad del trabajo”, puntualizan.
Resulta que aumentó menos de un 3% desde el cuarto trimestre de 2019.
Como ya imaginan, el tema nos deposita en otra de las controversias recientes, que ya es política oficial: la reducción de la jornada laboral.
La visión de los economistas es que no hay fundamento que la sostenga. En los últimos 15 años, ese acortamiento fue mayor en las principales ocho economías de la UE que en España, con lo cual funcionaba como efecto de contrapeso.
Eliminarlo sin abordar el problema estructural de la productividad pondrá en riesgo el crecimiento, advierten. Y no son los únicos.
Pero ése es otro debate.
Las implicancias en términos de bienestar material para los españoles no son auspiciosas.
España bien podría alejarse cada vez más de sus pares europeos en ingreso real de los hogares mientras el PBI quizás se pavonea un par de años más.