El ex presidente de Chile, Eduardo Frei, afirmó que los problemas “fundamentales” que afronta su país son el largo período que lleva su economía con un bajo nivel de crecimiento, la crisis del sistema político y la elevada ola de inseguridad.
El punto “que a mi juicio es muy grave, es la paralización de la economía y el desarrollo del crecimiento. Este gobierno, hasta hace poco, hacía como que las palabras crecimiento y desarrollo no existían, ya que nadie las pronunciaba”, destacó durante un desayuno organizado por la Fundación Internacional para la Libertad en el Nuevo Club de Madrid.
Al desayuno asistieron empresarios españoles, latinoamericanos y por la Fundacion Internacional para la Libertad estuvieron el economista Gerardo Bongiovanni y el dirigente Darío Lopérfido.
Más allá de la responsabilidad que le endilga al presidente Gabriel Boric por esta situación, el ex mandatario sostuvo que el comienzo del estancamiento chileno se inició con la segunda administración de Michelle Bachelet, cuando se quebró la Concertación que venía conduciendo las riendas del país desde la vuelta de la democracia en 1990.
“En 2014, se destruyó la concentración, porque la presidenta incluyó en su gobierno al Partido Comunista. Ahí, se acabó la cosa. De ahí para adelante, nunca más hemos levantado cabeza. En 2019, tuvimos los problemas de los estallidos sociales y, después, el COVID nos pegó muy fuerte. No nos estamos terminando de levantar”, explicó.
Según el ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien lo acompañó en el evento, la economía chilena dejó de crecer a un promedio del 5,30%, como venía haciéndolo desde 1990 hasta 2013, para pasar a moverse a un ritmo del 2%, desde entonces.
“Hoy estamos peor que antes del estallido en variables como crecimiento, inversión, seguridad, mercado laboral y productividad. Y ya han pasado cinco años”, detalló el ex funcionario del presidente Sebastián Piñera.
Según ambos, uno de los factores que está impidiendo la recuperación chilena es la burocracia impuesta por la administración de Boric para aprobar los permisos necesarios para llevar adelante diferentes tipos de proyectos, en especial los productivos y de vivienda.
“Tienen un Ministerio de Medio Ambiente que paraliza todos los proyectos. Hay 67.000 millones de dólares de inversiones que están estancados por la ‘permisología’”, sostuvo el ex mandatario, quien viajó a Madrid para presentar el libro “Chile 2050. Un país. Cuatro presidentes”.
Larraín concordó con este análisis y explicó que está trabajando en un proyecto junto al gobierno, a pesar de las diferencias que lo separan de la actual administración, para intentar reducir un treinta por ciento estos permisos que están paralizando la economía chilena.
La normativa busca “dos cosas que son interesantes. Una es que, en vez de solicitar un permiso, te hacen una declaración jurada y si te pillan que estás mintiendo te cae el rigor de la ley. La segunda establece el silencio administrativo positivo que significa que, si usted solicita un permiso y pasa el período legal de seis meses para su otorgamiento, se entiende que fue entregado automáticamente”, destalló.
La debilidad del gobierno de Bóric
Uno de los grandes inconvenientes que está afrontando el gobierno de Boric es su debilidad en el Congreso, lo que le impide aprobar las normativas con las que se comprometió con su electorado durante la campaña presidencial.
Sin embargo, Frei consideró que esta señal de debilidad es un dato positivo porque de haber aprobado la ley de royalties como la habían enviado (fue modificada por el Parlamento), la reforma tributaria y de la Constitución, la economía chilena se hubiera desplomado, el país se hubiera quedado sin inversiones y convertido en una “república bolivariana”.
“Al final del día, hay que pensar que la economía chilena está donde está, porque este gobierno no pudo hacer lo que hubiera querido. Este grupo de jóvenes que llegó al poder y nunca había trabajado antes. Pasaron de ser dirigentes juveniles a diputados y a presidente de la República. Eso como historia política es fantástica, pero para el país es costosísimo”, resaltó.
Sin embargo, el ex mandatario y el ex ministro de Hacienda coincidieron en que esta debilidad que afronta el gobierno no sólo está perjudicando a Boric sino, también, al propio sistema político dada la fragmentación de los partidos que existe actualmente en el país.
“Una de las crisis más grandes que tenemos hoy es en el sistema político. Antes, teníamos en el Congreso seis u ocho partidos y, hoy en día, contamos con veintiocho. Entonces, no hay ninguna negociación que pueda hacer el gobierno para poder sacar algunas leyes – destacó Frei -. Ese cambio político es brutal para Chile e impacta en la gobernabilidad. Es un tema que debíamos haber resuelto con las dos constituciones, pero no lo hicimos y, hoy día, estamos empantanados. Al final de cuentas, si la política no funciona, los países tampoco. Si no se sacan buenas leyes, es un desastre. Es el problema hoy en día”.
Los peligros de la inseguridad
Frei señaló que el otro gran problema interno que afronta Chile es la seguridad. Esto no sólo está impactando en el nivel de vida de la población, sino que es uno de los temas que más preocupa a los inversores internacionales con intereses en el país o que buscan desarrollar proyectos allí.
“Si no cambiamos el tema de la seguridad no van a llegar más inversiones. En todas las reuniones que tengo con empresarios en el exterior, siempre me preguntan qué pasa en Chile. Y el tema es la seguridad. Los japoneses, que llevan invertidos más de 60.000 millones de dólares en el país en los últimos años, están asustados”, resaltó.
El ex presidente ubicó el comienzo de este fenómeno en el estallido social de octubre de 2019 y sostuvo que las revueltas fueron financiadas con fondos del narcotráfico provenientes de Venezuela y Bolivia. Desde ese entonces, la presencia de las redes de crimen organizado no ha parado de crecer.
“Es el momento que el narcotráfico empieza a penetrar. Hoy vivimos una ola de criminalidad como no se había visto nunca en el país, con una violencia y una magnitud de asesinatos que no se recuerda –concluye Frei-. Este gobierno no quiere que la Fuerza Armadas se involucren en el tema. Las consultó y le han dicho que están listas para salir a la calle, pero le aclararon: ‘no estamos preparados para esto, no vamos a conversar ni a preguntarles, sino a disparar, porque para eso estamos entrenados".