Preocupación por los ultraprocesados: España triplica su consumo y los científicos advierten sobre su vínculo en enfermedades crónicas
Diabetes, hipertensión, muerte prematura son algunos de los alarmantes datos que surgen de una publicación de la prestigiosa revista Nature que señala el peligro que representa la masificación del consumo de estos productos.
19 de noviembre 2025 - 16:05hs
España a la cabeza del aumento del consumo de ultraprocesados.
Snacks, Hamburguesas, salchichas con sus aderezos, pizzas, nuggets, congelados junto a un sinfín de panificados y golosinas, son apenas algunos de los productos industriales ultraprocesados que, bajo la denominación de alimentos, se multiplican en las mesas y, junto a ellos, aumenta de manera alarmante el riesgo de la aparición de enfermedades en personas cada vez más jóvenes.
El consumo de alimentos ultraprocesados pasó del 11% al 32% del aporte calórico diario en España en solo tres décadas. Así lo asegura un amplio estudio internacional publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet que analiza la evolución de la dieta global. La cifra supone un aumento del 200% y sitúa a España entre los países donde más se ha acelerado esta tendencia.
El informe, elaborado por 43 expertos internacionales en salud pública y nutrición, advierte que estos productos están desplazando de forma acelerada a los alimentos frescos, deteriorando seriamente la calidad de la dieta y aumentando el riesgo diabetes, obesidad, hipertensión y otras enfermedades crónicas cada vez más frecuentes en la población.
Enfermedades asociadas: de la obesidad a la mortalidad prematura
Los artículos incluidos en el especial de The Lancet revisan más de cien estudios y coinciden en un diagnóstico contundente: las dietas ricas en ultraprocesados se asocian sistemáticamente con obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, alteraciones de la microbiota intestinal y oral, depresión y tasas más altas de mortalidad prematura.
“La evidencia certifica que los ultraprocesados están modificando nuestra forma de alimentarnos y afectando a la salud de la población”“La evidencia certifica que los ultraprocesados están modificando nuestra forma de alimentarnos y afectando a la salud de la población”
, señaló Maira Bes-Rastrollo, catedrática de la Universidad de Navarra y una de las investigadoras españolas que participó en la publicación.
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También participa la científica Renata Bertazzi Levy, investigadora en el Instituto de Pesquisa de São Paulo y vinculada a la Universidad de Salamanca, quien advierte que la transformación de las dietas “es ya visible en España y en todo el mundo”.
Ambas expertas coinciden: esta nueva alimentación está deteriorando una de las culturas alimentarias más reconocidas por su calidad nutricional, la dieta mediterránea.
España, uno de los países con peores datos
Los datos utilizados por la publicación proceden de encuestas de los años 1990, 2000 y 2010 por lo que actualmente, las cifras pueden ser aún más preocupantes. Según Bertazzi, “con la tendencia observada, es posible que el consumo actual sea aún mayor”.
El incremento del 11% al 32% en 30 años convierte a los ultraprocesados en casi un tercio de la ingesta calórica total del español medio, una cifra que los expertos califican como alarmante.
El nuevo tabaco
El estudio describe estos alimentos como “el nuevo tabaco” de la salud pública: productos diseñados industrialmente para maximizar su durabilidad, apariencia y sabor, a partir de ingredientes baratos como aceites hidrogenados, jarabes de glucosa o aislados proteicos, junto a aditivos cosméticos —colorantes, edulcorantes, emulsificantes— que no tienen función nutricional y son perjudiciales para la salud.
Otros estudios recientes detectan la relación entre el consumo de estos productos con la aparición de enfermedades neurológicas como también en las enfermedades autoinmunes por su gran efecto inflamatorio.
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Los expertos piden a los gobiernos: limitar, etiquetar y regular
Los investigadores reclaman a los gobiernos una respuesta urgente y coordinada. Entre las medidas que plantean:
Etiquetado frontal obligatorio, similar al de una cajetilla de tabaco, que informe con claridad de los riesgos y de los aditivos utilizados.
Restricciones a la publicidad, especialmente en contenidos dirigidos a menores y en plataformas digitales.
Retirada de ultraprocesados de comedores escolares, hospitales e instituciones públicas.
Limitación de su presencia en supermercados y regulación del espacio que ocupan en el comercio.
Impuestos selectivos sobre estos productos e incentivos para facilitar el acceso a alimentos frescos, especialmente en hogares vulnerables.
“Reducir la exposición de la población a los ultraprocesados requiere medidas que vayan más allá de la elección individual”, advierten Bes-Rastrollo y Bertazzi.
Un desafío global impulsado por las grandes corporaciones
El análisis sostiene que el auge de estos productos no responde a cambios voluntarios en la forma de comer, sino al empuje de grandes compañías alimentarias que utilizan marketing agresivo, diseños atractivos, influencia política y tácticas para bloquear regulaciones.
El sector más rentable para la industria
El sector de los ultraprocesados es hoy el más rentable de la industria alimentaria, con ventas millonarias en todo el mundo. Esa capacidad económica les permite ampliar su producción y su presencia en el mercado, mientras desplazan a los alimentos frescos y a las dietas tradicionales.
Una respuesta urgente
Los expertos concluyen que una respuesta sanitaria global es “urgente y factible”, y recuerdan que España —un país históricamente asociado a la dieta mediterránea— enfrenta ahora un reto crítico para frenar un consumo que ya afecta a la salud de millones de personas. Junto con esto, las acciones educativas, individuales y también comunitarias frente a esta amenaza, pueden significar un avance en la concientización de estos riesgos y un impulso para un cambio hacia la alimentación real.